‘Ecotopías. Imaginar el futuro para cambiar el presente’

Editorial: Astiberri.

Guion: Darío Adanti, Flavita Banana, Miguel Brieva, Harkaitz Cano, Miguel Ángel Giner Bou, Núria Tamarit, Josune Urrutia.

Dibujo: Darío Adanti, Flavita Banana, Miguel Brieva, Iñaki Landa, Cristina Durán, Núria Tamarit, Josune Urrutia.

Páginas: 112.

Precio: 17 euros.

Presentación: Rústica con solapas.

Publicación: Abril 2024.

La definición perfecta de Ecotopías es la que ofrece este libro coral en su subtítulo: se trata de Imaginar el futuro para cambiar el presente. O, dicho de otra manera, pensar cómo puede ser el mundo del mañana si llega el momento de decir hasta a las muchas agresiones que nuestro modo de vida infringe a nuestro entorno, sea el más personal o el más general. Son siete las historias, las visiones, que componen esta antología, cada una de ellas muy personal, con origen en obsesiones distintas aunque compartan un objetivo impulsado por las ideas que abandera Greenpeace y que la excusa inicial del libro y una guía que también ayuda al lector a saber lo que se va a encontrar entre sus páginas. Sobre todo, ideas. Posibles futuros, respuestas más o menos verosímiles a problemas que ya vemos en nuestra sociedad contemporánea. Y sí, el libro tiene un componente claro de grito de atención, porque al final son cuestiones que podemos empezar a cambiar desde nuestro comportamiento diario, aunque no seamos nosotros, de manera individual, quienes de verdad podamos articular ese cambio que necesita el mundo. Sea como sea, es divertido leerlo y ver cómo miran autores muy interesantes a ese futuro más o menos cercano que se asoma cada vez con más insistencia.

Harkaitz Cano e Iñaki Landa nos hablan en Hiru Ahizpak de una ecología urbana casi imposible de imaginar en nuestros días, aun con una naturalidad extraordinaria en la que el uso del lenguaje es fundamental, y con una forma de relacionarnos que solo parece viable en comunas que contarían con la incredulidad de muchos. Nuestro futuro anterior, de Núria Tamarit, es, un encuentro muy simpático entre una joven de nuestros días y otra de un futuro en el que la tecnología es un lujo del que la sociedad ha prescindido, es carne de museos y una hermosa lección a extraer al final: «nuestras vidas valen más». Quizá sea el relato que mejor ejemplifica el diálogo que quiere suponer este libro en busca de soluciones. Vulnus, de Josune Urrutia Asua, habla de las heridas que evoca el término del latín que utiliza como título, las que la sociedad moderna nos causa, y de la necesidad de parar y reflexionar. Parece el relato menos ecologista de todos, pero si lo pensamos fríamente la relación entre los dos elementos está ahí, muy presente, para ser descubierta. La Torre de Babel, de Cristina Durán y Miguel A. Giner Bou, apuesta por un escenario abiertamente de ciencia ficción para contar, al final, algo totalmente cotidiano que sirva para reinterpretar la historia que da título a este segmento y adaptarla a la búsqueda de una vida más feliz.

Si miramos entre los autores del libro, puede que Darío Adanti nos parezca desde el principio el más cínico de todos ellos, pero La canción del mañana, que así se titula su historia, sorprender por otros motivos. Es, ciertamente, una aguda crítica social, pero es a la vez un retrato divertido y juguetón de una sociedad distinta. Que use una canción como base forma parte de su acertada idea. Tiene gracia que Miguel Brieva, que no iría en un vagón muy distinto al de Adanti si se trata de demoler la sociedad actual, hable del futuro en La espiral de Andévalo, pero que lo haga en pasado, para dejarnos una interesante reflexión sobre ciencia y creencia. Y para terminar, Flavita Banana confirma que el cinismo se concentra en esta segunda mitad del libro, y hace que Nuevas eternidades sea el recordatorio más claro de que somos nosotros quienes podemoa elegir en qué mundo queremos vivir, no ya en un futuro todavía en construcción, sino ya incluso en nuestro presente. Podría haber muchas más Ecotopías, y seguro que hay miles de autores que tienen la suya, pero sirva esta muestra no solo como un tebeo divertido e interesante sino también como una de esas reflexiones en las que merece la pena detenerse de vez en cuando, pensando si vale la pena la forma en la que la sociedad nos impulsa a vivir nuestra vida. Hay otros caminos, y quizá lo que Ecotopías nos dice es que solo es cuestión de tiempo que los veamos.

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