‘El Pacificador’, de Jeff Lemire y Scott Kolins

Editorial: ECC.

Guion: Jeff Lemire.

Dibujo: Jeff Lemire, Scott Kolins.

Páginas: 64.

Precio: 8,50 euros.

Presentación: Rústica.

Publicación: Diciembre 2021.

Es innegable que la industria audiovisual marca los pasos de la del cómic desde hace bastante años, al menos en lo que al cómic de superhéroes se refiere, y El Pacificador es un ejemplo perfecto. ¿Se editaría este comic en España si no fuera por la presencia del personaje en El Escuadrón Suicida (aquí, su crítica) y sin la posterior serie que le tiene como protagonista absoluto? Obviamente, la respuesta más segura que podemos dar a esa pregunta es un no rotundo, y eso es algo totalmente ajeno a que lo que tenemos entre manos sea un tebeo bueno o uno malo. Tranquilos todos, es bueno, porque su autor es un Jeff Lemire que disfruta escribiendo estas dos historias cortas, una de ellas la dibuja él mismo y la otra la deja en manos de Scott Kolins, para que nos sirvan efectivamente como la presentación que muchos nuevos aficionados estarán buscando sin necesidad de caer en las manidas historias de origen o sin ser la presentación real que pudimos encontrar en las páginas de El Escuadrón Suicida. Orígenes secretos (aquí, su reseña). Para el aficionado más clásico, las alusiones a Invasión, macroecento importante en su trayectoria, servirán para no entender este tebeo como el clásico sacacuartos nacido al calor de ese éxito audiovisual que marca el paso, como queda más que claro con la cubierta de este breve volumen.

Con El Pacificador se trata de pasarlo bien desde sus propias normas, y es agradable que Lemire ponga eso sobre la mesa desde el principio. Ni héroe ni villano, seguramente tampoco antihéroe, es, sencillamente, un tipo que es bueno en lo que hace y que habla con su casco. O cuyo casco le habla a él, mejor dicho. Así que El Pacificador, en lugar de mostrarnos al personaje solitario que uno podría imaginar si nos atenemos a los lugares comunes, de repente está inmerso en el tono de la Buddy movie más tradicional, solo con un único protagonista que no sabemos si está loco o si efectivamente tiene un caso que le habla. Los diálogos entre personaje y casco son un caramelo para Lemire y el motor fundamental de una historia, sobre todo en su primera mitad, que no tiene más ambición que el propio protagonismo del Pacificador. La presencia de Amanda Waller es la contrapartida casi obligada para ponerle en un contexto tan cinematográfico como comiquero, y Lemire le saca partido a los dos, logrando eso tan difícil que es contentar a públicos muy distintos entre sí, el que llegue desde el cine y el que no quiere que se pierda la esencia original del personaje. Es verdad hay un contexto que quién venga de El Escuadrón Suicida no va a entender del todo, pero Lemire siempre ha sido inteligente como para que eso no tenga un peso decisivo.

Aunque Lemire siempre ha sido más escritor que dibujante, no es ya tan raro verle ejerciendo de autor completo, como hace en la primera de las dos historias de este volumen. El resultado, sin ser abiertamente espectacular, es más que solvente, con una buena planificación de página que ayuda mucho a la historia. En la segunda historia, Kolins busca otros caminos, mucho más detallados, con una apuesta más ambiciosa en muchos sentidos, beneficiándose también de una mayor diversidad de personajes, escenarios y hasta acontecimientos que se producen en estas páginas. Lemire y Kolins son muy distintos a la hora de dibujar y, sin embargo, es fácil encontrar a una buena versión del Pacificador en los lápices de ambos. No es este, en todo caso, un volumen que entre por los ojos de una manera inmediata, sino que su verdadera motivación está en el mismo personaje que le sirve de excusa a Lemire. Se trata de conocer al Pacificador para que su presencia en la pequeña pantalla, siguiendo la que ya vimos en la grande, satisfaga a quien tenga interés por él. Y viceversa, que al final eso es lo más positivo que nos deja está inagotable interacción entre cómic, cine y televisión. Pero no olvidemos que, gracias a autores como Lemire, el cómic llego antes y es lo que debería seguir primando, al menos para quienes adoramos este medio por encima de todas las cosas.

El volumen material de los seis números de Inferior Five y de los 2 a 4 de Peacemaker, publicados originalmente por DC Comics entre 1988 y 2020.

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