CÓMIC PARA TODOS

‘Batman. La secta’, de Jim Starlin y Bernie Wrightson

Editorial: ECC.

Guion: Jim Starlin.

Dibujo: Bernie Wrightson.

Páginas: 256.

Precio: 32,50 euros.

Presentación: Cartoné.

Publicación: Febrero 2024.

Ya desde los años 70, pero sobre todo en los 80, el cómic de superhéroes experimentó un cambio radical en la representación de sus protagonistas. Esos gigantes imbatibles, éticamente irreprochables y de valores elogiables de repente se convirtieron en seres humanos en toda su extensión. Y eso no solo habla de sus actitudes, sino de sus triunfos. La secta, propuesta de Jim Starlin y Bernie Wrightson para Batman, se mueve por esos derroteros y con mucha inteligencia, nos lanza a un Caballero Oscuro derrotado y roto, no solo físicamente, sino también en su espíritu, y eso es quizá lo más novedoso de La secta. Lo vimos años más tarde, por ejemplo, en El Tribunal de los Búhos (aquí, su reseña), de la misma manera que Starlin bebe de una manera clara de muchos aspectos de El regreso del Caballero Oscuro de Frank Miller (aquí, su reseña), pero en aquel momento resultó muy impactante la imagen de un Batman así, vencido y abatido, creyente de todo aquello en lo que en realidad no cree, incluso con armas de fuego de por medio. Y como Wrightson es un dibujante espectacular, que no tiene miedo alguno en lanzarse a terrenos alucinógenos y violentos, el resultado no podía ser más que uno de esos tebeos que, sin alcanzar la misma fama de los top de aquellos años 80, sí puede formar parte de cualquier lista de imprescindibles de entonces.

Starlin no tiene miedo alguno en crear una situación límite para Batman en todos los sentidos, en apostar por un villano de corte religioso, el Diácono Blackfire, y por llevar a Gotham al extremo: con su clase política aniquilada, con sus calles vacías y en estado de sitio y con su único protector física y emocionalmente disminuido hasta el punto de que es Robin quien tiene que tomar cartas en el asunto para que Batman pueda volver por sus fueros. La secta es, literalmente, lo que dice su título, es la historia en la que Batman se ve convertido contra su voluntad para creer que Blackfire tiene razón, para que la cruzada del Diácono para conquistar Gotham le parezca aceptable, para que entienda las represalias que toma contra quienes no están de acuerdo con él, sin importar las consecuencias de sus actos. Y el gran acierto de La secta está en que leemos la historia desde su punto de vista, apabullado por argumentos potenciados por drogas alucinógenas, sufriendo visiones, dudando de sí mismo, aterrado por muchos motivos. Impresiona un Batman así, por mucho que entendamos que va a haber un contraataque, un regreso, una recuperación física y emocional. Pero si La secta trasciende es porque el daño se queda ahí presente. Starlin no necesita ni quiere un héroe perfecto, aunque sí un héroe que pueda recuperar la ciudad.

Con todo esto presente, es lógico pensar que La secta tiene muchas fases y Wrightson las interpreta todas a la perfección. Para empezar, el aspecto de Batman es impresionante, jugando con extremos que no eran nada habituales entonces y de los que, por ejemplo, Kelley Jones supo aprovecharse después para crear su propia visión del personaje, con unas orejas larguísimas en la capucha y una capa muy distintiva. Las alucinaciones son impresionantes, imaginativas y muy complejas, como uno puede esperar que sea la mente de Batman, y el color que hay en esas páginas es una auténtica locura, reflejo de lo que estamos viendo para que el lector se meta de lleno en las sensaciones que necesitan esas secuencias. Y la lucha urbana es brutal, el cuerpo a cuerpo que muestra Wrightson es impresionante, y el lenguaje no verbal del que dota cada pose de pelea, encajándolo en el momento emocional de la historia, es fascinante. Hasta en la exageración, con Batman portando un fusil o con un Batmóvil que parece un tanque todavía más inverosímil que el de Frank Miller, Wrightson se sale. La secta puede parecer un tanto extrema, quizá demasiado contenida en sí misma para ser del todo creíble, pero es una historia espléndida y muy bien ejecutado, una que siempre merece la pena recuperar.

El volumen incluye los cuatro números de Batman: The Cult, publicados originalmente por DC Comics entre mayo y septiembre de 1988, material de Batman: Hidden Treasures, de diciembre de 2010, y el número 7 de Swamp Thing, de noviembre de 1973. El contenido extra lo forman una introducción de Jim Starlin, las portadas originales de Bernie Wrightson

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Esta entrada fue publicada en 17 abril, 2024 por en Batman, Bernie Wrightson, DC, ECC, Jim Starlin y etiquetada con , , , .

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