CÓMIC PARA TODOS

‘Wyoming Doll’, de Franz

Editorial: Ponent Mon / Catarata.

Guion: Franz.

Dibujo: Franz.

Páginas: 68.

Precio: 20 euros.

Presentación: Cartoné.

Publicación: Diciembre 2021.

Siempre es una buena noticia, y desde luego así lo vamos a considerar desde aquí, que nos lleguen ediciones de obras de grandes autores que tengan ya unos cuantos años, porque al final eso es lo que demuestra la buena salud de contenidos, no entraremos en la económica, que hay en un mercado. Esa es la principal sensación que nos deja la lectura de Wyoming Doll, una pequeña joya muy personal de Franz que se publicó originalmente hace algo más de dos décadas y que ahora podemos ver pensando en ese prisma histórico o, simplemente, aceptando que su autor tiene una hermosa atemporalidad en su narrativa para que podamos apreciar sus historias ahora como hace veinte años. Es evidente la inspiración que tiene Centauros del desierto en esta historia, como también la sensación de que estamos ante un western atípico, uno que juega con una historia muy emocional, que de hecho se puede explicar mucho más fácilmente a través de las emociones que de los hechos y que deja una huella bastante profunda por el estilo visual de Franz, que tiene un detalle notable, aunque sea más pictórico que fotorrealista. Wyoming Doll es, de esta manera, la enésima muestra de que el cómic europeo ha heredado durante las últimas décadas el papel de garante del género más americano posible que el cine de Hollywood abandonó hace ya mucho tiempo.

Quizá por esa razón es divertido trazar esa conexión entre Wyoming Doll y Centauros del desierto, porque Franz lo que está haciendo es dar una visión tremendamente personal de una premisa muy concreta, la de una niña que sobrevive a una matanza india precisamente por la acción de un indio del que se encariña. La historia de Franz no se queda en los sentimientos, porque no deja de ser un western. Es decir, hay tiroteos y persecuciones, hay indios acechando y hombres blancos que actúan con una sensación supremacista palpable. Y sí, hay héroes y víctimas. La historia tiene saltos de escenario y de tiempo bastante notables, incluso bruscos por momentos, y ese es quizá el mayor obstáculo que tiene el relato de Franz para ser totalmente redondo, pero la trama, las tramas en realidad porque cada personaje aporta la suya, tiene un interés notable en todo momento. Franz se apoya mucho en la casualidad en algunos momentos, pero de alguna manera encaja con mucha fluidez en el marco general. Así que, sí, lo que nos deja Franz es un muy buen western que sabe jugar con los tópicos de los indios para ir directo al grano en todo lo que nos enseña, desde su violento arranque hasta su final, triste y esperanzador a la vez, y tremendamente realista aunque en algunos momentos del conjunto pueda llegar a parecer lo contrario.

El dibujo de Franz es, como decíamos, muy singular. Tiene una narrativa bastante peculiar, seguramente porque su acabado parece más propio de un cuadro que de un cómic, lo que es tremendamente complicado si tenemos en cuenta el alto número de viñetas por página que nos ofrece el autor de una manera casi obsesiva. Eso es lo que le permite que la extensión de su historia no se le vaya de las manos en cuanto al número de páginas, pero sí es cierto que la información sensorial que recibimos es casi apabullante. Franz es meticuloso, incluso con el tamaño tan reducido de algunos de sus dibujos, y apuesta por hacer de los escenarios personajes con la misma fuerza que los hombres y niñas que vamos viendo a lo largo del relato. Wyoming Doll es una lectura más complicada en lo visual que en lo argumental, aunque eso también es marca de su autor y no supone ninguna sorpresa una vez que nos hemos metido en el ritmo de lectora que nos propone Franz. A partir de ahí, lo que queda es disfrutar con un western fresco e intenso, uno que sabe jugar con buena parte de los tópicos del género y que se enfrenta sin miedo a todos los retos que hay en un relato que tiene como punto de partida una masacre y la desaparición de dos niñas pequeñas. Y es una buena muestra de lo que es capaz de hacer su autor, para quien quiera profundizar en su obra.

Dargaud publicó originalmente Wyoming Doll en agosto de 1999.

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Esta entrada fue publicada en 19 enero, 2022 por en Catarata, Dargaud, Franz, Ponent Mon y etiquetada con , .

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