Guion: Daniel Cuello.
Dibujo: Daniel Cuello.
Páginas: 224.
Precio: 25 euros.
Presentación: Cartoné.
Publicación: Septiembre 2023.
Si hubiera alguna manera de definir las obras de Daniel Cuello, por fuerza habría que incluir en esa definición al menos dos palabras: extrañeza y cotidiano. No es fácil dilucidar si es un poeta de la extrañeza de lo cotidiano o un retratista de lo cotidiano de la extrañeza, o quizás es un poco de las dos cosas. O a lo mejor, ninguna de los dos, quién sabe. Lo que sí sabemos habiendo leído ya en España Residencia Arcadia (aquí, su reseña) y ahora Los buenos modales es que Cuello tiene una forma muy atractiva de conseguir que nos metamos en sus historias sin medias tintas. Puede que al final no sepamos realmente lo que hemos leído, porque eso es lo que pasa a veces cuando uno se asoma a una historia rara, pero al mismo tiempo es complicado no encontrar esos momentos que tienen resonancia en la vida del lector. Momentos, personajes, frases, instantes en definitiva que en manos de Cuello forman algo totalmente inesperado. Lo que en el primer acto casi parece un retrato de la vida más burocrática y oficinista de un partido, en la segunda se convierte en algo completamente distinto, algo que tiene más que ver con el valor de tomar decisiones. Y el epílogo, como el prólogo, son las guindas de una historia que por encima de todo es original cuando se tiene la continua sensación de que en realidad no quiere serlo.
Es muy ingenioso el planteamiento que hace Cuello y las elipsis con las que juega, contando una historia con un salto de 22 años entre sus dos partes. 22 años. Un autor tiene que tener muy claro de qué va el relato para exigir al lector que entienda lo que hay, y en este caso eso se descubre claramente en cuanto damos al salto a la segunda mitad. Ahí es donde realmente se empieza a entender el cuadro. Y sin embargo, ahí también radica el acierto de Cuello, porque mientras estamos asistiendo a la construcción de su historia parece difícil no entrar en su particular sentido del humor, uno que además es bastante camaleónico, porque nos propone reírnos de cosas muy distintas y por cambios también variables. Puede que sea por eso que Los buenos modales tenga un encaje más o menos sencillo en nuestra realidad como lectores, porque al menos algo de lo que pasa en este sugerente microuniverso lo tenemos que haber visto en la realidad. Esa sería una apuesta casi segura, porque Cuello es muy realista dentro de su sentido del humor, absurdo por momentos pero a la vez cercano. Su juego con el tiempo hace el resto, porque nos tiene todo el rato pensando por dónde va a salir, algo que, como hemos dicho, se corona en un epílogo desternillante y que cambia en buena medida algunas de las ideas que nos pudiera haber dejado su segunda parte.
Esos saltos en el tiempo forman parte de uno de los retos que nos propone Cuello, precisamente porque tenemos que ver a los mismos personajes en ventanas temporales distintas. El caso es que los dibuja con tanto carisma que no se le puede poner pega alguna en esta labor. El estilo del autor tiene una baza esencial, y es la expresividad. No hace caricatura, pero al mismo tiempo se aleja con facilidad del realismo, encontrando un espacio intermedio en el que está francamente cómodo. No sólo él, también los personajes y, en consecuencia, el lector. Como si estuviera rizando el rizo, hay una sensación de atemporalidad en su historia, como si para la primera parte viajáramos al pasado pero para la segunda incluso diéramos un salto al futuro más cercano. Y eso, lejos de sacarnos de la historia, nos mete todavía más en las aventuras de un grupo de personas que, vistas fríamente, no tienen ningún mérito personal real más allá de ser la fauna de un escenario de oficina concreto. Los buenos modales es un tebeo de esos divertidamente extraño, de lo que sería difícil resumir en una sinopsis, de los que hacen que la lectura sea divertida y el tiempo en el que reposa la historia nos haga plantearnos algunas preguntas sobre lo que acabamos de leer. Ese pasa por ser el mejor elogio que se le puede hacer a la obra de Cuello.
BAO Publishing publicó originalmente Le buone maniere en mayo de 2022.
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