CÓMIC PARA TODOS

‘Voodoo (1953)’

Editorial: Diábolo.

Páginas: 184.

Precio: 34,95 euros.

Presentación: Cartoné.

Publicación: Septiembre 2023.

Puede sonar reiterativo, pero cada volumen de la Biblioteca de cómics de terror de los años 50, y ya van once, genera sensaciones bastante parecidos, y tampoco vamos a alejarnos mucho de este discurso con este Voodoo (1953), segundo de los libros que se dedican en exclusiva a esta vieja publicación. Hablamos de una recopilación de historias cortas que aparecían en un formato de revista, que tenían esquemas similares, con un misterio impactante y un final todavía más chocante. Son tebeos que forman parte de otra época, que fueron vilipendiados y que el tiempo les ha dado una mística a la que parece imposible resistirse. Y muchas veces, sucede en la totalidad de este volumen, ni siquiera están acreditados los nombres de los autores que dieron vida a estos horrores. Pero por alguna extraña razón que parece hasta difícil de explicar, estos viajes a lo desconocido, esta confrontación con horrores que no son de este mundo, mantienen un nivel espléndido, no nos cansamos de leer una y otra historia, uno y otro número de estas desaparecidas publicaciones que fueron perseguidas en su momento por razones que ahora, leyendo lo que tenemos entre manos, parecen imposibles de respaldar viendo cómo ha evolucionado la narrativa popular. Y por eso, cada uno de estos volúmenes es una pequeña gran joya.

Los cómics de terror de EC tuvieron más fama, pero no por ello vamos a dejar de encontrar historias apreciables en Voodoo. Como en casi todas las publicaciones de terror de la época, en esta el principal valor, al menos el primero que podía notar el lector, era la variedad. Juguetes malvados, espíritus vengativos, perros incontrolables, alienígenas agresivos, doppelgangers que surgen de retratos, demonios conjurados, extraños monstruos, plantas carnívoras o, por supuesto, muñecos vudú van creando relatos inquietantes y con un cierto nivel de atrevimiento que, seguramente, fue lo que provocó el señalamiento en su época. Porque filtros hay pocos, y en las páginas de Voodoo, escarbando bajo la superficie fantástica, lo que se suele encontrar es lo peor del alma humana. No son historias en las que haya demasiadas víctimas, sino que el foco se pone en los culpables, en los que desatan horrores en su propio beneficio. Y todo esto se nos ofrecía ya en su momento sin ese miedo comercial a que las historias acaben mal o dejen un poso desazonador en los lectores, que es lo que se acabó prohibiendo de una manera casi absoluta en el cómic americano tras el auge y caída de estas publicaciones. Ahora, el paso del tiempo no ha hecho más que provocar que su aura de cómics malditos juegue a su favor.

Pasa lo mismo con el dibujo. Tendemos a pensar en que la espectacularidad o los artificios visuales modernos han hecho envejecer mal a este tipo de historias, y al final parece casi lo contrario. Voodoo mantiene un consciente aire clásico. En su dibujo por supuesto, pero también en ese color añejo con el que la mayoría de los lectores adultos de nuestro tiempo conocimos el poder de las viñetas. Y de alguna manera eso hace que entremos en contexto con el libro y apreciemos aún más el efecto que estas historias provocaban a pesar de que las posibilidades técnicas de impresión no jugaban precisamente a favor de los artistas. Por eso se valora el enorme caudal de imaginación que hay en estas páginas, la forma en la que los ilustradores de entonces, con mayor o menor éxito, eran capaces de conjugar una belleza de sus protagonistas con arquetipos de género y propuestas muy novedosas y originales. Con semejante mezcla, es difícil no apreciar Voodoo, por lo que fue pero también por lo que es ahora mismo, porque su impacto es distinto pero no menguante, porque recuperar estos cómics es una excepcional tarea que demuestra que cualquier tiempo pasado no tiene por qué ser mejor pero desde sí importante de recordar y valorar. Casi siempre se ha mirado al terror por encima del hombre y sin embargo aquí estamos, valorándolo como se merece.

El volumen incluye los números 7 a 12 de Voodoo, publicados originalmente por Ajax/Farrell entre marzo y diciembre de 1953. El contenido extra lo forman una introducción de Micahel H. Price y una galería de cubiertas originales.

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Esta entrada fue publicada el 19 octubre, 2023 por en Diábolo.

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