CÓMIC PARA TODOS

Los 4 de CPT de mayo

Otro mes que se nos va, mayo ya es historia… y eso para nosotros significa que aquí estamos, aunque sea sábado. Como ya sabéis, todos los días 1 de cada mes, llueva, truene o haga sol, aquí estaremos para ofreceros Los 4 de CPT, nuestra selección de cuatro de los cómics de los que os hemos hablado en este caso durante los últimos 31 días y que entendemos que son los más recomendables de entre todos ellos.

Os lo indicamos siempre, pero lo repetimos por si acaso, pinchando en los títulos de cada uno de Los 4 de CPT iréis directos a la reseña completa que publicamos en su momentos de cada uno de estos cómics. Y si queréis buscar todas las entradas que ya hemos publicado en esta sección o conocer nuestras elecciones de meses anteriores, lo podéis hacer mediante Twitter con el hashtag #Los4DeCPT y por aquí en el blog, en nuestro buscador de categorías, el que tenéis justo al final de esta página y de la página principal, como “4 de CPT».

Vamos a por ellos, a por Los 4 de CPT de mayo:

Las nuevas aventuras de Esther. La boda, de Carlos Portela y Aneke (Dolmen)

Que la vida editorial de un personaje como Esther llegue a su fin, y que lo haga además en un especial titulado La boda es algo que por fuerza merece la pena ser destacado. Carlos Portela y Aneke han asumido el legado de Purita Campos con tanto cariño que casi parece que estemos viendo una prolongación de las páginas originales. Disfrute y nostalgia se dan de la mano para esta despedida, una a lo grande, una justa con la importancia que tiene el personaje.

La Actriz y el Obispo, de Brian Bolland (Diábolo)

Es facilísimo sentirse atraído por el dibujo de Brian Bolland, y eso es algo que los lectores habituales de Juez Dredd o Batman saben desde hace años. Pero cuando un dibujante así decide dar rienda suelta a su imaginación y crear una historia imposible en un formato novedoso, merece la pena pararse a leer. La Actriz y el Obispo es rara, pero muy atractiva. Es cínica y sugerente, poética incluso. Es intensamente original, y eso vale mucho.

Monstruo, de David Muñoz y Andrés G. Leiva (Astiberri)

Hay siempre un punto de locura, quizá incluso de inconsciencia, en coger una obra literaria clásica e imaginar cómo podría continuar. El acierto de Monstruo, uno de ellos es llevar a la criatura de Frankenstein a un escenario tan distinto para él como lógico para un ser teóricamente inmoral, el Madrid de los años 60. Y no, no es una comedia, al contrario, es una obra que explora con cariño y respeto las ideas de la obra original.

Goya. Saturnalia, de Manuel Gutiérrez y Manuel Romero (Cascaborra)

Hay veces que desde la crítica abusamos del término «obra de arte» pero sí, Goya. Saturnalia es una obra de arte. Lo es por su concepto, por su idea, por su narrativa, por el protagonista que escoge y por la preciosista manera de retratar su vida y su trabajo pictórico. Porque es una obra intensa, magnífica a todas luces, atrevida por lo que cuenta y por cómo lo hace. Porque deja un poso especial, porque es distinta. Y porque leyéndola se vive en el mundo de Goya.

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Esta entrada fue publicada el 1 junio, 2024 por en 4 de CPT.

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