‘Percevan. Integral’ 2, de Jean Léturgie, Xavier Fauche y Philippe Luguy

Editorial: Norma.

Guion: Jean Léturgie, Xavier Fauche.

Dibujo: Philippe Luguy.

Páginas: 148.

Precio: 32 euros.

Presentación: Cartoné.

Publicación: Noviembre 2021.

Percevan es una de esas series que hace plantearnos la importancia de acertar en el momento en el que se empiezan a leer. Ni es una obra para niños, ni es del todo una para adultos. Y ojo, con esto no queremos señalar un punto en el que sea exacto y acertado entrar en este mundo de fantasía que nos proponen Jean Léturgie, Xavier Fauche y Philippe Luguy, porque eso, al final, es algo muy personal de cada autor. Pero sí es una forma de recordarnos que Percevan puede sorprendernos hoy en día, incluso si esa primera aproximación no termina de entusiasmarnos o engancharnos como lo han hecho otros iconos del cómic francobelga que aspiran a ser algo más universales. Los tres álbumes que incluye este segundo álbum integral siguen más o menos los patrones de los que vimos en el primero (aquí, su reseña), un héroe humano y falible pero de férreos principios éticos, una suerte de sidekick cómico que le acompaña a todas partes, una fantasía que sabe profundizaren sus aspectos más oscuros, éxitos escenarios que no desmerecen a los que podría verse en obras de mayor calado en el género y personajes femeninos de enorme belleza pero secundario papel, quizá para no eclipsar al protagonista pero sí es cierto que algo lejos de lo que se apuntaba ya entonces para el maltratado papel de la mujer en la sociedad.

os tres álbumes del libro, como ya sucediera con el segundo de la serie, están coescritos por Léturgie y Fauche, y en estas aventuras cumplen con algo que resulta llamativo en Percevan desde el principio. No están describiendo el camino del héroe, no están forjando su personalidad ni dándole un lugar en su mundo. Simplemente están imaginando aventuras en las que él puede ayudar a resolver situaciones peliagudas en las que sí se necesita un héroe pero no para su propia realización personal o para la consecución de un objetivo propio. No quiere vengarse de un villano que le arruinó la vida de joven o derrocar al rey que le ha robado la corona. Percevan es, simplemente, un buen samaritano que se ve en condiciones de ayudar en un momento dado. Ese planteamiento ya hace que estemos ante una serie diferente, que en lo demás se desenvuelve con mucha soltura dentro del género. La fantasía, es cierto, engancha con cierta facilidad, pero hay que saber escribirla, y Fauche y Léturgie saben hacerlo de tal forma que cuentan mucho e insinúan también bastante, por lo que no necesitan ser demasiado explícitos para que entendamos los aspectos más adultos de las historias que imaginan, y que saben enmascaras para todos los públicos con una comedia cercana y agradable. ¿Difícil de encasillar por tanto? Desde luego. Y eso puede ser positivo, o no serlo.

Todo depende, desde luego, del ánimo con el que se aborde la tarea. El dibujo de Luguy ayuda a que nos movamos entre esas dos aguas, porque no es abiertamente juvenil siempre, pero tampoco elude ese tono en su caricatura, lo que se ve más claramente en los diseños y situaciones que tienen que ser divertidos. Pero la acción o la fantasía oscura son igualmente brillantes en el trazo de Luguy, y se ve especialmente en el tercer álbum de este libro, Las llaves de fuego, que es el más abiertamente ambicioso en todos los sentidos, también por el hecho de dejarnos con un final abierto que habrá de continuar en el próximo volumen integral, pero sobre todo con su temática, con la manera en la que aborda a un Percevan que, de pronto, ve profetizado un cambio de rumbo en su vida y en sus ideales. Lo característico de la serie, en todo caso, es el constante vaivén de sensaciones, ese del que hablábamos al principio, y que puede llevarnos a pensar en una indefinición en sus propósitos. Pero no es así, si lo analizamos Léturgie, Fauche y Luguy están contando lo que quieren contar, y van dejando instantes que nos van a enganchar sin problema. Con qué edad o en qué estado de ánimo es algo que tendremos que decidir nosotros, los lectores, pero su trabajo en Percevan está francamente bien hecho para que busquemos esa vía de entrada en este mundo.

El volumen incluye los álbumes 4 a 6 de Percevan, Le pays d’Aslor, Le Sablie d’El Jerada y Les clefs de feu, publicados originalmente por Dargaud en mayo de 1985, noviembre de 1986 y abril de 1988.

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