‘Chez Adolf’, de Rodolphe y Ramón Marcos

Editorial: Ponent Mon / Catarata.

Guion: Rodolphe

Dibujo: Ramón Marcos.

Páginas: 112.

Precio: 25 euros.

Presentación: Cartoné.

Publicación: Octubre 2021.

Hay rincones de la historia de los que tenemos la sensación de que ya se ha dicho todo, y el más claro que podemos citar en ese contexto de la cultura narrativa es el de la Alemania Nazi y todo lo que desembocó en la Segunda Guerra Mundial. Y aún así, seguimos sorprendiéndonos cuando hay autores, escritores, cineastas o narradores que dan con algo que merece la pena que admiremos, a pesar de tener esa idea de que nos lo han contado ya todo. Chez Adolf entra de lleno en esa categoría porque Rodolphe y Ramón Marcos nos explican la conversión de todo un país a una idea totalitaria de una manera sencilla, clara, directa y, por todo ello, muy dura. Lo vemos con la impotencia agarrada a las entrañas, desde el punto de vista de un profesor que no tiene inquietudes políticas pero sí es capaz de percibir todo lo que sucede a su alrededor. Que el título de la obra sea Chez Adolf, y la razón que se da en la misma historia (un tabernero del mismo nombre que el führer decide renombrar así su local tras el ascenso al poder del líder nazi) es toda una declaración de intenciones que habla de la sutileza, la sinceridad y la crudeza que esconde este relato, en el que nos adentramos a través de dos años clave en su devenir histórico, 1933 y 1939. Hay tanta humanidad en estas páginas que las emociones casi se desbordan sin darnos cuenta.

Se puede achacar a la historia de Rodolphe que tenga cierta frialdad en algunos momentos, sí, pero da la sensación de que no es más que una estrategia de protección y de puro realismo. La conversión de Alemania fue un proceso largo y el escritor lo explica francamente bien desde la base, desde la vida más cotidiana, desde los personajes de la calle. No es Chez Adolf una historia de grandes despachos ni de líderes políticos. No, es la historia de lo que percibe la gente, de la pequeña lucha opositora, de cómo la propaganda nazi fue convenciendo a los más vulnerables, los jóvenes, de que su Alemania debía ser otra cosa. Habla de un entorno académico, lo que añade también algo de debate social, y habla, sobre todo, de miedo. Es, literalmente, lo que dice la contraportada del libro, la historia de un camino al abismo. El hecho de saber que el nazismo acabó derrotado en el conflicto bélico que destrozó el mundo por segunda vez en el siglo XX, y esta vez de una manera que cambió el curso de la Historia para siempre, añade algo de pesadumbre al relato. Rodolphe juega bien con ello, con esa y con todas las sensaciones sobre las que va construyendo sus páginas, y eso es algo que deja mucho poso una vez que hemos cerrado el libro y que supone el elemento más fresco de una historia que, en realidad, ya tendríamos que conocer.

El dibujo de Marcos contribuye con enorme elegancia a que todas esas sensaciones hagan de Chez Adolf una lectura bastante impresionante. El ilustrador nos ofrece un retrato muy certero de la época, pero no solo a través de la documentación, sino a través de las emociones, coincidiendo plenamente con los propósitos de Rodolphe. Chez Adolf es un libro que se lee, sí, pero sobre todo es uno que se siente. Cuando hay una amenaza, cuando el protagonista experimenta sorpresa o miedo, cuando hay una atmósfera opresiva en la que el poder nazi se va extendiendo, todo eso lo captura Marcos con brillantez. Sus personajes resultan humanos, tanto aquellos con los que podemos empatizar como aquellos a los que nos duele ir perdiendo a manos de la maquinaria propagandística nazi. Y desde un punto de vista que parece ser el de un mero espectador, Marcos consigue algo fundamental para que este cómic sea algo más de lo que puede parecer a simple vista, que nos impliquemos. No es algo tan sencillo de conseguir como lo estamos diciendo, y por eso es bueno que no escatimemos elogios hacia un trabajo, el de escritor e ilustrador, que no merece pasar desapercibido y que captura no solo lo que podríamos leer en un libro de texto sino también aquello que hizo de esta no solo una tragedia mundial, sino una interna y personal, la de la misma sociedad alemana.

El volumen incluye los dos primeros álbumes de Chez Hitler, 1933 y 1939, publicados originalmente por Delcourt en mayo de 2019 y diciembre de 2020.

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