‘Historia del arte en cómic 4. Arte barroco’, de Pedro Cifuentes

Editorial: Desperta Ferro.

Guion: Pedro Cifuentes.

Dibujo: Pedro Cifuentes.

Páginas: 96.

Precio: 22,50 euros.

Presentación: Cartoné.

Publicación: Noviembre 2023.

Son ya unos cuantos años los que han pasado desde que Pedro Cifuentes empezó a mostrarnos el poder educativo que tienen las viñetas con el primer volumen de Historia del arte en cómic (aquí, su reseña). Y cuando esa serie alcanza ya su cuarto álbum, todo lo bueno que dijimos entonces de su trabajo sigue plenamente vigente. Incluso más, si se quiere, porque ver cómo está el mundo a nuestro alrededor hace cada vez más necesario insistir en lo imprescindible que es una educación de calidad y que se convierta en algo accesible a los más jóvenes. Y el cómic, sí, es un ayudante de lujo en ese trabajo, como queda claro en la labor de un Cifuentes que sigue convirtiendo cada uno de sus tebeos en una deliciosa experiencia pedagógica. Puede que él lo vea como un día más en la oficina, pero para quienes hemos vivido la tiranía de los apuntes memorizados palabra por palabra encontrarnos con lecciones magistrales como esta es una auténtica bendición. Hablamos, en este caso del Arte barroco, ese es el objeto del cuarto volumen de la Historia del arte en cómic, y aunque podemos ver una evidente línea continuista, una que separa los cómics por etapas históricas más que por cuestiones narrativas de cualquier clase, es maravilloso el esfuerzo que hace  Cifuentes para que veamos aquello de lo que nos habla.

No hay cambios realmente en la propuesta narrativa con respecto a los anteriores títulos de la serie. El autor nos lleva por un viaje en el tiempo y en el espacio que tiene sentido en cuanto que una parte de su clase le acompaña en él, haciendo así que el mundo se convierta en su aula y sus ayudantes educativos los mismos destacados protagonistas de la Historia que está desgranando. La Historia del arte en cómic tiene unas claves ya muy marcadas como para esperar cambios, pero siguen funcionando muy bien. Las explicaciones son cercanas. Con muchos datos, desde luego, porque al fin y al cabo se trata de aprender disfrutando, pero con un toque desenfadado, el que tiene un profesor distinto que sabe llevar su trabajo más allá del libro de texto o de los apuntes fotocopiados. Y el viaje está tan lleno de detalles que nos llevan hasta nuestra realidad, desde las alusiones frikis hasta el lenguaje actual y cercano al de los chavales de hoy en día, que es importante seguir destacando el objetivo de este invento, llegar a los chavales, no aburrirles con farragosos discursos ni apabullarles con fechas que no conozcan y nombres a los que no ponen cara. Por eso, cada uno de los autores nombrados tiene un papel aquí, se convierte en un personaje más, en uno cercano con el que los chicos puedan hablar.

Siempre ha sido admirable en Historia del arte en cómic, en realidad en cualquiera de los tebeos que ha firmado Cifuentes aunque no formara parte de esta serie, lo bien que mezcla estilos de ilustración. Por un lado, es un dibujante simpático y cercano, que crea personajes desde una caricatura sencilla y clara. Pero por otro, es un dibujante minucioso hasta el extremo, capaz de ofrecer un nivel de detalle casi fotográfico en las manifestaciones artísticas que quiere reproducir, con claros modelos que proceden de esas imágenes sacadas de libros de texto y de arte. Sobra decir que el Barroco exige lo mejor de él, por lo recargado que era su arte. Hay páginas bestiales en este sentido, y da gusto que Cifuentes no se deje llevar por la espectacularidad de lo que quiere enseñar y que no tenga miedo en colocar a sus personajes en medio de tanta esa artística, a veces incluso superponiéndose. Y es que Cifuentes une, eso es lo que hace, une estilos visuales, sí, pero también formas de enseñar, y eso es justo lo que hace de sus tebeos las magníficas herramientas educativas que aspiran a ser. Si alguien lo duda, no tiene más que ir abrir cualquiera de sus libros y dejar que llevar. Seguro que no tarda muchas páginas en darse cuenta de que aprender y divertirse pueden ir de la mano gracias a las viñetas.

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