Televisión – ‘Silver Surfer’

Título original: Silver Surfer.

Reparto: Paul Essiembre, James Blendick, Colin Fox, Gary Krawford, Camilla Scott, Oliver Becker, Robert Bockstael, Lally Cadeau, Jennifer Dale, David Hemblen, Roy Lewis, Mary Long, John Neville, Karl Pruner, Tara Strong, Elizabeth Sheperd, Alison Sealy-Smith, Cedric Smith, Norm Spencer.

Episodios: 13.

Duración: 22 minutos cada episodio.

Estreno: 7 de febrero de 1998 (Estados Unidos).

Si hay una víctima real de los problemas de derechos que durante años afectaron a las adaptaciones de cómics de Marvel ese es Estela Plateada. Hablamos concretamente de la serie de dibujos animados de 1998 que se quedó en apenas una temporada de 13 episodios ni siquiera dejaron cerrada la historia. Muy al contrario, el último episodio de Silver Surfer lleva en su título que era la parte 1 de algo que ya no llegamos a ver. Y sí, Estela Plateada es el gran perjudicado de estas disputas, en este caso entre Marvel y Saban Entertainment, pero también los aficionados, que vivieron un muy abrupto final para la que seguramente es la más ambiciosa de las series animadas de Marvel, aunque su fama esté a años luz de las mucho más populares de Spider-Man o X-Men. Con cambios bastante evidentes con respecto al cómic como la desaparición de los 4 Fantásticos del ataque a la Tierra de Galactus con el que se abre la serie, el carácter juvenil de la Nova que actúa como su sucesora o que Thanos corteje a Lady Caos y no a la Muerte, la serie funciona porque entiende la esencia melancólica y filosófica del personaje, que en no pocas ocasiones habla con una voz en off, muy a la manera de los cartuchos de texto del cómic, y con una baza fundamental, un aspecto que bebe con claridad del estilo de Jack Kirby.

¿Quién puede resistirse a una buena space opera como esta por la que desfilan personajes cósmicos de Marvel como los ya mencionados, los Kree y los Skrull, el Vigilante o unos cuantos de los Guardianes de la Galaxia del cine (aquí, su crítica) aunque sea en versiones muy distintas a las que ahora les han hecho populares? ¿Y cómo no apreciar esos intentos de generar algo nuevo con su mezcla de animación tradicional y por ordenador, aunque ahora se pueda ver como algo un tanto primitivo y hasta tosco en ciertos aspectos? Si a eso sumamos el espléndido regusto de ciencia ficción que tiene, y en ese sentido es obligado destacar que una de las historias está incluso firmada por Harlan Ellison, y los temas ambiciosos con los que expone los viajes de Estela Plateada por el universo, es fácil llegar a la conclusión que apuntábamos al principio y afirmar que esta es una serie esplendida, épica y cósmica, que sólo deja un inconveniente: que no acaba en realidad y nos deja con la miel en los labios, con ocho episodios ya escritos de una segunda temporada que ya nunca se hizo realidad y que seguramente habría agrandado la leyenda de una serie que tiene el enorme valor de jugar con cuestiones complejas, incluso con la misma concepción como héroe de quien fuera Norrin Radd.

Con todo, los trece episodios hablan de una serie potente, clásica en muchos sentidos y deudora de las mejores etapas del personaje en el cómic, que al final es de lo que se trata cuando se adapta una historia a otro medio. Cierto que los cambios son sensibles y que se nota que obedecen al miedo a que una producción animada se pueda escapar del público objetivo habitual, pero en el engranaje que se teje en esta temporada nada parece realmente fuera de lugar. Al contrario, ese toque de drama shakespeariano se adapta tan bien a un personaje como Estela Plateada que las concesiones al humor como las de Nova o Pip se aceptan sin problema, igual que la presencia de la guerra eterna entre los Kree y los Skrull para dar sentido a la ideología pacífica de Zenn-La o el hecho de que Shalla Bal llega a ser casi un sueño erótico para Norrin Radd, como poco un objeto de deseo que durante buena parte de la serie se antoja inalcanzable. Lástima que la odisea se quedara sin el final que todos necesitábamos, porque habría servido, ponemos la mano en el fuego por ello, para que esta epopeya cósmica se convirtiera por derecho propio en una de las mejores series animadas de Marvel. En realidad, lo es, a pesar de que los conflictos internos acabaran con su andadura de una manera tan brusca e injusta, sin saber qué sucede con el universo, con Eternidad y con Infinito.

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