CÓMIC PARA TODOS

Los 4 de CPT de mayo

Mayo se fue, ya estamos en junio, y como cada día 1 a nosotros nos toca elegir, apostar por esos cuatro títulos excelsos que entendemos que merecen una recomendación más intensa todavía que los elogios que ya les dedicamos en su reseña. Sí, aquí están Los 4 de CPT, del mes que acaba de terminar, la selección de los cuatro cómics que más nos han interesado de entre todos los que hemos revisado en los últimos 31 días.

Antes de nada, vamos con el recordatorio habitual, ya sabéis que pinchando en los títulos de cada uno de Los 4 de CPT iréis directos a la reseña completa que publicamos en su momentos de cada uno de estos cómics. Y si queréis buscar todas las entradas que ya hemos publicado en esta sección o conocer nuestras elecciones de meses anteriores, lo podéis hacer mediante Twitter con el hashtag #Los4DeCPT y por aquí en el blog, en nuestro buscador de categorías, el que tenéis justo al final de esta página y de la página principal, como “4 de CPT».

Sin más dilación, ahí van Los 4 de CPT de abril:

Cómo salvar la industria del cómic (sin tener ni puta idea), de Javier Marquina y Rosa Codina (ECC)

Llevamos un tiempo destacando la enorme labor que Javier Marquina está haciendo por el género en el cómic español, pero con este tebeo, de la mano también de una Rosa Codina espléndida, lo que hace es entender el medio y el mercado como pocas veces se ha hecho, con un espíritu crítico brutal y con unas ganas de cambiar el mundo desde dentro que resultan apasionantes. Es una sorpresa tremendamente agradable y una lectura más que obligada en los tiempos que corren.

47 cuerdas. Primera parte, de Timothé Le Boucher (Nuevo Nueve)

Ser un provocador en el mejor de los sentidos es un papel que le sienta de maravilla a Le Boucher. Sus 47 cuerdas suponen el retrato supremo de una obsesión sexual, sensorial y emocional a partes iguales, y es uno de esos libros que, a pesar de intimidar por su tamaño, sobrepasa todos los miedos que puedan surgir al inicio con una concatenación de escenas que se mueven entre lo fascinante y lo perturbador. Y sí, queda todavía la mitad.

Cuando veo cables me acuerdo de ti, de Arnau Sanz (Astiberri)

¿Es lícito hablar de obras de confirmación? Porque si lo es, esta es la de Arnau Sanz. Las sensaciones ya eran buenas, pero el poder metafórico que tiene este tebeo es arrollador. Y es, además, un tebeo que no para de crecer página a página, introduciendo una enorme cantidad de temas actuales en una historia en la que predomina un color absolutamente irreal y una temática robótica que invita a pensar en otra cosa. Pero qué va, este es un tebeo increíblemente humano.

Contrition, de Carlos Portela y Keko (Norma)

Qué seguridad hay que tener para llevar a una historia tan realista los rincones más oscuros del alma y el comportamiento humanos. Qué bien escribe Portela, encontrando una narración de múltiples protagonistas en un escenario que casi parece imposible y qué manera la de Keko de convertirse en un retratista de lo sórdido desde una vía tremendamente humana. Podríamos decir que es una sorpresa, pero firmando quien lo firman no sería del todo creíble.

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