‘Nivawa y Saitô’, de Nagabe

Editorial: ECC.

Guion: Nagabe.

Dibujo: Nagabe.

Páginas: 488.

Precio: 24,95 euros.

Presentación: Rústica con sobrecubierta.

Publicación: Octubre 2023.

A Nagabe no se le puede discutir que no sepa buscar argumentos cargados de originalidad para sus obras, y desde luego Nivawa y Saitô es un ejemplo perfecto de esa manera de encontrar situaciones absolutamente rocambolescas. El choque cultural no es nada nuevo, pero plantearlo con un niño de una especie alienígena a la que hay que explicar desde cero todas las costumbres de la humanidad y un joven que ni estudia ni trabaja, que come fatal y que le gustan los videojuegos es pasar el concepto a otro nivel. Y lo que resulta es una obra, recogida en este volumen integral, que tiene más miga de la que parece, que desde luego es extraña a más no poder precisamente porque explota hasta la saciedad la incomprensión mutua de los dos protagonistas entre sí y del pequeño extraterrestre con todo el mundo que se va abriendo ante sus ojos. Es extraño, sí, porque no parece tener más objetivo concreto que el de ir mostrando el aspecto más bizarro de cada situación cotidiana (o no, que algunas también están motivadas por el lado alienígena) que nos va presentando. Claro, los opuestos se atraen y es lo que acaba sucediendo en esta historia, aunque sólo sea para montar desenfadados desencuentros que explicar de la manera más divertida posible. Al final no es fácil concretar lo que hemos leído, pero sorprende lo suyo.

Lo hemos dicho, Nagabe es original. Le da igual ser realista o que incluso sus arriesgadas ideas puedan tener alguna lectura con la que sentirnos identificados. No es lo que busca. Muy al contrario, quiere que cada secuencia nos deje con una ceja arqueada y la boca abierta. Y sea más o menos interesante lo que propone, que de todo hay en esta particular cronología que va estableciendo para contarnos la estancia en la Tierra de Nivawa, lo cierto es que siempre sorprende. Ese es el objetivo, así que podemos sentenciar que Nivawa y Saitô, que no busca nada especialmente complejo ni siquiera desde el título, se sale con la suya en todo momento, incluso aunque se trata de una historia que se asoma a las 500 páginas. Ese es su otro gran valor, que lo que en principio puede parecer una concatenación de situaciones más o menos repetidas tiene frescura a lo largo de toda su extensión. Y eso es, en realidad, porque Nagabe apuesta por un formato de buddy movie dentro del rocambolesco escenario que propone que resulta siempre agradable y cómico, hay gag en todas sus propuestas, incluso con aquellas que quieren rondar escenarios más dramáticos o incluso en el desenlace, que, dividido en dos momentos para generar una cierta, lógica y previsible tensión, es lo más emotivo que propone en toda la historia.

Es evidente que buena parte de las opciones de éxito de Nivawa y Saitô descansan en el diseño del primero. Y si hablábamos de un manga extraño, seguramente tenemos que empezar por ahí. No es sólo que tengamos un alienígena en cada página, es que tenemos uno con un raro artefacto en la boca que suelta sólo en ocasiones contadas. Y el caso es que eso le da cierta gracia, la suficiente como para que nos intrigue durante buena parte de la historia, hasta que se dan explicaciones sobre lo que es y para qué sirve. Al margen de eso, y con un uso también curioso de los alienígenas adultos, lo que prima en esta obra es la comedia, al menos desde el punto de vista visual. Y su éxito está precisamente en que las risas no impiden ver el trasfondo que Nagabe le quiere dar a algunos momentos de Nivawa y Saitô. No podemos pensar en esta historia como algo convencional, ni siquiera aunque su base real esté en un día a día más o menos accesible, porque al final es el golpe de efecto lo que busca en cada uno de sus capítulos. Y lo consigue, para que nos vamos a engañar. Cierto es que parece un manga para lectores que estén dispuestos a asumir desde el principio toda la extrañeza de su propuesta, pero también que poco a poco puede ir ganándose a lectores distintos precisamente por los temas y las situaciones que va tratando.

Futabasha publicó originalmente Nivawa to saitou en 2015.

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