Guion: Hugo Pratt.
Dibujo: Hugo Pratt.
Páginas: 188.
Precio: 34 euros.
Presentación: Cartoné.
Publicación: Abril 2023.
El final de un largo viaje no tiene por qué estar planificado de antemano. La aventura de Corto Maltés, la original, la de Hugo Pratt, llega a término en Mû, el continente perdido, y lo hace exhibiendo todas las armas que hacen de este un enorme clásico del cómic Europeo, y hablamos tanto de los ardides narrativos de su autor como de los personajes que apoyan el fuerte carácter de un protagonista singular, un aventurero único. Repasar todo el viaje de cuando en cuando es una delicia, porque las aventuras de Corto Maltés son únicas, da igual que sean en color o en blanco y negro, como se han podido ver en esta edición doble, porque son clásicas y a la vez contemporáneas, por imposible que pueda parecer esa contradicción. También porque son aventuras que no tienen el ritmo que se espera hoy en el género, pero sí tienen trucos que funcionan mejor que los que utilizan autores de nuestro tiempo para dar ritmo a las historias. Y, por qué no decirlo, porque su sencillez visual es una estrategia aparente que nos sume en una atemporalidad que hace de Corto una rara avis en el cómic del siglo XX, conocido por todos pero seguramente algo menos leído de lo que pudiéramos pensar. Y es una pena desperdiciar la oportunidad de disfrutar con Corto Maltés, porque el cariño con el que Hugo Pratt creó todas sus historias bien vale un poco de nuestro tiempo.
No es Mû, el continente perdido la primera vez que Pratt sume a Corto Maltés en una aventura marcada por lo psicotrópico, por lo alucinógeno o por lo onírico, pero seguramente sí es el relato en el que durante más tiempo nos pone en esa situación que tantas posibilidades ofrece. Recordemos, Corto Maltés es un aventurero que ha recorrido medio mundo, y no es extraño verle como aquí en el corazón del Caribe. El crisol de culturas es algo que siempre entusiasmó a Pratt, y esta última historia es una demostración más de lo cómodo que estaba en ese escenario. Tanto como con la presencia de un número siempre muy alto y significativo de personajes secundarios, entre los que hay viejos conocidos, y es imposible no disfrutar por ejemplo con este incordiante Rasputín, y otros nuevos que sirven para dan ambiente a esta aventura concreta. Una que, de nuevo arranca de la manera más exótica posible, y no sólo por los rincones del mundo en los que tiene lugar la historia, sino incluso por arrancar con una extravagante conversación entre peces que se va transformando en algo todavía más sorprendente cuando el propio Corto entra en escena. Es, quizá, la mejor declaración de intenciones de lo mucho que le gustaba a Pratt hacer cosas distintas a todos los niveles en cada historia de Corto Maltés.
Eso, además, le permitía exhibirse también como ilustrador, porque la sorpresa iba de la mano de sus lápices. Es lógico concluir, o por lo menos es más fácilmente defendible, que Pratt era mejor escritor que dibujante, y seguramente muchos verán en su sencillez un escudo protector más que un arma narrativa, pero el estilo del autor siempre fue maravilloso. El componente aventurero que siempre tuvo compensaba con creces el alto número de primeros planos de perfil con los que conseguía encajar altas cantidades de diálogo en un ritmo adecuado, y lo alucinógeno de lo que hablábamos es lo que le permite innovar en esta historia y hacer de Mû, el continente perdido un relato a la altura de la leyenda de Corto Maltés. No será aquí donde desvelemos nada que no corresponda, pero sí podemos decir sin miedo que, una vez más, hay mucho que ver. Pratt consigue que la sonrisa con la que el propio Corto Maltés cierra este último libro firmado por su creador sea la misma que esboza el lector con el libro en las manos, da igual que seamos conscientes o no de que este es su punto final. Es uno extenso para lo que leímos en otros álbumes, uno muy variado, coral incluso para lo que suele ser habitual. Pero es Corto Maltés. Y eso es algo grande, da igual cuántos años pasen desde que estas páginas vieran la luz por primera vez.
Casterman publicó originalmente Corto Maltese: Mû en octubre de 1992. El único contenido extra es una introducción de Laura Vázquez.
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