‘La tierra yerma’, de Carla Berrocal

Editorial: Reservoir Books.

Guion: Carla Berrocal.

Dibujo: Carla Berrocal.

Páginas: 184.

Precio: 21,90 euros.

Presentación: Rústica con solapas.

Publicación: Mayo 2024.

No hay nada al azar en La tierra yerma. No es casual el cambio de estilo de Carla Berrocal a la hora de afrontar esta historia, porque el dibujo y el tono general de la obra tienen que ser los que son. Tampoco que las referencias que se dan en la nota de la editorial sean Federico García Lorca y John Ford, porque lo que busca la autora se asemeja mucho a esa mezcla, la de un western relativamente clásico pero a la vez visualmente hipnótico y la de un drama teatral en el que los personajes lo sean todo, y todo además desde puntos de vista que esconden mucho riesgo detrás de una cortina de cotidianidad. Y tampoco parece que sea algo accidental el hecho de que contenga un mensaje moderno, feminista e inclusivo, que se abre camino además con elegancia, encontrando un lugar natural en el escenario que ha escogido Berrocal y sin que parezca algo impuesto. No es un “vamos a contar una historia de dos lesbianas en el oeste”, sino una acertada mezcla entre todos los elementos que configuran una obra atrevida, reflexiva y filosófica, pero que no desdeña el drama más evidente y accesible para que la historia avance. Pero que nadie se asuste por esta definición, que habla más de la complejidad que de la empatía, porque al final La tierra yerma es, por encima de todo, una tragedia que bebe del teatro clásico como de ideas mucho más modernas.

Berrocal, eso sí, es una autora que no tiene complejos en abordar lo que sea. Sin miedo. Con la idea clara de narrar, y eso se agradece porque habla de su talla como autora y de la gigantesca libertad que sigue permitiendo el cómic como medio. Y no, no estamos hablando de que en la historia haya una relación homosexual, porque eso es algo que la sociedad tiene que haber normalizado ya, a pesar de las censuras que vivimos en estos tiempos, sino a su forma de contar y narrar. El término western suele llevarnos a otro tipo de historias, pero Berrocal encuentra una forma fresca de llevar el género a su terreno. Y el teatro clásico en nuestros días parece arrinconado en los libros de texto y en la formación de adolescentes que en su mayoría olvidarán lo aprendido, pero La tierra yerma nos recuerda que esas ideas tienen cabida en narraciones más modernas. La de Berrocal lo es en todos los sentidos, e incluso en circunstancias en las que el lector se pueda sentir algo perdido por los silencios o por las sensaciones que busca despertar la obra es fácil reencontrarse con rapidez, porque la autora sabe encontrar momentos en los que la tragedia, el drama o el efecto recobran puntos álgidos que dan nuevos vuelos a la historia. Tiene su toque experimental, desde luego, pero es muy satisfactorio.

En el dibujo, Berrocal opta por marcar la visión del lector desde el primer instante tiñendo la página de amarillo. Amarillo y negro. A priori, son tonalidades que no encajan con el western, lo que desde el principio hace que estemos alerta. En ese escenario se abren camino distintas formas de narrar, cuantiosas herramientas con las que Berrocal va construyendo la historia. Si miramos el tebeo de manera aséptica, podría parecer que está pensando para ser mostrado en una clase de narrativa visual precisamente por la cantidad de elementos de los que se sirve, pero todo tiene sentido, y eso es un mérito indudable de la autora. Está el western y está lo teatral, pero la dimensión del dibujo de La tierra yerma es mucho más amplia que todo esto. Sabe asomarse a lo onírico para retratar el lado más fantástico de la historia, pero también al retrato más cercano sin tener un estilo realista que lo sustente. Juega con elementos gráficos, destacan las onomatopeyas, para que la ambientación se acerque incluso al realismo mágico más poético. Hemos dado muchas claves y lo cierto es que con ninguna de ellas se define plenamente La tierra yerma, pero lo que queda claro es que Berrocal sigue siendo una autora brutalmente interesante de cuya imaginación surgen ideas de lo más atractivas. Esta lo es. Y seguramente lo será más en posteriores lecturas.