‘Salazar 1. Judica causam tuam’, de El Torres e Ignacio Noé

Editorial: Nuevo Nueve.

Guion: El Torres.

Dibujo: Ignacio Noé.

Páginas: 80.

Precio: 22 euros.

Presentación: Cartoné.

Publicación: Mayo 2022.

Hace ya tiempo que la industria del entretenimiento en España está tomando al cómic más en serio de lo que lo ha hecho nunca, y eso permite que haya una diversidad de proyectos que hace no tanto tiempo parecían descabellados. Salazar se presenta como uno de ellos por su origen. Es un guion de David Abajado y Marina Pérez que cuenta con Javier Quintas como director. Y es una serie que todavía no se ha hecho, pero que ya tiene su adaptación al cómic. Las normas cambian, el proceso se revierte, y de esta manera lo curioso es que estamos viendo el desarrollo de algo que todavía no hemos llegado a conocer. El Torres se encarga de hacer la adaptación e Ignacio Noé de dar forma visual a lo que seguramente los escritores y el director podrían haber imaginado de otra forma. O no, porque las sinergias son tremendamente positivas una vez que hemos leído este primer número de la serie, Judica causam tuam. Esta es una historia de brujas. O, mejor dicho, de la Inquisición, de un inquisidor en particular que se sale de la norma y que es quien da título al proyecto. Y según leemos y disfrutamos del cómic entramos en el huego de imaginar lo que en el futuro podremos ver en la pequeña pantalla, exactamente lo contrario de lo que suele ser habitual. Pero la rareza no es, ni mucho menos, la única baza de Salazar.

La enorme habilidad que tiene El Torres, uno de los guionistas más versátiles e inteligentes del momento, hace que este se convierta en un proyecto ideal para él en muchos sentidos. Ya tiene experiencia en el mundo de la adaptación, sí, pero también en el escenario que muestra Salazar. Y resulta evidente, sin conocer por dónde va a tirar la serie, que el cómic va a partir de bases similares pero que emprenderá caminos distintos. El Torres maneja dos bazas destacables. Una, su protagonista, carismático y sorprendente, clásico personaje que se enfrenta al orden establecido Y otra, el escenario, la España del siglo XVII, en un caso de brujería que lleva a nuestro protagonista y sus acompañantes a Zugarramurdi, nombre que ya nos evoca la historia que vamos a ver. Con esos dos elementos, el escritor va desarrollando un misterio turbio y oscuro, que sabe explotar muy bien las ventajas de ser la presentación del personaje central pero al mismo tiempo despliega con inteligencia trasfondos que sirven para sentar las bases del universo en el que se mueven. Salazar, con sus dos ayudantes y la joven con la que se encuentran en el epicentro del misterio del que hablamos tienen voces distintas, complementarias y siempre sorprendentes, y por eso la historia fluye desde un lenguaje de cómic que hace que nos olvidemos de que esto nace para la televisión.

Esa es la gran habilidad de El Torres, que domina todo lo que toca, y que además tiene la inigualable cualidad de rodearse de dibujantes extraordinarios que casi siempre acaban pareciendo perfectos para cada uno de sus proyectos. Noé, desde luego, es ideal para Salazar. Su experiencia en Helldorado (aquí, su reseña) podría darle cierta ventaja a la hora de recrear escenarios históricos, y es obvio que en ese sentido realiza un trabajo soberbio, pero lo que realmente destaca de su trabajo es la forma en la que muestra a los personajes. Hay tanto acierto en su diseño, tanta brillantez en su evolución y tanto talento a la hora de hacerles portadores de las sensaciones que tienen que despertar las distintas secuencias que no podemos calificar su trabajo más que con entusiasmo. Lo histórico, lo fantástico y lo humano se mezclan con una frescura y una eficacia sobresalientes, y la oscuridad que se ve y se intuye, a nivel social, eclesiástico y también fantástico es apabullante. Salazar arranca así con una potencia que ya quisieran en otras industrias más reconocidas que la nuestra. El Torres y Noé firman un libro espléndido para públicos muy distintos, abren boca para lo que nos pueda dar la televisión y desde luego dejan el listón muy alto para la producción audiovisual. No se puede empezar mejor una serie de la que ya solo cabe esperar que mantenga el nivel.

El contenido extra lo forman una introducción de Carlos Travesí de Diego, jefe del Servicio de Archivos y Archivo General de Castilla y León, textos finales de David Abajo, El Torres y Javier Quintas y un portafolio de bocetos comentado por Ignacio Noé.

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