Director: Ang Lee.
Reparto: Eric Bana, Jennifer Connelly, Sam Elliott, Josh Lucas, Nick Nolte, Paul Kersey, Todd Tesen, Cara Buono, Celia Weston, Kevin Rankin, Michael y David Kronenberg, Mike Erwin.
Guion: Michael France, John Turman, James Schamus.
Música: Danny Elfman.
Distribuidora: Universal.
Duración: 138 minutos.
Estreno: 20 de junio de 2003 (Estados Unidos), 4 de julio de 2003 (España).
Hulk no es un personaje fácil, pero aún así es uno que en el cómic consiguió abrirse hueco desde el comienzo del Universo Marvel con unas características bien definidas. Aunque estas sean cambiantes, y haya autores que han querido dejar su sello jugando a cambiarlas, hay ciertos elementos que siempre han funcionado. ¿Están en la película que hizo Ang Lee del personaje? Lo cierto es que cuesta verlas. Su idea para llevar a la gran pantalla al más monstruoso de los superhéroes era ambiciosa, pero lo cierto es que acabó en un producto de difícil comprensión por muchos motivos. Da la sensación de que Lee se conformó con buscar la referencia del cómic emulando en pantalla las viñetas y las transiciones que hacemos al leer la página impresa, porque lo demás no impresiona demasiado. Es una película en la que hay muy poca acción, solo tres escenas, y realmente solo una se puede ver de una manera clara a Hulk, la del desierto, aunque sea precisamente la que tiene un ritmo más irregular. Por todo, pero sobre todo por lo que supone de adaptación, Hulk es una película que se acerca a lo fallido, empezando por el mismo diseño del gigante esmeralda, demasiado gigante, lo que complica y mucho la verosimilitud de muchas cosas, y con un verde más chicloso que natural.
Sobre el papel, el reparto es magnífico, pero es curioso. Eric Bana no es el Bruce Banner del cómic (aquí se le cambia el nombre a David en un guiño a la vieja serie de televisión… y como base de una historia que no se sostiene demasiado bien), ni por físico ni por personalidad, y todo lo que hace que Hulk sea Hulk descansa mucho más en lo que ofrece Jennifer Connelly en el papel de Betty Ross. Cuando la criatura se queda mirando en la oscuridad a Betty es cuando vemos a Hulk. Cuando ella, desde la distancia, consigue calmar su furia, también. Pero eso se encuadra en una historia que altera demasiado al personaje. Lo que hace de Hulk es una figura trágica es su sacrificio desinteresado. Obviamente, no se puede perpetuar una historia de origen que tiene un anclaje claro en los miedos de la guerra fría, pero lo que se altera para darle un escenario genético parece, como poco, bastante poco heroico, y da pie a introducir en la película a un Nick Nolte pasado de vueltas, y no solo en la escena final, que no aporta demasiado, más incongruencias que certezas y menos espectacularidad de la que se presume cuando desvela sus verdaderas intenciones. Eso, por cierto, sucede bastante tarde en la película, una película que supera las dos horas y que en realidad acumula escenas sin tener un desarrollo demasiado bien hilvanado.
Decíamos que Lee reviste Hulk de unas sensaciones de ambición claras, pero en realidad no las completa. Podemos intuir que hay mucho en la relación que hay entre Bruce y Betty, pero es eso, algo intuido, porque la película nos habla más del pasado que del presente. ¿Es el General Ross un personaje ambiguo? En realidad es una figura que está porque tienen que haber un antagonista militar a la criatura, pero nunca sabes de qué lado está o por qué toma determinadas decisiones. Hay un exceso de diálogo vacío, y eso afecta a la parte científica, a la personal, a la militar y a la familiar. Nos pasamos la película esperando que Hulk aplaste algo y aplastar, lo que se dice aplastar, aplasta pocas cosas. Una pelea con unos perros mutantes que no hay por donde cogerlos, un par de tanques y helicópteros en el desierto… y ya, porque cuando la película puede adentrarse en el escenario más atractivo, el de ver a Hulk suelto en una gran ciudad, el guion que maneja Lee hace un corte abrupto para conducirnos a una resolución extraña y bastante desconectada de todo lo anterior, como si alguien se hubiera dado cuenta de que faltaba una escena de acción final que tampoco está bien establecido. Hulk quiso ser una película de superhéroes diferente, algo que por sí mismo no es malo, pero lo fue tanto que no llegó a ser lo que buscaba.
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