CÓMIC PARA TODOS

‘Laberintos’ 3, de Charles Burns

Editorial: Reservoir Books.

Guion: Charles Burns.

Dibujo: Charles Burns.

Páginas: 88.

Precio: 21,90 euros.

Presentación: Cartoné.

Publicación: Marzo 2024.

Aunque coincidan en título, qué poco tienen que ver los Laberintos nde Jeff Lemire (aquí, su reseña) con los de Charles Burns. Tanto es así, que vamos a obviar incluso esa coincidencia desde aquí en adelante, entre otras cosas porque ya sabemos que lo de Burns es un tanto distinto. Es un laberinto de identidad, personal, sexual y hasta médico. Es un lugar curioso en el que es complicado entender una identidad propia la de un muchacho medicado, que no tiene una relación fluida con su madre y que se va de acampada con un grupo de amigos entre los que está la chica que le gusta. Con estas premisas, podríamos decir que es más o menos fácil saber por dónde va a tirar Burns, pero no lo es. El hecho de que haya un componente onírico e imaginativo nos invita a tener una historia distinta de lo que habría sido en otras manos, una que no duda en entrar en el terreno de la historia iniciática que no deja de ser, pero que a la vez tiene un mensaje de frustración muy contundente. No seguimos a un héroe, sino a un marginado. Y vemos el mundo que él mismo querría ver, pero sabiendo que es una utopía que no tiene visos de convertirse en realidad. Eso nos invita a unos Laberintos que son francamente tristes, aunque los veamos desde una óptica que en apariencia puede ser festiva. Así es la adolescencia para muchos, y eso es justo lo que Burns retrata con mucho acierto.

Es fácil caer en la idea de que Laberintos no tiene en realidad un objetivo demasiado definido, que la historia fluye casi sobre la marcha, que al margen de algunas pinceladas básicas el destino del protagonista, o mejor dicho la forma en la que acabará esta acampada y su propia vida, no están del todo definidas desde el principio. Eso, cierto, abre la capacidad de sorpresa que tiene el guion de Burns. Como les pasa a sus amigos, es difícil saber por dónde va a salir en cada conversación. Pero Burns es inteligente, y eso lo vemos con claridad cuando llegamos al final del viaje, cuando nos muestra que su protagonista ya tenía una película en la cabeza que no es la que resulta ni de la propia acampada ni tampoco del filme amateur que hacen en este viaje. La vida es más limitada que la imaginación… aunque luego la vida pueda ser más sorprendente. Esa es quizá la lección que arroja Laberintos y la gracia con la que Burns salpica una historia iniciática que, en sí misma, no tendría por qué ser distinta de otras muchas. Si lo es, y sí, lo es, obedece a razones más complejas, a lecturas que podamos hacer en un segundo plano y que nos ayuden a entender el pasado, el presente y hasta el futuro de estos muchachos, y a cómo eso mismo se refleja en esta aventura en plena naturaleza (y esto mismo se puede entender de varias maneras).

Es extraño que un dibujo como el de Burns, que podríamos considerar algo estático en su planteamiento, provoque como lo hace y en todos los niveles en que lo hace. Puede que sea más por lo que se está contando que por el cómo, por el hecho de que el autor transmite una barbaridad cuando en realidad su trazo no pierde una sencillez que a veces parece hasta esquemática. El caso es que sus personajes transmiten cuando toca, incluso aunque podamos atisbar cierta repetición en los rostros que obliga a individualizar a los personajes por los detalles. Burns, eso sí, sabe aprovechar el misterio interior que se intuye en su protagonista y hacer que eso se refleje en los demás actores que giran a su alrededor. Es como si ese momento en el que filman a una de las chicas con un escote palabra de honor para que parezca desnuda se convirtiera en una metáfora del propio trabajo de Burns. La desnudez emocional es un artificio narrativo interesante, porque no parece que los personajes estén mostrándose de una manera tan abierta como percibimos que lo hacen. El color refuerza los distintos niveles, el realista, el onírico y el cinematográfico. Y el conjunto sirve a lo que busca un Burns quizá tan enigmático como parece. Los Laberintos de Burns tienen tantas salidas como nosotros, los lectores, queramos imaginar, y eso es lo que nos da una idea de la riqueza de su propuesta. Acaba la historia aquí, en este tercer libro, pero da para pensar en ella.

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Esta entrada fue publicada en 21 mayo, 2024 por en Charles Burns, Randon House Mondadori, Reservoir Books y etiquetada con , .

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