Guion: Sergi Jiménez.
Dibujo: David Pérez.
Páginas: 96.
Precio: 14 euros.
Presentación: Rústica con solapas.
Publicación: Diciembre 2021.
Una niña que no ha conseguido el cariño de nadie, que no tiene a sus padres para darle la mano ni amigo alguno con el que divertirse, decide que la mejor forma de lograr ese aprecio por parte de los demás es dominar el mundo. Tan divertida premisa es la que nos ofrecen Sergi Jiménez y David Pérez en Mi primera invasión mundial, un tebeo que, aunque sus principales influencias parezcan ser otras, sabe ser simpático como la mejor vía para que su mensaje cale. Porque tiene mensaje, no hay duda alguna. Es un tebeo en el que pelean un robot panda gigante contra un robot calamar todavía gigante con el dominio del mundo como premio, sí, y eso nos permite tener una idea bastante clara del gozoso delirio visual que supone este tebeo, pero en el fondo no deja de ser la historia de una pequeña carente de amor… y muy inteligente, lo que no deja de ser también un mensaje a tener en cuenta, el de la importancia de que los niños tengan esas herramientas para triunfar, entre semejante festival de colores que es el cómic ya desde su misma portada, una que nos remite sin miedo a la estantería de las grandes series anime de robots, Mazinger Z a la cabeza. Lo mejor de todo es que Mi primera invasión mundial se nos presenta en un envoltorio que parece no tener grandes ambiciones pero triunfa en las dos vías que propone.
Da gusto ir rascando capas en el guion de Jiménez, sobre todo porque el tebeo, visto desde su estructura, es prácticamente una única gran pelea entre los dos robots mencionados. Desde ese punto de vista, lo que tenemos es una lectura rápida, trepidante, cargada de adrenalina y mucho entretenimiento. Pero lo divertido, la clave más auténtica del tebeo, está precisamente en lo que se añade a partir de ahí. Hablábamos de la historia de la pequeña, Vainilla de nombre para más señas, y es importante destacar el mimo con el que Jiménez construye al personaje a partir de pequeños detalles que se van viendo no ya en la presentación, que también, sino sobre todo a lo largo de la obra, como pequeños tiempos muertos que están muy bien pensados para que entendamos por qué hace lo que hace y, sobre todo, los problemas de su gran plan de dominación de cara a conseguir los objetivos emocionales que persigue. Vainilla empieza así como una divertida villana de manual, una que igual podemos emparentar con malos animados tipo Megamind o Gru, mi villano favorito, y acaba convertida es esa cría adorable que necesita y merece un abrazo a partes iguales. Por esa segunda vía, de hecho, es por la que Mi primera invasión mundial consigue que ese cariño que necesita su protagonista también se lo merezca la obra.
El dibujo de Pérez se suma con mucha naturalidad a esas sensaciones porque entiende el tebeo en sus diferentes vertientes con una sencillez loable. Vainilla tiene que parecer todo lo que es en algún momento del relato. Y sí, luce como la más inteligente del lugar, como la niña pequeña y solitaria que es, como la heroína que le gustaría llegar a ser y como ese personaje de acción que, no podemos dejar de insistir en ello, en realidad vemos como una piloto de robot a lo Mazinger Z. Si en la base es bastante claro que ese anime es el que mueve el espíritu de la historia, en su aspecto es todavía más palpable. A Pérez le encantan los robots y disfruta con sus peleas, y no importa que surjan del absurdo, son un panda y un calamar gigantes, porque le proporcionan esas Splash Pages de las que presumirá cualquier tebeo de robos de tamaño descomunal. Pero a la vez, ha entendido el carácter del personaje… y el de la villana a la que tiene que hacer frente por haberse adelantado a los planes de la niña, que es algo fundamental para que lo temático alcance todos sus propósitos. Entre Jiménez y Pérez firman un tebeo el que bien lo puede ser para un lector de corta edad como lo va a disfrutar alguien más adulto que entienda de inmediato los temas por los que apuesta y sus influencias temáticas u visuales.
El único contenido extra es una galería de diseños y bocetos de David Pérez.
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