‘Shock SuspenStories’ 1, de Al Fieldstein

Editorial: Diábolo.

Guion: Al Fieldstein.

Dibujo: Jack Kamen, Jack Davis, Joe Orlando, Graham Ingels, Wally Wood.

Páginas: 216.

Precio: 37,95 euros.

Presentación: Cartoné.

Publicación: Noviembre 2023.

Es relativamente llamativo que la introducción de Shock SuspenStories corra a cargo de alguien como Steven Spielberg. Quien se acerque a sus líneas, o incluso al contenido de este primer volumen de la serie, pensando en la filmografía del director americano se puede llevar una decepción, claro, pero tiene toda la lógica. Spielberg siempre se ha declarado aficionado a la cultura popular, algo que es exactamente lo que representa el contenido de este libro. Cómics para todos, cómics de misterio, de fantasía, de ciencia ficción, historias de crímenes con finales sorprendentes, ideas atrevidas para la época, que es lo que hizo que este tipo de tebeos obtuviera una inmerecida mala fama que llevó hasta su práctica desaparición. Y tampoco es casual que en este libro veamos a autores a los que ya nos hemos acostumbrado a leer en esta prodigiosa labor de recuperación de material clásico que está haciendo Diábolo, empezando por Al Fieldstein, escritor de todas las historias de este volumen, todas las que formaron los primeros seis números de la serie, y a la vez dibujante de algunas de ellas, siempre desde el corte clásico pero siempre imaginativo que hacia de estas series, denostadas por los sectores más rancios de la sociedad y adoradas por el público, un nicho de una calidad que entonces nadie se atrevía a destacar.

La clave está en la diversidad, pero en el caso de Shock SuspenStories también en su mirada hacia la realidad. De hecho, hay un ejemplo perfecto de hasta dónde era capaz de llegar esta serie, un relato que el centro está en el odio al comunismo en Estados Unidos, punto clave de la caza de brujas que afectó a toda la cultura norteamericana a mediados del siglo pasado. No es una ironía, es el fino olfato de Fieldstein para encontrar ideas que sustenten sus historias. Normalmente eran cuestiones más cercanas al impacto, a la fantasía, por supuesto al horror, pero en esta serie se deslizan algunos temas bastante serios, este o el racismo, que ayudan a llevar Shock SuspenStories a otro nivel. Ni mejor ni peor, porque no será aquí donde despreciemos el género, también muy presente en estas páginas, pero sí algo distinto. Hay que insistir en que Fieldstein es el autor de todos los relatos, lo que da una idea de lo prolífico que era y, sobre todo, de la originalidad que era capaz de mantener. Los esquemas de las historias a veces se parecen, pero siempre con una frescura notable y un salto continuo de temas y escenarios, incluso dentro de un mismo número, para que el lector no tenga tiempo de pensar en aburrirse. No llega a suceder, por supuesto, el formato revista ayuda bastante y reduce en cierta forma los peligros de la redundancia.

Aunque el cómic tardara en otorgarse el papel de arte, lo cierto es que cuando uno se asoma a los cómics de aquellos años encuentra verdaderas joyas. Y eso que eran cómics que, en el fondo, no estaban llamados a perdurar, sino a ser objeto de consumo más o menos rápido como diversión pasajera. Los nombres que vemos aquí son los que ya hemos visto en otros libros parecidos, los de Jack Kamen, Wally Wood o Joe Orlando, y las sensaciones son por tanto igual de notables. El de todos ellos, con sus matices personales para diferenciarles, es un dibujo muy propio de su época, claro, porque entonces no había tanta diversidad creativa, por lo menos no en este género, como la puede haber hoy en día. Pero uniformidad tampoco, ojo.  Los expresivos rostros de Kamen, por ejemplo y por destacar algo, marcan una diferencia. Pero todos los artistas que pasan por estas páginas tuvieron la virtud de entender los relatos y lo que se pretendía con ellos. Todos encuentran el suspense, el misterio, el golpe final, y no hay ningún relato que desentone en todo el libro. Siempre hay joyas ocultas que recuperar, y esa es la percepción que podemos tener de Shock SupenStories, una cabecera de la que muy pocos habrían oído hablar y que sin embargo, a sus autores nos remitimos para ello, mantienen un nivel muy parejo al de otras revistas que sí lograron más fama.

El volumen contiene los seis primeros números de Shock Suspenstories, publicados originalmente entre febrero de 1952 y enero de 1953.

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