‘Anamorfosis’, de Shintaro Kago

Editorial: ECC.

Guion: Shintaro Kago.

Dibujo: Shintaro Kago.

Páginas: 208.

Precio: 12,95 euros.

Presentación: Rústica con sobrecubierta.

Publicación: Octubre 2021.

Con Demencia 21 (aquí, su reseña), Shintaro Kago se mostró como un autor capaz de encontrar rocambolescos puntos de partida para sus historias, complejos y enrevesados pero a la vez inteligentes. Y con Anamorfosis, con el relato largo del que coge su título y que ocupa la mayor parte de este volumen y con las historias cortas que lo completan, entra de lleno en ese terreno con una muy imaginativa propuesta que no tiene miedo a nada. Lo cierto es que son dos segmentos bien distintos, porque en La bestia espectral de anamorfosis juega con la industria audiovisual, el terror sobrenatural y los kaiju, mientras que en el resto de páginas su contenido es más bien para adultos y sin demasiadas cortapisas para que sus ideas sean sexualmente turbias. Kago, desde luego, es un narrador particular, y quizá eso se ve mejor en los segmentos de menor extensión, por mucho que la principal sea la excusa más elaborada y lograda para que Anamorfosis sea el sugerente volumen que es. Lo que sí está claro es que abriendo las páginas de este volumen nos adentramos en un mundo oscuro y aterrador, incluso cuando la comedia más negra coge un marcado protagonismo para que el autor dé rienda suelta al cinismo social que ensalza la premisa de cada uno de los nueve relatos finales, un crisol muy variado.

Turbio, todo es muy turbio en Kago, ese es el término clave para entender sus historias, tanto las que se acercan sin reparo al terror o, al menos, a la intriga criminal, como también las que utilizan el sexo o cuestiones derivadas del mismo como motor principal. A Kago no le interesa la normalidad, sino lo que puede llegar a retorcer lo cotidiano. Porque, ojo, sus propuestas tienen siempre un punto de partida más o menos realista. Siempre. Y de esa manera, sus historias hablan también de temas accesibles. En Anamorfosis prima la codicia, por ejemplo, al ver a esos concursantes de una suerte de reality show espiritual que consiste en quedarse encerrados en un escenario que recrea el de una tragedia anterior. Sus relatos cortos son algo más juguetones, pero con esa misma base cercana, aunque sea para dar forma a premisas tan rocambolescas como los de una chica que atrae la lluvia o la de otra que un buen día se despierta con una boca en lugar de uno de sus pezones. Así de intrincada en la mente de Kago, y así de peculiares son sus historias, que tienen el objetivo principal de desencajar al lector, de hacer que tenga que esperar lo inesperado y que se lean con una ceja arqueada por la sorpresa. Y lo logra, con la versatilidad además de adaptar su estilo de impacto sin ningún problema tanto a la historia larga que da título al libro como a las cortas.

Su dibujo tiene la peculiaridad de, dentro de las características del manga, apostar por algo más ligeramente realista de lo que es habitual en el cómic japonés. Puede que no sea más que una marca de estilo, o puede que esa sea la forma con la que logra que sintamos sus propuestas como algo más realista, el caso es que el suyo es un trazo detallado y firme, en el que lo absurdo y lo grotesco entran con facilidad, y sin miedo alguno a que las secuencias más violentas y explícitas en todos los sentidos tengan lugar delante de nuestra mirada, sin sombras ni subterfugios que las hagan más amables. Sobra por tanto decir que Kago no es un autor para todos los públicos, porque cada lector tiene sus propios filtros y límites, pero la libertad con la que dibuja Kago es su principal arma, aunque en la sexualidad siempre se nota mucho menos reparo a la hora de mostrar a la mujer que al hombre como en tantos otros rincones de la narrativa visual de nuestros tiempos. Anamorfosis, precisamente por su carácter de antología y aunque tenga un relato largo como plato fuerte, es una obra perfecta para adentrarse en ese universo personal de Kago. Hay que hacerlo sin miedo y con la mente muy limpia, pero hacerlo siempre compensa porque de su mente salen ideas con enjundia y mucho más recorrido que el que ofrecen sus páginas.

Core Magazine publicó originalmente Anamorphosis no Meijuu en 2010.

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