Guion: Neil Gaiman.
Dibujo: Chris Bachalo, Mark Buckingham, Jeff Jones, Dave McKean.
Páginas: 192.
Precio: 9,95 euros.
Presentación: Rústica.
Publicación: Agosto 2023.
Si quisiéramos hacer una lista con todo lo que Neil Gaiman bordó en Sandman (aquí, reseña de su primer volumen), estaríamos aquí todo el día, pero si preguntáramos a los lectores seguro que muchos de ellos pondrían a Muerte en el primer lugar de esa lista. Por eso, que Muerte protagonizara sus propias historias más allá de las peripecias de Morfeo era algo lógico, pero, sobre todo al principio si era Gaiman el que se encargaba de ellas. Por eso El alto coste de la vida y Lo mejor de la vida, las dos historias fundamentales de este volumen, son tan buenas y encajan tan bien en la mitología de la que surge. La muerte es algo aterrador para la mayoría, trágico, y la Muerte de Gaiman no se sale de esas ideas, pero hay romanticismo en esa joven gótica de piel pálida y en la forma en la que nos acompaña en el tránsito más inevitable de nuestras vidas. Hay poesía, hay magia también. Es algo inexplicable por lo contradictorio que es, pero que denota por ello un talento creativo y narrativo al que sólo podemos reaccionar desde la más pura admiración, sabiendo que leer las historias de Muerte es una experiencia incomparable, de las que se sale distinto, cambiado. Sandman puede tener una sombra muy amargada que se ha puesto a prueba en muchas ocasiones, pero pocas con tanto que decir como en el caso de estas historias en concreto.
Para Gaiman todo en estas páginas parece ser un viaje emocional, todo es un tránsito desde un lugar de confort, sea real o aparente, y uno en el que todo es nuevo y diferente. Lo hemos dicho, es una experiencia que nos cambia, y así funciona también con sus personajes. Es así con el muchacho de 16 años al que seguimos en la primera de las historias y con la pareja lesbiana de la segunda, continuación en muchos sentidos emocionales y con personajes de El alto coste de la vida. Ese movimiento que marca lo que cuenta Gaiman es lo hace que ambos relatos tengan sensaciones parecidas pero que sean a la vez completamente diferentes, y no sólo por sus protagonistas. Incluso el rol que juega Muerte en cada una de ellas es distinto, porque con Gaiman hablamos de un escritor que siempre tiene cosas que contar más allá de los réditos económicos que pueda conseguir de seguir expandiendo su franquicia. Nada hay artificial en estas dos miniseries de Muerte, del mismo modo que no lo hay en el personaje o en los contextos contemporáneos, emocionalmente actuales incluso unas décadas después, en los que se enmarcan estos viajes. Si las historias de Gaiman generalmente no parecen envejecer, cuando juega con Muerte es que parece que estemos viviéndolas intensamente cada vez que las leemos, no sólo en su descubrimiento inicial.
La magia de Gaiman tiene dos aliados excepcionales en sus dibujantes, que son parte integral de lo que importan estas historias, quizá por encima de lo que consiguió en la misma Sandman, más irregular en su aspecto visual. Chris Bachalo es el responsable del aspecto de Muerte, y más que eso, de las sensaciones que deja, del poder hipnótico de su sonrisa, de esa fragilidad que transmite aunque sepamos de quién se trata, de su aparentemente contradictoria seguridad desde el papel que juega. Y pocos como Mark Buckingham podrían haber recogido el testigo y dejar imágenes tan carismáticas como las que nos ofrece en las páginas que dibuja de Lo mejor de la vida. Si Bachalo es más directo, a Buckingham le gusta expandir la experiencia sensorial a la construcción de la página. Si el primero se basa en un retrato de una sociedad moderna, nocturna y casi underground por momentos, el segundo juega más con la fantasía. Ambos, en todo caso, conectan con lo que escribe Gaiman, con el mundo que intenta mostrar y con un personaje fascinante ya desde que le ponemos el ojo encima. Los complementos de Jeff Jones y, sobre todo, Dave McKean, en aquellas míticas páginas en las que Muerte hablaba del sida, son una guinda esplendida para unos relatos espléndidos a todos los niveles.
El volumen incluye los tres números de Death: The High Cost of Living, los tres de Death: The Time of your Life, material de los números 2, 9 y 11 de Vertigo: Winter’s Edge y World’s Finest Comic Book Writers & Artist Tell Stories to Remember, publicados originalmente por Vertigo entre marzo de 1993 y febrero de 2002. El único contenido extra son las portadas originales de Dave McKean y Mike Allred.
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