Guion: Frank Miller.
Dibujo: David Mazzucchelli.
Páginas: 128.
Precio: 20,50 euros.
Presentación: Cartoné.
Publicación: Enero 2024.
Es bastante fácil encontrar Año uno en cualquier lista que se haga de las mejores historias de Batman. Y siendo todo este trabajo bastante subjetivo, lo cierto es que la obra de Frank Miller y David Mazzucchelli es fundamental para entender al personaje, en la propia historia dentro de las viñetas y también fuera de ellas, a nivel editorial y narrativo. Y es verdad que, adentrándonos en la obra de Miller, El regreso del Caballero Oscuro (aquí, su reseña) parece tener un prestigio un pelín más alto como parte de la mitología de Batman, pero es un debate que tendría que permanecer abierto. ¿Por qué? Porque es un retrato espectacular de la Gotham City más siniestra, porque es el encaje perfecto de un Bruce Wayne que regresa a su ciudad después de años desaparecido, porque es también la presentación perfecta de un James Gordon que deja de ser la figura omnipresente pero poco trascendente de tantas y tantas historias de Batman, y porque reúne una serie de momentos icónicos difícilmente superables. Es el origen perfecto de Batman, el que llevó al personaje a la modernidad tras Crisis en Tierras infinitas (aquí, su reseña) e influencia absoluta para las encarnaciones cinematográficas que hemos visto después, sobre todo la trilogía que Christopher Nolan abrió con Batman Begins (aquí, su crítica).
Miller crea una historia espectacular porque es a la vez la de Bruce Wayne y la de Jim Gordon. Los dos llegan a Gotham, pero en circunstancias distintas. El multimillonario vuelve después de años lejos de su hogar con una mente muy concreta, cumplir la promesa que hizo a sus padres. El policía, en cambio, llega trasladado, casi apartado. Los dos narran, los dos son protagonistas, porque los dos van a asomarse a una nueva Gotham. Miller nos enseña la ciudad, nos enseña a los personajes en su vida personal, encuentras las mejores razones para que Batman sea una realidad, y que sea precisamente este Batman siniestro, propio de las sombras de las que sale, urbano, sucio incluso. Para Miller, este primer Batman no es exactamente un superhéroe, sino más bien un hombre obsesionado, y de ahí que su mundo sea tan retorcido pero a la vez realista. Impresiona ver cómo el mundo de Batman deja de ser uno de buenos y malos y su realidad se llena de grises. Gordon engaña a su mujer, Bruce no sabe cómo infundir terror en el corazón de los criminales y arriesga su integridad para averiguarlo, y la misma presencia de Selina Kyle primero y Catwoman después es un recordatorio definitivo del tipo de universo que Miller quería implantar para Batman. Por eso Año uno es una obra tan esencial, porque es el cimiento más robusto que jamás ha tenido el personaje.
Visualmente, la sensación es la misma. Con el paso de los años, y el abandono del cómic mainstream por parte de Mazzucchelli, se puede apreciar todavía más y mejor el tono que le dio a la historia de Batman. En realidad, es una sensación general, que se desprende de la ciudad, de los personajes, de ese trazo aparentemente abierto pero a la vez cargado de detalle, la forma en la que presenta todo lo que vemos en la viñeta, por supuesto la tipografía, la incorporación de las onomatopeyas, y ese carácter icónico del que hablábamos. Se ve en la imagen de Bruce junto a sus padres asesinados, en la presentación en sociedad de Batman, en el murciélago que se posa frente al perdido vigilante para decidir así la imagen que tiene que tener. Pero también en lo aparentemente más pequeño, en la mirad de Gordon, en su lenguaje corporal junto a Barbara o junto a Sarah. Gotham se puede tocar en los lápices de Mazzucchelli, no hay mejor manera de resumir los incontables logros que tiene su trabajo en estas páginas. Por eso, no solo por lo que nos cuenta Miller, Año uno se merece todos los elogios imaginables. Es esencial, es un imprescindible, pero es que, además, por ser una historia de origen, es el mejor punto por el que cualquier lector puede empezar a conocer la leyenda de Batman.
El volumen incluye los números 404 a 407 de Batman, publicados originalmente por DC Comics entre febrero y mayo de 1987. El contenido extra lo forman una introducción de Denny O’Neil, unas palabras de Frank Miller, las cubiertas originales de David Mazzucchelli y un portafolio de bocetos y diseños del ilustrador.
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