CÓMIC PARA TODOS

‘Corto Maltés. La juventud’, de Hugo Pratt

Editorial: Norma.

Guion: Hugo Pratt.

Dibujo: Hugo Pratt.

Páginas: 56.

Precio: 19,50 euros.

Presentación: Cartoné.

Publicación: Enero 2022.

Con la enorme variedad de registros narrativos que empleó Hugo Pratt a lo largo de toda tu trayectoria en Corto Maltés, no sería descabellado decir que es un autor algo infravalorado. Sí, su obra perdura y se reedita, su personaje es un icono, y hay un aura de respeto enorme cuando se menciona a Pratt, pero quizá no decimos tanto como debiéramos lo grande que es la lectura de Corto Maltés y la gigantesca habilidad que siempre tuvo su autor para sorprender en la práctica totalidad de sus propuestas. La juventud es una muestra más de todo esto, una que además evidencia el gigantesco poder que tiene un personaje que puede estar ausente durante la mitad del relato sin que se pierda un ápice de su magia. Y eso que esta historia, una que tendría que haber sido el inicio de una segunda línea temporal que se desarrollara de una manera paralela a la que habíamos visto hasta este punto, parece más bien una de Jack London o de Rasputín, los dos personajes que se llevan prácticamente todo el protagonismo de esta aventura, sobre todo en su primera mitad pero también hasta el final, incluso aunque para entonces Corto ya esté metido en el ajo. Lo demás está todo donde siempre, el respeto a la historia, el cariño a los escenarios históricos, el gusto por la aventura más clásica. Es Corto Maltés, aunque sea en sus años de juventud. No podía ser de otra manera.

Durante muchas páginas de La juventud, lo que uno se pregunta es dónde está Corto Maltés. Y lo que consigue Pratt es que estemos esperándole en la siguiente viñeta, en cada una de las páginas de este álbum hasta que por fin aparece, pero sin dejar de lado la sensación de que este es un cómic que entronca de una manera muy natural con lo que ya sabemos de su mundo. Vemos a otros personajes, y sin embargo reconocemos el escenario. Vamos siguiendo a un desertor que nos resulta familiar y a un joven escritor que incorpora ese romanticismo tan maravilloso que impregna Corto Maltés. Hay en este álbum un deseo evidente de sentar ciertas bases en la figura de Corto, pero al mismo tiempo se nota que Pratt quería que fuera algo más que el clásico relato de un héroe con menos edad, hecho simplemente para rellenar esos huecos que siempre nos deja un personaje al que conocemos en edad adulta y sin un origen definido. No, Pratt no era convencional ni siquiera para esto. Y La juventud se convierte, por tanto, en una presentación modélica de todo un universo más que de un personaje, con todo lo que tiene eso de meritorio. La aventura es una de guerra, que es un escenario que le sienta muy bien a Corto, pero sobre todo es de sus personajes para que brillen los diálogos afilados que Pratt siempre supo colocar en sus aventuras.

Si hay algo que define a Pratt y a Corto Maltés es justo eso, y la foto fija de un personaje reconocible a primera vista. A veces parece que Pratt no era un dibujante tan dotado, pero en el fondo quienes ya hemos pasado por cientos de sus páginas sabemos que eso no es más que una artimaña para engancharnos desde otros rincones menos habituales. No podremos decir que Corto Maltés en general y La juventud en particular exuda espectacularidad, por muchos combates que tenga, o que los escenarios exóticos en los que se mueve nos conquisten desde viñetas detallistas de gran tamaño. No, Corto Maltés nos aprisiona el alma de una manera muy distinta. En sus páginas, con este trazo tan particular de su autor, descubrimos un mundo nuevo, personajes fascinantes que saben aprovechar todo lo que tienen de arquetipo para ser mucho más que eso, y el gigantesco gusto por la historia del siglo XX que se ve en sus páginas se aprecia más en los pequeños detalles que en el gran cuadro que nos quiere enseñar. La juventud es una historia clásica de Corto Maltés, incluso sin Corto Maltés durante buena parte de sus páginas y es un terreno cómodo para el aficionado a pesar del cambio que supone. Lástima que no tuviera continuidad, porque había un abanico de posibilidades literalmente gigantesco en la propuesta.

Estas páginas se publicaron originalmente en el diario francés Le Matin de Paris y Casterman las reunió en La jeunesse en septiembre de 1985.

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Esta entrada fue publicada en 6 mayo, 2022 por en Casterman, Corto Maltés, Hugo Pratt, Norma y etiquetada con , , .

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