CÓMIC PARA TODOS

‘Banana Sioule’ 1, de Michaël Sanlaville

Editorial: Nuevo Nueve.

Guion: Michaël Sanlaville.

Dibujo: Michaël Sanlaville.

Páginas: 208.

Precio: 15 euros.

Presentación: Rústica con sobrecubierta.

Publicación: Mayo 2022.

Era una tentación demasiado fuerte la de asimilar el resultado de la espléndida Last Man (aquí, reseña de su primer volumen) al genio de Bastien Vives, entre otras cosas porque era el nombre más conocido en España de entre los tres autores que firmaban la serie. Pero ahora, al ver Banana Sioule, de Michaël Sanlaville, se puede apreciar de una manera más justa lo que este contribuye a aquella serie. El dinamismo que hay en el movimiento de los protagonistas de esta nueva propuesta es heredero directo de Last Man. La práctica deportiva extrema, también. Y no caeremos en la trampa de dividir los méritos de un trabajo colectivo espléndido, el de Last Man, pero sí reivindicaremos la diversión que proporciona una historia de este estilo, sobre todo por su acabado visual, porque da unas sensaciones vertiginosas a lo que, en el fondo, es una historia que sigue unos parámetros más o menos conocidos. Sanlaville se inventa un deporte extremo de reglas más o menos claras ya que todo vale con el objetivo de llevar una pelota al otro lado del terreno de juego, y pone una protagonista de innegable atractivo visual y físico en lo más alto de sus habilidades para que sea una novata de enorme calidad en dicho deporte, en el que irá ascendiendo. Conocido, ¿verdad? Pues sí, pero lo visual se come cualquier sensación de déjà vu que podamos tener.

Lo conocido y lo acertado, claro, porque es cierto que la historia explora lugares comunes pero lo hace desde una coherencia de base y un innegable carisma. Aunque no tengamos muy claro cómo funciona este deporte, el Sioule, vibramos con él cada vez que se asoma a la página, y aunque no sepamos las causas por las que Helena está enfrentada a su padre o por las que parece ser la única muchacha del pueblo que sí quiere quedarse allí, en este caso cuidando una granja, lo cierto es que conectamos muy fácilmente con ella. No es tan sencillo lograr una empatía tan clara con todo lo que sucede en una historia, independientemente de lo transitados que hayan sido sus caminos, y Sanlaville lo logra con elegancia, cayendo en algún que otro momento en una superflua sexualización de Helena, sí, pero en todo caso teniendo en cuenta que lo que está contando es el despertar a la vida adulta de una joven sin demasiado mundo y a la que le aterra un cuestionario de cultura general como parte del acceso a cualquier universidad, aunque sea la de Sioule. El hecho de seguir los pasos de alguien que está descubriendo el deporte en cuestión casi al mismo tiempo que nosotros permite a Sanlaville integrarlo muy bien su vida. Las tácticas interesan, aunque no sepamos del todo qué significan, pero sobre todo entretiene el camino de la protagonista en general.

Y lo visual, ya lo decíamos. Banana Sioule es una serie eminentemente visual, como en buena medida lo era, sobre todo al principio, Last Man. Se trata de que el movimiento sea parte integral de todo lo que vemos, de que alucinemos con los movimientos naturales de Helena, de que ella sea nuestro hilo introductor a este deporte desconocido y radical, de que de su mano vayamos entendiendo no solo las reglas sino también los peligros y la estrategia. Son secuencias muy espectaculares, en las que además hay un uso precioso de unas onomatopeyas de estilo clásico pero de narrativa extremadamente moderna, y aunque sean las líneas de los cuerpos en movimiento las que definen de una manera muy clara la esencia de Banana Sioule no hay tampoco que despreciar todo lo que consigue Sanlaville con los rostros de sus personajes, con su gran expresividad, con todo lo que aportan a una historia que tiene su cuota importante de drama familiar. Con todos estos elogios, es fácil concluir que la serie arranca con un nivel de entretenimiento maravilloso, y con la estructura más o menos conocida de la que hablamos es igualmente evidente que tiene que haber todavía una progresión en su escala y en sus temas. ¿Hemos dicho ya las ganas que tenemos de leer el segundo volumen? Pues las tenemos, las tenemos…

Glénat publicó el primer volumen de Banana Sioule en marzo de 2022.

ANANA-SIOULE-2

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Esta entrada fue publicada en 9 agosto, 2022 por en Glénat, Michaël Sanlaville, Nuevo Nueve y etiquetada con , .

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