Guion: Justin Benson, Aaron Moorhead, Kate Herron, Briony Redman, Jill Blotevogel, Leon Hendrix III.
Dibujo: Greg Hinkle, Leila Leiz, Lisa Sterle, Marley Zarcone, Eric Zawadzki.
Páginas: 168.
Precio: 18,95 euros.
Presentación: Cartoné.
Publicación: Febrero 2023.
Si el terror en general es un género que siempre va a tener su espacio, en uno u otro estilo, el terror adolescente es algo que nunca pasa de moda. Esto es así desde hace ya unas cuantas décadas, como atestigua el hecho de que el cine ha ido creando mitos muy reconocibles dentro del subgénero para cada generación. El cómic, obviamente, nunca se ha quedado atrás en ese sentido, pero sí es cierto que su apuesta no es tanto por lograr algo icónico, porque su alcance es por desgracia más reducido que el del séptimo arte, sino más bien algo eficaz. Y dentro de esa idea cabe con bastante comodidad Después de clase, una antología de cuatro historias cortas que tienen como denominador común la corta edad de sus protagonistas, escenarios de Instituto y preocupaciones todavía alejadas de la edad adulta. Son historias bastante distintas entre sí, pero que dejan un sabor de boca agradable, el propio de estas colecciones de relatos breves que buscan un impacto inmediato y que, al final, tienen un indudable sabor televisivo o de revista de las de antes, por citar las dos referencias más evidentes que tienen este tipo de iniciativas. De cualquier manera, una antología siempre suele dejar buen sabor de boca cuando las cosas se hacen con cariño, cuando se aceptan las reglas del género y cuando hay una historia que contar, aunque parezca pequeña.
Abren el fuego en esta serie de cuatro números Justin Benson y Aaron Moorhead escribiendo Sin agallas para que la dibuje Greg Hinkle. Lo más atractivo de esta presentación es, precisamente, el tono. Ni demasiado imposible ni demasiado realista, tratando de que la aterradora ciencia ficción a la que tiene que hacer frente una estudiante a punto de licenciarse cuando descubre a su perro hablando en la cocina se acaba convirtiendo en una retorcida metáfora sobre el futuro y las esperanzas que podemos depositar en él. Visualmente es muy eficaz en todos los sentidos. La cigüeñación, segundo de los relatos, eleva el listón de lo truculento que puede ser el universo de Después de clase. Kate Herron y Brian Redmax, con dibujo de Leila Leiz, no solo orquestan una rápida historia clásica de monstruos, una que funciona por sí sola dentro de esos códigos, sino que saben entremezclarla con el embarazo adolescente como trasfondo, lo que convierte la historia de terror en algo un tanto más turbio todavía y a la vez aterrador no solo dentro del género, sino en la misma realidad de la que quiere ser reflejo. El dibujo es espléndido, porque sabe ser cercano y a la vez es tremendamente aterrador, no solo por el diseño de la criatura acechante, más o menos previsible, sino por las sensaciones que deja.
Alguien que te escuche, de Jill Blotevogel y Marleu Zarcone nos lleva al terreno de los psicópatas, pero de una manera un tanto peculiar, asomándose a la realidad de los niños que tienen necesidades especiales y lo difícil que puede ser la convivencia con ellos. Su componente familiar es tan potente como la rápida, quizá algo apresurada, construcción de un villano para que todo funcione. Aun así, el relato es eficaz y oscuro en muchos sentidos, y que cuenta con un dibujo muy interesante, que sabe jugar con un diseño juvenil y una historia que lanza a sus protagonistas al mundo de las consecuencias. Cierra el libro El club, una historia que genera desasosiego porque describe el poder de la masa organizada de una manera aterradora por lo real que parece. Leon Hendrix III y Eric Zawadzki firman esa historia final que habla por encima de todo de lo fácil que pueden descontrolarse las buenas intenciones en el mundo en el que vivimos, y más cuando el protagonismo recae en jóvenes impresionables que están dispuestos a aceptar ideas extremas porque se ajustan a su rebeldía. Después de clase se queda aquí, pero lo cierto es que es una antología que podría continuar sin problema, porque su base es tan amplia que permite historias de muchas clases. Este volumen, desde luego, no solo aporta un buen terror, sino también una más que agradecida variedad.
El volumen incluye los cuatro números de Afterschool, publicados originalmente por Skybound entre junio y septiembre de 2021. El contenido extra lo forman las cubiertas originales y unas notas de todos los equipos creativos.