Televisión – ‘¿Qué pasaría si…? Temporada 2’, de Bryan Andrews

Título original: What If…?

Director: Bryan Andrews, Stephan Franck.

Reparto: Jeffrey Wright, Haley Atwell, Benedict Cumberbact, Josh Keaton, Mick Wingert, Samuel L. Jackson, Lake Bell, Sebastian Stan, Jon Favreau, Karen Gillan, Michael Douglas, Devery Jacobs, Cate Blanchett.

Música: Laura Karpman, Nora Kroll-Rosenbaum.

Duración: 32-35 minutos cada episodio.

Distribuidora: Disney.

Estreno: 22 de diciembre – 30 de diciembre de 2023 (Estados Unidos y España, digital).

Con las grandes franquicias pasa que hay un eje central de todo y unos elementos colaterales que vienen a sacar rédito del éxito de la primera parte. No, no es un galimatías con el que nos podamos volver locos, es un razonamiento más o menos plausible para explicar la existencia de ¿Qué pasaría si…? En el cómic, What If…? fue una serie muy apreciable, y su salto a la televisión, casi sin hacer ruido, sin que nadie desviara el foco del cine o de las primeras series de Marvel Studios, fue igualmente gozoso en una primera temporada (aquí, su crítica) de la que lo más criticable era su brevedad. Pues bien, la segunda temporada llega para ponernos a prueba. ¿Será capaz de aprovechar los aciertos de la primera? Salgamos de dudas con rotundidad: sí. Esta segunda remesa de episodios es tanto o más gozosa que la primera, aunque ya seamos conscientes, tanto los creadores como los espectadores, de hasta dónde nos puede llevar. Y aunque al principio pueden surgir dudas, lícitas por otra parte, ¿Qué pasaría si…? vuelve a acertar de pleno, ofreciéndonos un Multiverso deliciosamente conectado, que aprovecha el origen de cómic y el referente de cine para ofrecernos algo fresco y dinámico de lo que, además, no se atisba un final aunque queden bien cerrados sus principales asuntos.

Es fascinante que en una serie tan corta dé tiempo a tantas cosas. Empezamos con un homenaje tan descarado como delicioso a Blade Runner con Nebula como protagonista, acabamos con una locura del Multiverso que se enfoca en los tres grandes pilares de esta segunda temporada, a los que ahora vamos, y pasa incluso por un episodio navideño, quizá el más prescindible aunque no por ello carente de gracia, o uno de revival ochentero. Pero vamos a los pilares. Dos emanan de la primera temporada, fueron sus dos grandes hallazgos y es lógico que sea los ejes centrales en torno a los cuales gira la segunda. Hablamos de la Capitana Carter y del Doctor Strange oscuro. La tercera pata es la gran apuesta de esta continuación, el primer personal original de la serie, Kahhori, que se cuela en el clímax y que uno no sabe si es encargo de Marvel Studios para dar el salto a la acción real en el momento menos pensado o una apuesta individual de la serie animada sin pensar en su futuro. Su reunión en el episodio final, después de que se rinda un espléndido homenaje al What If…? moderno por excelencia, el 1602 de Neil Gaiman, es magnífica, y da pie a un clímax muy espectacular y completo, que entronca con todo lo que hemos visto hasta ahora de una manera bastante natural y sorprendente a la vez.

En lo visual, en términos generales, no hay grandes sorpresas. La serie mantiene un aspecto estilizado, cercano a la imagen real de los actores que conocemos y a la vez fluido para que la animación sea tan espectacular como necesitan los mundos alternativos que nos muestra. Hay mucho juego con el aspecto de los personajes que resulta muy entretenido y una recreación de mundos que no está tan lejos del nivel que hemos visto en las propias películas de Marvel, lo que da una idea de la atrevida escala por la que apuestan sus responsables. Es cierto que se puede echar en falta a los pesos pesados del prolongado Universo Marvel, porque sólo Tony Stark, que no Iron Man, protagoniza un episodio en esta segunda temporada, pero hay tantos personajes que ver, tantas ideas que rescatar y tantos conceptos por explorar, que se da por bueno el protagonismo del que hemos hablado, el de Nebula o el de unos Vengadores en los que vemos, por ejemplo, a Hank Pym. Lo mejor es dejarse sorprender con todo, con lo excelso y con lo correcto, incluso con lo que podríamos pensar incluso que sobra. Pero es que no lo hace. Es, simplemente, otro mundo, puede que no sea uno que nos emocione personalmente pero seguro que hay otro aficionado al que sí. What If…? siempre tuvo esa riqueza y la serie la está aprovechando con mucha categoría.

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