CÓMIC PARA TODOS

‘El tapiz de los dragones de té’, de Kay O’Neill

Editorial: La Cúpula.

Guion: Kay O’Neill.

Dibujo: Kay O’Neill.

Páginas: 144.

Precio: 21,90 euros.

Presentación: Cartoné.

Publicación: Septiembre 2021.

Kay O’Neill ya ha demostrado con sus obras anteriores que es una artista capaz de contarnos historias preciosas, de sentimientos nobles y maravillosos, con las que transmite una paz por medio de la imaginación que casi resulta sobrenatural, y que además tienen una madurez que casi parece imposible viendo el estilo visual que tienen sus libros, que casi parecen un reclamo evidente para niños pero que esconden mucho más en sus páginas. El tapiz de los dragones de té no solo no es una excepción sino su trayectoria sino más bien una confirmación más de lo que es capaz de hacer. Con cada página que se pasa de cada uno de estos libros, de este también, más profundo nos sumergimos en un universo maravilloso, el de su autora, en el que todo funciona con una precisión admirable. Puede parecer que sus historias no son ambiciosas, pero lo son, solo que desde otro punto de vista, desde uno mucho más accesible de lo que pudiera parecer al principio y con una mitología, con unos dragones que están lejos de ser las bestias escupefuego que nutren las historias de manera habitual, mucho más rica de lo que seguramente se puede suponer sin haber entrado en este mundo tan lleno de magia. O’Neill sigue en plena forma, sus personajes no paran de crecer y su mundo sigue convirtiéndose poco a poco en un lugar en el que da gusto perderse sin miedo alguno.

La autora tiene cualidad especial para hacer fascinantes narraciones cuidadosamente lentas y pausadas. No hay nada en El tapiz de los dragones de té que nos haga correr o apresurarnos. Todo aparece en el momento justo para que las emociones sean el centro de todo lo que vemos. Y la manera en la que O’Neill las entiende es, sencillamente, maravillosa. La excusa de los dragones de té y la fantasía que hay en este mundo es solo eso, una excusa. Espléndida, divertida, imaginativa, pero una excusa, una de esas que funciona con una precisión envidiable para que todo lo demás luzca. ¿Y qué es todo lo demás? La descripción que hace de la madurez, de la responsabilidad, la amistad, el duelo, el apoyo, hay un abanico emocional tremendo que es lo que hace de las ideas de la autora algo digno de interés. Lo ha sido siempre, y O’Neill mantiene ese toque tan fresco como siempre. En El tapiz de los dragones de té sus personajes crecen, de alguna manera maduran, aunque lo hagan como lo que son, niñas. El entorno en el que están creciendo, lógicamente, aporta buena parte de la fantasía, y quizá de manera insospechada aporta una paz formidable a todo lo que les sucede a lo largo de estas páginas. No hay mejor manera de dejar que una fantasía crezca, dándole una naturalidad formidable y, sobre todo, conexiones con la realidad.

Esa sensación de paz que se siente con los personajes de O’Neill procede de la misma manera de su dibujo. Su paleta de tonalidades claras y agradables es la forma evidente de complementar un trazo sensible, delicado. Sencillo, si se quiere, pero maravilloso en cualquier caso. Las sensaciones que transmiten sus dragones son tan hermosas que casi parecen sobrenaturales. El dolor de uno de ellos por la muerte de la persona con la que pasaba sus días es tan palpable que acaba resultando el mejor ejemplo de lo que es capaz de hacer la autora, y la forma en la que las emociones y los sentimientos se apoderan de las secuencias en las que O’Neill prescinde del diálogo son la culminación de todo lo que necesita su universo. Puede que en algunos sentidos El tapiz de los dragones de té no sea una evolución en la obra de su creadora, pero es que en realidad no le hace falta serlo. Avanzan sus historias a través de sus personajes, pero su motor es, como decíamos, emocional, y en ese terreno no todo lo que sucede tiene que ser distinto, diferente o emocionante desde puntos de vista que no hayamos visto antes. Pero sí, hay evolución. Y una agradable sensación de que el agua fluye, de que todo transcurre por vías confortables y de que el de O’Neill es un mundo tan bonito que no, no queremos salir nunca de él.

Oni Press publicó originalmente The Tea Dragon Tapestry en junio de 2021.

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Esta entrada fue publicada en 18 noviembre, 2021 por en Katie O'Neill, La Cúpula, Oni Press y etiquetada con , .

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