‘El oro del tiempo’, de Rodolphe y Oriol

Editorial: Norma.

Guion: Rodolphe.

Dibujo: Oriol.

Páginas: 168.

Precio: 38 euros.

Presentación: Cartoné.

Publicación: Marzo 2024.

Con El oro del tiempo en las manos, parece evidente que la obra de Rodolphe y Oriol es de las que se tienen que degustar despacio, con mucha calma, saboreando todas las referencias e inspiraciones que tiene para dar forma a un misterio que nos lleva al París del año 1900. Es verdad que estas mismas razones sirven para recordarnos que no estamos ante una obra destinada a que todos los públicos le saquen todo el partido posible, porque tiene unas ambiciones que van más allá de la historia que nos está contando, pero sus ideas narrativas hacen que los amantes del pulp y de los movimientos artísticos de la época, bien representados por distintos autores sacados directamente de la Historia, puedan disfrutar en buena medida de la propuesta. Podemos decir también de El oro del tiempo que tiene una cierta indefinición, seguramente buscada, por la contraposición de su fondo y su forma. Funciona, no podemos decir lo contrario, porque nos mantiene interesados por ambos frentes, pero es verdad que añade cierta dificultad para lectores que busquen un ejercicio visual más contundente en sus mensajes o un thriller más puro todavía, uno que no prestara tanta atención al estilo con el que cobra vida. Aún con sus pegas, Rodolphe y Oriol firman un más que atractivo volumen por muchas razones.

Rodolphe quiere jugar con los lectores desde el principio. Sabe que la principal razón de ser de su historia radica en su base histórica y temporal, de ahí las notas que van sazonando el relato para ponernos en contexto, y eso explica que el contexto de la secuencia onírica con la que se abre El oro del tiempo sea precisamente una reunión social. Se puede aducir que nos lanza el autor al misterio sin demasiadas explicaciones, y eso puede llevarnos a que, sin la atención debida, haya momentos de pérdida durante el viaje que nos propone de ahí en adelante. Dicho de otra manera, y como habíamos mencionado al principio, la obra requiere de cierta calma para no perderse ningún detalle, porque Rodolphe lo ha montado todo para que tenga una precisión imperdible para el completo disfrute de la aventura. Puede que eso sea una cierta contradicción con el espíritu pulp que se ve en todo el relato, por ser una forma de contar historias mucho más movida y aventurera, pero al final consigue que ambos espíritus tengan un encaje más o menos sólido, sobre todo con un segundo álbum, el que cierra la historia y este volumen integral, que sabe cerrar todas las puertas que ha ido abriendo durante el camino para que la despedida sea satisfactoria y nos permita apreciar en su debida manera el arte de Oriol.

Esa es, desde luego, la mejor arma del otro lado de El oro del tiempo. Su inmersión histórica, el viaje temporal que nos conduce al París de hace algo más de un siglo, depende en buena medida de que nos sintamos dentro de una obra de arte que nos recuerde a movimientos de la época. Y eso Oriol lo consigue con mucha fluidez. En este sentido, y más allá de que la acuarela nos invite a pensar en esa idea, el trabajo de color que tiene la obra es sobresaliente, y podemos decir sin miedo que es lo que define la obra con mayor rotundidad. Ya desde esa primera secuencia onírica de la que hablábamos nos encontramos con un mundo cromático de infinitas posibilidades, y el salto al mundo real no hace que se resienta la obra absolutamente en nada, porque ahí empieza un juego de colores y sombras que nada tiene que envidiar a lo que se nos ofrece desde escenarios más fantásticos, en teoría los más agradecidos desde este punto de vista. Oriol mezcla bien pulp y realidad para que el conjunto sea de lo más interesante. En general, El oro del tiempo merece ese calificativo, el de interesante, porque deja muchas pinceladas a lo largo de sus casi 150 páginas que hablan de un trabajo meditado y pensado, que quizá por sus ideas limita su alcance en cuanto a público pero que, una vez aceptadas sus normas, atrapa con bastante acierto.

El volumen incluye los dos álbumes de L’or du temps, publicados originalmente por Daniel Maghen en septiembre de 2021 y febrero de 2023. El contenido extra lo forman las portadas originales de Oriol y una galería de ilustraciones.

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