Guion: Antonio Gil.
Dibujo: Antonio Gil.
Páginas: 64.
Precio: 16 euros.
Presentación: Cartoné.
Publicación: Octubre 2023.
Antonio Gil lleva ya un tiempo forjándose una bien merecida fama como autor de cómic histórico. Después de ver su dibujo en La primera Escuadrilla Azul (aquí, su reseña) o 1921: El Rif (aquí, su reseña) o su trabajo como autor completo de El flautista de Arnhem (aquí, su reseña), cada nuevo título que nos ofrece nos invita a pensar en su idea sobre el género. Y con Flandes. 1566-1573, Rebelión y orden no podríamos decir con rotundidad que la obra es más ambiciosa que las anteriores, precisamente para no restar valor a las más que solventes historias que hemos mencionado y por el hecho de formar parte de una serie, pero lo cierto es que su contenido invita a pensarlo con cierta facilidad. No es una biografía al uso, pero sí es un retrato muy acertado de la figura de Fernando Álvarez de Toledo, el duque de Alba, En todo caso, lo que realmente da valor al álbum es su acotación temporal y espacial, y en lo que eso hace por el personaje y por el escenario. Si nos acercamos a las biografías oficiales de Álvarez de Toledo, veremos que su historial es muy extenso, pero si nos quedamos con lo que nos ofrece Gil tendremos una fotografía mucho más precisa. El reto, por tanto, está en alumbrar lo que realmente se quiere contar sin desmerecer el resto de la biografía de su protagonista, que lógicamente influye en lo que sí está contenido en estas páginas.
Después de todo lo que ya nos ha ofrecido, podemos defender con firmeza que Gil sabe extraer el jugo de un relato histórico, en términos generales y también lógicamente en este que tenemos entre manos. Hablamos, en todo caso y en primer lugar, del trabajo de Gil como escritor. La historia es equilibrada y nos lleva a buen puerto para conseguir el retrato de su protagonista, pero sin perder de vista que su pretensión principal es la de entender cómo funciona la Flandes de los años descritos en el título, teniendo en cuenta que ya hay historia contada en esta materia. Esta es una historia de Rebelión y orden, sí, pero tiene más capas. Es, para entender su dimensión, hasta una historia de amor. No suele ser habitual ver estos detalles en álbumes que beben de una forma tan clara de la forma que tiene la BD francobelga de acercarse al género, pero es algo que también cuenta y que merece la pena que destaquemos. Por supuesto, hay un trabajo notable de investigación y documentación, y se ve, pero Gil también sabe encontrar voces cercanas y realistas para los personajes, y eso suma bastante al resultado final para lograr un álbum que tiene que definirse por factores distintos y que, por fuerza, tienen que actuar como complementarios. Por ahí se entiende el título que tiene la obra, que cubre la dimensión temporal, la espacial y también la emocional.
En cuanto al dibujo, si hemos hablado del trabajo previo de documentación que tiene un álbum de esta naturaleza, podemos disfrutar de la misma manera con lo que nos propone el Gil ilustrador. La inmersión histórica que hay en sus páginas es espléndida, está llena de detalles en los que merece la pena detenerse, y el dibujo fluye con naturalidad en ese marco, con respeto al retrato conocido, pictórico en este caso por la época retratada, pero sin sentirse preso de esa necesidad. Eso da mucha naturalidad al dibujo y nos permite dar el salto a la época sin problema. Rebelión y orden, no obstante, es una historia que tiene un claro componente humano, y eso también se refleja en lo que vemos, lo que hace que sea un álbum llamativo en lo que tiene que serlo y cercano en lo que corresponde. Flandes: 1566-1573 es un trabajo notable de Gil, que en realidad es un autor que tiene una línea muy regular, muy respetuosa con la historia, pero a la vez atractiva para lectores que no tengan una formación o incluso un gusto excesivo por ella. Y ese es un equilibrio que, desde el respeto absoluto a la cronología, no es tan fácil de conseguir como cuando se inventa a conveniencia dentro de un marco histórico, que es una vía completamente diferente. La de Gil es muy académica, muy didáctica y también muy atmosférica.
El contenido extra lo forman un prólogo del historiador Manuel Fuentes Márquez y unas notas finales del autor.
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