Guion: Suzuyuki.
Dibujo: Suzuyuki.
Páginas: 144.
Precio: 8,95 euros.
Presentación: Rústica con sobrecubierta.
Publicación: Septiembre 2022.
El gran mérito de Nos las arreglaremos (más o menos) no es tanto el retrato que hace del primer amor, manifestado en la vida de una pareja que toma la decisión de irse a vivir juntos, como el hecho de mostrarnos de una manera clara las diferencias sociales que hay entre lo que conocemos y lo que se vive en Japón. Y son muchas más cosas de las que podemos imaginar. Obviamente, Suzuyuki no escribe ni dibuja teniendo esto en mente, y lo que hace es mostrarnos la vida cotidiana de esa pareja, sus dudas, sus miedos, sus inseguridades y sus alegrías en este paso vital tan importante, pero eso es tan distinto a lo que podamos vivir aquí que resulta inevitable darle un valor antropológico y social a la obra que no estaba sobre la mesa en su concepción. Su realismo es su base, su sinceridad el comienzo de su éxito. Yuuya y Rio, que así se llaman los protagonistas, no son perfectos, y aunque sean novios desde hace un año y medio en realidad todavía se están conociendo, y eso es lo que resulta divertido en el devenir de sus vidas tal y como nos las muestra Suzuyuki, de una manera clara, certera y bien organizada para que cada capítulo sea una píldora más o menos cerrada pero que tiene conexiones con las demás, como sucede en la vida real. Más o menos, como también nos dice el título.
La cuestión es que todo parezca auténtico, y Suzuyuki lo consigue en las palabras y en los pensamientos de sus dos protagonistas, que se van mezclando con la misma naturalidad que los puntos de vista y uno y otro a la hora de mostrarnos cada acontecimiento cotidiano. Hay muchas formas de definir una pareja, y la de Nos las arreglaremos (más o menos) es la del día a día. Con sus palabras, con sus actos y con sus decisiones es como Yuuya y Rio se nos van presentando. Y no es su presentación lo que hace que nos encariñemos con ellos, sino precisamente ese devenir diario, que es donde se pueden trazar paralelismos entre los lectores y los actores. La magia de lo cercano no la tenemos tan en cuenta en ocasiones como la de lo extraordinario, pero sirve igualmente para construir historias y universos de una manera eficaz. Suzuyuki lo consigue con relativa facilidad, esgrimiendo la sinceridad como la mejor de sus armas para dar vida a esta pareja de la que pretende contarnos todo su día a día desde un punto de vista abierto y claro. No hay truculencias, no hay más drama que el cotidiano, no hay situaciones de conflicto insalvables, de lo que se trata es de proponernos un juego, el de mirar a la realidad de dos personas relativamente normales y que, en nuestro caso, tienen unas convenciones sociales en muchos casos distintas.
Suzuyuki tiene un dibujo claro y limpio, y su mayor mérito está en que parte de una sensación inicial relativamente estática pero acaba mostrándose como una muy buena representación de la realidad, en la que los personajes se muestran como seres humanos sensibles y con unas personalidades bien definidas. Ella es más abierta, él más hermético, pero los dos están representados con mucho acierto dentro de sus distintas maneras de ser, como las personas complementarias y enamoradas que la historia necesita que sean. Suzuyuki no tiene problema en prescindir de los escenarios que no le resultan imprescindibles precisamente porque el foco de la historia recae en los personajes, y son ellas la medida de todo cuanto acontece, pero sabe al mismo tiempo usar el atrezzo o los fondos cuando lo necesita, como en la escena de lluvia o cuando su casa se convierte en parte de la narración. Nos las arreglaremos (más o menos) es, desde luego, una visión fresca de algo que vemos en nuestras vidas, o al menos que podemos ver. Lo decíamos, no es lo extraordinario lo que conmueve sino todo aquello que está al alcance de la mano, de la de sus protagonistas pero también de la de sus lectores. Hablar de primeros amores nos lleva habitualmente a terrenos más apasionados, pero los de este manga son tanto o incluso más importantes.
Shinchosa comenzó a publicar originalmente Futari ashita ma soremari ni en 2019.