‘Loquios’, de Tomeu Pinya

Editorial: Dolmen.

Guion: Tomeu Pinya.

Dibujo: Tomeu Pinya.

Páginas: 48.

Precio: 14 euros.

Presentación: Cartoné.

Publicación: Julio 2023.

Cualquiera que haya tenido un hijo, y también seguramente quienes no hayan tenido esa experiencia, sabe que lo que nos cuentan es sólo la parte más bonita de la experiencia. Nos habla de la paternidad y la maternidad como algo hermoso, del parto como un proceso controlado y de la crianza y educación del bebé como algo enriquecedor. Pero en todos esos procesos hay situaciones que se salen de la línea recta, que provocan sensaciones muy distintas, que cambian la vida pero no precisamente para bien. Loquios va de todo esto, con dos protagonistas, dos mujeres, una que ansía ser madre y no lo consigue y otra que no quiere serlo y se convierte en una. Dos mujeres, dos vidas, dos maneras de entender la maternidad que chocan pero que a la vez discurren en paralelo. Dos personajes creados por Neus Nadal para su obra de teatro y que Tomeu Pinya ha trasladado de una manera muy acertada a las viñetas, en un cómic que deja una sensación muy dura, la que bebe directamente de una realidad que está ahí, aunque nunca nos la cuenten, que habla del difícil camino de la maternidad, de cómo está condicionado por muchos aspectos y que sale directamente de vida diaria, de esa que, cuando las cosas se tuercen, puede ser más hiriente que cualquier relato de ficción que podamos imaginar.

Pinya solventa muy bien la primera dificultad que plantea Loquios, la obra de teatro, y es la de abandonar las tablas y el recurso del montaje y la puesta en escena, para darle un aspecto todavía más real. No sólo con la historia, cuya realidad es indudable, sino también con la forma de contar los caminos de esas dos mujeres que se quedan embarazadas a la vez, magnífico recurso el de contarlo en paralelo pero no necesariamente en equilibrio constante en las cuatro primeras páginas. Ese es uno de los grandes esfuerzos del autor, ir añadiendo detalles de estas dos vidas sin necesidad de sentir que hablando de una esté dejando de lado la otra. Ambas entran cuando corresponde, cuando emocionalmente aportan a la historia. Y eso, que parece sencillo en una historia contada de manera cronológica, no sólo no lo es sino que bien podríamos decir que es la base en la que se afianza Loquios como cómic. La realidad está ahí, y está muy bien reflejada, pero no podemos olvidar que este es un trabajo de adaptación y por eso hay que valorar en la misma medida la forma en la que Pinya estructura todo el mensaje. Las dos cosas nos hacen sentir, las dos nos invitan a pensar en que la vida no es blanca o negra, y con esas herramientas Loquios cobra forma de una manera increíblemente real. No realista, sino real, como si tuviéramos aquí al lado a cualquiera de sus dos protagonistas.

Hablando tanto de lo real, podríamos cometer el error de pensar que sólo una vía realista, incluso fotorrealista, podría llevarnos a lograr los objetivos visuales de una historia como Loquios. Y Pinya rápidamente nos demuestra que hay otros caminos. El suyo es sobresaliente por dos razones. Primero, porque su forma de encarar a los personajes es de una expresividad gigantesca, ese es de hecho el objetivo primordial que, con toda lógica, parece marcarse en su adaptación. Y segundo, porque juega con la composición de página de una manera muy interesante. Ya hemos hablado de la narración paralela de las primeras páginas, pero hay mucho más, y eso que es una obra bastante corta, porque cuando rompe los márgenes de la viñeta deja imágenes muy sugerentes. Loquios es, por tanto, una de esas historias que resultan duras por lo que cuentan pero enormemente placenteras por lo bien escritas y dibujadas que están. Pinya hace suyo el relato, se mete de una manera tremenda en la piel de las dos protagonistas y transmite los dos dramas, opuestos y a la vez complementarios, que hacen que pensemos en la maternidad de una forma muy distinta a la que se nos suele transmitir. Y eso también tiene mucho valor porque la vida casi nunca es el camino de rosas que a todos nos gustaría que fuera.

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