‘Demon Quest’, de Enkaru

Editorial: Fandogamia.

Guion: Enkaru.

Dibujo: Enkaru, 

Páginas: 128.

Precio: 12 euros.

Presentación: Rústica con solapas.

Publicación: Noviembre 2023.

No tienen que transcurrir demasiadas páginas de Demon Quest para que nos demos cuenta de que Enkaru derrocha un entusiasmo gigantesco por el mundo del videojuego y por lo que tiene este mundo de experiencia personal. Por esa misma razón, parece difícil no disfrutar con esta aventura doble, la de un padre que trata de enseñar a su hija adolescente las bondades de un videojuego de fantasía heroica del que disfrutó con su edad y por otro lado la misma aventura de los personajes de ficción dentro de la estructura que tenía un juego de aquella época ya sólo recordada por quienes la vivieron y desde la visión más vintage de este mundo. Y no está de más tampoco decir que Demon Quest es una visión feminista del mundo del videojuego porque, sí, es un entorno en el que también ha imperado cierto machismo durante bastante tiempo. Esa idea es un punto más a favor de la historia, de la simpatía que despierta, que no sólo procede de su agradable diseño sino también de los temas que toca para dar una forma muy cariñosa a la aventura que centra el volumen. Porque esto no deja de ser una aventura de espada y brujería contada desde un punto de vista de comedia y un lenguaje muy actual, pero es que todo lo que hay por detrás lo que hace que se gane el cariño de lector de una forma bastante directa.

Es verdad que, en un primer vistazo, Demon Quest es uno de esos tebeos simpáticos, juveniles, divertidos, entretenidos y sin mayores pretensiones que las de hacernos pasar un buen rato. Pero escarbemos un poco en su superficie. Es, lo hemos dicho, un canto de amor al videojuego clásico. Olvidaos de gráficos perfectos, partidas en línea e historia hipercomplicadas, porque antes, lo crean o no los más jóvenes, los juegos no eran así. Por esa vía, la experiencia compartida es más emocionante, porque no hay un padre actual criado en los años 80 o 90 que no sueñe con lo que nos muestra Enkaru, con enseñar a su descendencia aquello que tanto le emocionaba cuando tenía su edad. No es casual tampoco que en este caso la parte más joven de este dúo de jugadores sea una chica, porque el videojuego todavía tiene muchos pasos que dar en ese sentido, como también sus gráficos y sus historias, que durante mucho tiempo han tendido a sexualizar a los personajes femeninos de una manera evidente. Todo esto está reflejado en estas páginas, y por eso sus protagonistas en la parte de fantasía son dos mujeres. A partir de ahí, la acción es dinámica y ágil, el humor salta de un lado a otro de la pantalla con mucha fluidez y acabamos cogiendo el mismo cariño a los dos dúos que vemos en la pantalla, el de las dos aventureras, y el de un padre y su hija.

Esa misma diversión es la que se ve en el dibujo, ya desde el delicioso homenaje de la cubierta a las clásicas portadas de videojuego de las primeras consolas y un diseño de personajes que recuerda mucho al de aquellos años y al de personajes que todos podemos tener en la memoria. Enkaru logra que funcione por ese lado la acción y también la diversión. Y sobre todo hay una fluidez enorme entre los dos escenarios del tebeo, hasta el punto de que no es nada complicado vivir la aventura de la misma forma que lo hacen los dos personajes reales, y vivir el salto de color que hay entre los dos escenarios como la mejor manera de entender la transición entre un mundo y el otro. Incluso los tópicos (¿cómo no usarlos en este escenario de la cultura popular?) están muy bien dibujados, y sirven para que cada lector pueda establecer la conexión emocional con sus propios recuerdos. Por todas estas razones, Demon Quest es un homenaje cálido al videojuego y, aún más, a su propia mitología, a la forma en la que jugábamos, a cómo recordamos ahora esos momentos y al legado que nos gustaría a todos dejar a nuestros hijos con aquellos momentos imborrables. Como hay tanto cariño en Demon Quest, además del sentido del espectáculo del que hablamos, ¿cómo no disfrutar con todo esto?

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