‘Barbalien. Planeta rojo’, de Tate Brombal, Jeff Lemire y Gabriel Hernández Walta

Editorial: Astiberri.

Guion: Tate Brombal, Jeff Lemire.

Dibujo: Gabriel Hernández Walta.

Páginas: 136.

Precio: 16 euros.

Presentación: Cartoné.

Publicación: Noviembre 2021.

Las etiquetas disparan las expectativas, eso es algo con lo que tenemos que vivir en el mundo de la cultura narrativa contemporánea porque las compañías que gestionan las franquicias saben que eso les garantiza un público que sustente su esfuerzo. Si en la portada de un cómic tenemos la de “Del universo de Black Hammer”, ya tenemos algo a lo que agarrarnos. Y luego llegan autores que están en condiciones de desgarrar esa etiqueta y darle un sentido completamente distinto y nos ofrecen, dentro de ese cajón, algo sorprendente y emocionante. Eso es lo que le podemos aplicar sin miedo a Barbalien. Planeta rojo, un espléndido cómic que nos sirven Tate Brombal, siguiendo una historia coescrita con el líder de este universo, Jeff Lemire, y el siempre extraordinario Gabriel Hernández Walta. Barbalien es una brutal historia, de las que no es fácil esperar que acontezca en un universo de fantasía y superhéroes, que coge como escenario la guerra del sida en la década de los años 80 del siglo pasado. Es brutal el nivel reivindicativo que tiene esta abierta revisión del Detective Marciano de DC, es tremendo el poder que tiene para hacernos abrir los ojos ante una lucha que se sigue sintiendo actual y necesaria, extrapolable a tantos aspectos de nuestra sociedad pero sin abandonar el colectivo gay como centro esencial de todo lo que sucede en estas páginas.

Brombal y Lemire rompen una barrera que el cómic de superhéroes hace tiempo que ya no se atreve a romper, la de la corrección. No solo por el tema que escoge para contar una historia, eso es algo relativamente fácil y que, de hecho convence a las grandes compañías porque les garantiza visibilidad, sino por el enfoque. Barbalien es una historia sobre la propia identidad, algo que encaja muy bien en la vida de cualquier gay, hombre o mujer, ante las presiones de una sociedad implacable, una que refleja de una manera admirable el miedo, el prejuicio, el rechazo. Lo bien que encaja en ese escenario un personaje como el protagonista, perdido en su nuevo mundo y descastado en el antiguo, es la guinda que tiene Barbalien para convertirse en algo que trasciende el universo de Black Hammer para convertirse en algo más, en uno de esos extraños momentos en los que una historia de fantasía como esta se convierte en un apabullante reflejo de una realidad que muchos querrían ocultar. La ciencia ficción siempre ha tenido esa base para convertir sus historias en clásicos, y Brombal y Lemire se mueven ahí con una naturalidad bárbara. La lucha, los dilemas, las dudas, las emociones, absolutamente todo lo que se plasma en la historia tiene sentido y hace que las mismas bases de la idea de los autores sean todavía más contundentes.

Y ahí entra en juego Hernández Walta. No vamos a descubrir ahora a quien ha sabido reinar en los mundos del terror y de los superhéroes con obras como El bosque de los suicidas (aquí, su reseña) o La Visión, pero sí podemos insistir en lo bueno que es. El ilustrador domina los dos mundos de la historia, el realista y el fantástico, y los fusiona de tal manera que no se pueden disociar. Barbalien no es la historia de un alienígena perdido ni tampoco la del movimiento gay en los Estados Unidos de los 80, cuando la percepción que se tenía del sida no tiene nada que ver con la que conocemos hoy, sino que es la de las dos cosas. Y si un extraterrestre puede encajar en esa batalla tan terrenal es precisamente porque Hernández Walta hace que nos lo creamos. Este es uno de esos dibujantes que hace que una historia, por rocambolesca que pueda parecer sobre el papel, cobre vida en las viñetas de una forma asombrosa. Puede que Barbalien se quede algo perdida detrás de esa etiqueta que vincula lo que sucede en sus páginas al universo de Black Hammer para quienes no lo conozcan, pero el resultado que ofrece merece que consideremos este como uno de los grandes retratos del colectivo gay y su lucha que vamos a leer en mucho tiempo. Y obviando cualquier etiqueta, uno de esos tebeos que hay que leer, maravilloso en su idea y en su desarrollo. Brillante.

El volumen incluye los cinco números de Barbalien: Red Planet publicados originalmente por Dark Horse entre noviembre de 2020 y marzo de 2021. El contenido extra lo forman las cubiertas originales de Gabriel Hernández Walta, un epílogo de Tate Brombal y un portafolio de bocetos comentado por Hernández Walta.

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