Título original: The Book of Boba Fett.
Director: Robert Rodriguez, Steph Green, Kevin Tancharoen, Bryce Dallas Howard, Dave Filoni.
Reparto: Temuera Morrison, Ming-Na Wen, Pedro Pascal, Matt Berry, David Pasquesi, Jennifer Beals, Carey Jones, Stephen Root, Sophie Tatcher, Jordan Bolger, Danny Trejo, Stephen Bruner, Emily Swallow, Amy Sedaris, Timothy Olyphant, Rosario Dawson, Corey Burton, Mark Hamill.
Guion: Jon Favreau, Dave Filoni.
Música: Ludwig Goransson, Joseph Shirley.
Duración: 39-60 minutos.
Distribuidora: Disney.
Estreno: 21 de diciembre de 2021 / 9 de febrero de 2022 (Estados Unidos / España).
Después de las dos temporadas de The Mandalorian, sobre todo de la segunda, las expectativas puestas en El libro de Boba Fett eran muy altas y, una vez finalizados sus siete episodios, no parece que se hayan colmado del todo. No porque Jon Favreau no haya escrito una historia interesante dentro del universo propio que ha planteado junto a Dave Filoni, sino sobre todo porque juegan dos elementos bastante importantes en su contra. El primero, que es evidente la trampa que nos han colocado, convirtiendo la que debía ser la historia definitiva del cazarrecompensas más famoso de la galaxia en una suerte de temporada 2.1 de The Mandalorian durante una extensión demasiado larga, no por calidad, puesto que esos han sido los mejores episodios de la serie, pero sí por cantidad. Y segundo, porque al final El libro de Boba Fett ha cambiado mucho de rumbo, es una serie adulta que tiene el embalaje de una infantil, era un viaje en dos espacios temporales diferentes que ha ido olvidando su estructura a medida que ha necesitado tirar de la serie madre de la que se desgaja, y ha sido más bien un fan service en el que se han querido colocar elementos innovadores que no funcionan todos al mismo nivel. Y aún así, es una miniserie muy entretenida, con mucho Star Wars, que al final es lo que se pide, y que nos deja de nuevo en un punto interesante para seguir.
Poco se puede decir en contra de Favreau, que ha sabido encontrar su hueco fundacional en el Star Wars televisivo de la misma manera que lo tiene en el Marvel cinematográfico con sus dos entregas de Iron Man (aquí y aquí, sus críticas), pero no sería justo colocar El libro de Boba Fett a la misma altura que The Mandalorian o que los momentos más intensos de Clone Wars, por meter a Filoni en la ecuación, que escribe y dirige el sexto episodio por razones obvias. Y es que esta ha sido una serie de sensaciones cambiantes. Todos esperábamos ver el ascenso de Boba Fett al mayor escalafón criminal de Tatooine, ocupando el trono de Jabba, y al final lo que hemos visto es una historia de redención por los cuatro costados, una que además parecía jugar con esos dos tiempos, el que seguía a los eventos de The Mandalorian como principal y el que debía explicarnos lo que le sucedió al personaje tras su aparente muerte en El retorno del Jedi (aquí, su crítica). Y aunque parecía lógico que mandara el primero, hay más elementos interesantes en el segundo en los cuatro primeros episodios. Y luego, claro, llegamos a la recuperación de Mando, bajo la dirección firme de Bryce Dallas Howard, que da la sensación de entender mejor este rincón de la galaxia que el omnipresente Robert Rodríguez (dirige tres de los siete episodios). Y es ahí donde vemos el Star Wars más puro e inteligente.
La factura de la serie, como no podía ser ya de otra manera, es en todo caso impecable a todos los niveles, por mucho que en su diseño de producción se nos cuelen unas asombrosas motos, ¿homenaje al American Graffiti de George Lucas?, y, decíamos, un fan service absoluto, que va desde la introducción de un Rancor hasta el cameo de Danny Trejo que trae Rodríguez de la mano, pasando por la conexión con la trilogía clásica, la explicación de las tradiciones de los Moradores de las Arenas o el brutal papel final de un viejo conocido de Clone Wars o de personajes capitales para entender Star Wars, que de todo hay. Sí d ala sensación de que El libro de Boba Fett pone sobre la mesa más cosas de las que finalmente concreta, e incluso de que hay que hacer un ejercicio de fe para creerse algunas de las ideas que lanza Favreau en su guion, o incluso que la serie tiene un rumbo relativamente errático y una conclusión más forzada que natural. Pero es Boba Fett, un personaje que muchos adoraban en su misterio y que ahora tienen motivos para debatir con mucha más información, y eso nunca puede ser malo. Y más si la imaginería de la saga galáctica luce como lo hace aquí, aunque sea en la pequeña pantalla. Es por ahora lo más flojo del Star Wars televisivo de la era Disney, pero aún así es una pieza que se deja ver con mucho cariño.
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