Guion: Bill Watterson.
Dibujo: Bill Watterson.
Páginas: 256.
Precio: 29 euros.
Presentación: Cartoné.
Publicación: Noviembre 2023.
Hay cómics que, siendo considerados como auténticas referencias, clásicos de los que pocos dudan, en realidad no han sido habitualmente leídos de una manera extensa, cronológica y completa. Más bien, ojo, de forma más o menos extendida, se sabe que existen, se ha tenido algún contacto con ellos y se valoran como lo que son incluso sin ese repaso exhaustivo. Eso se podría decir que pasa con Calvin y Hobbes, y seguramente su condición de tira, como pasa con Snoopy, hace que no tengan ese conocimiento tan concreto que cualquier otro cómic pediría. Pues bien, esto viene a cuento de la publicación de un libro titulado El gran Calvin y Hobbes ilustrado que sí permite esa lectura y que pone sobre la mesa que la obra de Bill Watterson es una absoluta genialidad. Pero una genialidad que todo el mundo debería leer, y eso que se limita a recoger las tiras dominicales que se publicaron entre 1988 y 1990. ¿Podría entenderse esa genialidad de la que hablamos con otro libro de Calvin y Hobbes? No lo dudéis ni por un minuto. Pero este es el que ahora valoramos, y lo hacemos de la entusiasta manera con una obra que cosechó incontables premios ya en su momento y que hoy en día sigue siendo un referente ineludible del cómic por la perspicacia con la que se asoma al mundo desde la mirada de un niño de seis años.
Podríamos decir tantas cosas de lo que Watterson ofrece que quizá lo mejor sea reducirlo a su esencia. Calvin y Hobbes es la vida vista a través de este chaval y su amigo imaginario, que es la versión humanizada de un tigre de peluche. Y esa vida lo abarca todo. Los deberes, sí, pero también un robo en su casa, por citar situaciones que un niño puede tener que afrontar en esos años. Y la mirada es la misma, pura, sincera, ingenua si se quiere, con una lógica traviesa y apabullante, sin pretender que Calvin tenga otra voz que no corresponda a su realidad. Porque Calvin es real. De Hobbes podríamos hablar más, porque entra en otra categoría, claro, pero el chico es fascinante. No es fácil dar con la voz de un personaje así, una que encuentre todas las características que hacen de él algo único. Watterson crea magia en cada tira, nace de lo cotidiano, de situaciones que se dan en el día a día, que generan una empatía formidable. Y lo hace siempre. Sin excepción, en todas y cada una de las historias que imagina, incluso cuando nos metemos de lleno en la cabeza de Calvin, en los mundos que imagina y los maravillosos golpes de realidad con los que acaban. Su lenguaje es tan accesible que casi da la impresión de que Calvin existe y Watterson se ha limitado a copiar sus diálogos para llevarlos a sus tiras. Casi. No le quitemos mérito a lo que es, insistimos, una genialidad.
La sencillez que tiene el dibujo de Calvin y Hobbes es perfecta para recordar lo que para un lector de cómics habitual es una obviedad: que esa sencillez no está reñida con la calidad. Watterson es un dibujante maravilloso. No necesita del realismo fotográfico o de la espectacularidad del detalle para transmitir lo que necesita en cada escena, y sin embargo la cantidad de recursos que utiliza para hacernos creíble lo que vemos es impresionante. Su dominio de la comedia visual es formidable, y da igual que eso lo haga con el movimiento corporal, con las expresiones faciales, con la puesta en escena o con la exageración de los rasgos, el caso es que siempre encuentra la mejor manera de que funcione y de que se entienda. Y por eso es tan fácil querer a Calvin y Hobbes, porque en cada una de sus pequeñas historias hay todo un mundo que explorar a todos los niveles. Color o blanco y negro, que de las dos hay páginas en este libro, es algo irrelevante, porque la tira de Watterson funciona igual de la misma manera. Lo mismo pasa con los gags más o cortos o los que se prolongan más allá de la tira. Es que da igual, porque esta es una de esas lecturas obligadas que hay que tener. Tebeazo con mayúsculas, con unas mayúsculas que superan el marco de la obra y hasta la dimensión que muchos le hayan podido dar en algún momento.
El volumen incluye las tiras de Calvin and Hobbes publicadas originalmente entre diciembre de 1988 y julio de 1990.
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