‘Vatermilch 1. Las peripecias de Rufus Himmeltoss’, de Uli Oesterle

Editorial: Nuevo Nueve.

Guion: Uli Oesterle.

Dibujo: Uli Oesterle.

Páginas: 128.

Precio: 22 euros.

Presentación: Cartoné.

Publicación: Abril2022.

Han pasado muchos años desde que vimos Héctor Umbra, hace ya una década, y sin embargo la mención del nombre de Uli Oesterle sigue despertando expectación. No estamos hablando de un autor superventas, ni de uno que se pasee por el cómic americano rodeado de fama, pero no es difícil entrever que estamos hablando de un tipo que tiene las ideas claras y que le gusta romper las barreras de género. En Vatermilch no se trata tanto de salir de una etiqueta concreta, sino de alterar por completo lo que suponen las historias de padres e hijos. No es que sea la primera vez que se aborda esa relación desde un punto de vista sombrío, pero sí es cierto que lo que presenta Oesterle es algo fascinante, una narración en dos tiempos y desde el punto de vista siempre del adulto, del padre en su momento más bajo y del hijo cuando recuerda aquello y cuando casi sin darse cuenta repite los errores de su progenitor. El hecho de que sea el primero de que estemos hablando del primero de los cuatro libros que formarán la serie hace que Las peripecias de Rufus Himmeltoss esté lejos de agotar las posibilidades que tiene el relato y de resolver los misterios que se han planteado, pero lo que sí hace es agarrar al lector de una manera férrea para saber cómo se van a juntar todas las piezas cuando llegue el momento.

Vatermilch tiene la enorme virtud de generarnos la suficiente empatía hacia personajes que resultan poco ejemplares. Oesterle juega con las etiquetas, la del emprendedor que no sabe responsabilizarse de su familia y la del hijo que recuerda con amargura cómo tuvo que crecer sin el referente masculino que perdió. Habla de un misterio, de un accidente que marca el devenir de una familia, la protagonista. Habla de muchos temas, de muchas emociones muy íntimas, y lo hace desde un prisma aterradoramente realista. Esa es la gran baza del autor, que siendo una historia de ficción o ficcionada, a veces incluso hasta el exceso, no parece difícil encontrar vías por las que nuestra propia realidad se cuela entre nosotros y la lectura que tenemos entre las manos. No es el de Vatermilch un reto sencillo, no es una lectura agradable y la empatía que pueda despertarse no es fruto de la admiración. Dicho todo esto, hay que ser muy buen narrador para tenernos pegados a la página en esas circunstancias, y esta historia lo consigue con una facilidad abrumadora. Oesterle no se anda con rodeos, plasma muchas emociones en unos diálogos afilados y cortantes, otro de los grandes valores de la gran saga familiar que nos está mostrando, una que no nace de un escenario privilegiado, en la que el dinero es un obstáculo y en el que la familia es algo que no funciona.

Si el guion de Oesterle es muy acertado y es complicado encontrarle defectos, más allá del hecho de que estamos solo ante la cuarta parte de lo que vamos a acabar leyendo, el dibujo es deslumbrante de principio a fin. Su dominio de la ausencia de color, o del bitono con ciertas pinceladas tonales concretas, es espectacular, y es lo que le sirve para ir dando forma a su historia, para que sus héroes que no lo son puedan tener esa apariencia ante los demás. Oesterle sabe engatusar con sus personajes de la misma manera que Rufus es ese tipo de cierto atractivo social. Y lo más interesante de todo es cómo el autor coge esos arquetipos y los lleva a su declive de una manera abiertamente natural, con pequeños detalles como una barba de días o unas ojeras pronunciadas, pero sobre todo con un lenguaje corporal que se convierte en complemento ineludible de esos diálogos que destacábamos. Vatermilch no puede tener una mejor presentación, porque sabe explotar su lado más personal y familiar, encuentra el camino perfecto para contar una historia de fracaso, y aún más, de fracaso heredado, con un virtuosismo visual que es muy fácil elogiar. Tanto talento en unas páginas hace que el autor tenga el beneplácito del lector antes de saber hasta dónde nos quiere llevar y deja con muchas ganas de averiguarlo.

Carlsen Verlag publicó originalmente Vatermilch: Die Irrfahrten des Rufus Himmelstoss en mayo de 2020. El único contenido extra es un eoílogo del autor.

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