Guion: Carly Usdin.
Dibujo: Noah Hayes.
Páginas: 112.
Precio: 10 euros.
Presentación: Rústica.
Publicación: Octubre 2022.
The Avant-Guards es una de esas series entrañables que nos engaña, dicho esto de manera amable, para que entremos en su juego. Porque parece decirnos que ese juego es el baloncesto, cuando en realidad es la excusa. Nada nuevo en ese sentido que podamos decir en el ya tercer volumen de la serie, el último de la historia, pero es conveniente que no lo perdamos de vista. Porque Carly Usdin lo que nos ha contado es cómo un grupo de muchachas pueden crecer como personas y convivir como amigas con el baloncesto como excusa. Juegan y ganan, o al menos lo intentan, pero lo que importa es la vida que llevan, las decisiones que toman, la forma en la que se relacionan entre ellas. Y ahí, con el siempre agradable dibujo de Noah Hayes, es donde la serie alcanza su mayor potencial. El baloncesto es solo la excusa visible, el escenario genérico y, honrando al deporte, el momento de algunos clímax, empezando por el final, pero lo que de verdad importa de The Avant-Guards está en cuestiones más personales. Es verdad que no hay en realidad nada especialmente rompedor, ni siquiera en la importancia de la orientación sexual y su descubrimiento, o en las relaciones emocionales que hay entre algunas de las chicas, pero es un tebeo bien escrito, con personajes cercanos y bien ejecutado.
Encarando este tercer volumen, lo cierto es que Usdin ya había hecho lo más duro en los dos anteriores, porque The Avant-Guards se sustenta en lo que ya hemos comentado. Cierto que faltaba encontrar un buen final, y eso lo proporciona en esta entrega, con lo que se puede dar por completado el objetivo inicial de la serie. La sencillez es su bandera, pero hablamos de sencillez narrativa, porque al final Usdin habla de problemas que son tan cotidianos como importantes. Habla del trabajo en equipo, de la amistad y del amor, de las decisiones que forjan el carácter de quien está a punto de convertirse en una persona adulta, habla de aficiones y de carreras, habla de eso que ahora hemos venido a calificar como salud mental después de que destacados artistas o deportistas lo hayan llevado a los titulares. Esto va de la vida, en general, y de todas esas pequeñas cosas que la conforman. Ahí Usdin traza una radiografía completa, dejando muchos temas en cada número, a pesar de la rapidez con la que se pueden leer o el espacio que deja para que las ilustraciones jueguen también un papel determinante, no solo en la acción o en el deporte, sino también en que entendamos en primera instancia la importancia de los sentimientos que tiene las protagonistas de esta historia.
Hayes, lo decíamos, tiene un papel esencial en que las protagonistas tengan puntos de conexión emocional con los lectores para que puedan ver a estas chicas como personas reales o, al menos, que se identifiquen con lo que sienten o con lo que les sucede, que es lo fundamental en la serie. Ese aspecto casi de dibujos animados, con el complemento de unos fondos deliberadamente limitados y un movimiento bastante fluido de los personajes, hacen que entremos con mucha facilidad en la propuesta visual de The Avant-Guards. Poca novedad se puede decir que hay en este tercer volumen por lo mismo que comentábamos antes, porque las bases de la serie estaban ya más que asentadas, pero es verdad que hay algún personaje nuevo que ayuda a que sigamos profundizando en la frescura que tiene la serie, que es fundamental para la diversión que proporciona. The Avant-Guards consigue el buen rato que busca, pero además lo hace dejando ese pequeño poso que tienen las historias realistas que se acercan a grupos como el que ha escogido Usdin. El final del viaje, además, hace justicia a lo que hemos visto hasta ese momento y completa las tramas para que los personajes se vean realizados. ¿Y el futuro? Bueno, es una serie de adolescentes, con lo que imaginarlo también es cosa nuestra.
El volumen incluye los números 9 a 12 de The Avant-Guards, publicados originalmente por Boom! Studios entre 2019 y 2020. El contenido extra lo forman las portadas originales de Noah Hayes y Cara McGee, páginas de bocetos y unos diseños de personajes de Hayes.
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