‘City Hunter’ 3, de Tsukada Hôjô

Editorial: Arechi.

Guion: Tsukasa Hôjô.

Dibujo: Tsukasa Hôjô.

Páginas: 216.

Precio: 12,50 euros.

Presentación: Rústica con sobrecubierta.

Publicación: Septiembre 2021.

La valía de City Hunter, esa que quedó de manifiesto con el primer volumen de la serie (aquí, su reseña), encuentra en este tercero dos buenas razones para seguir disfrutando con la serie de Tsukasa Hôjô con sus bases ya establecidas, el carácter juguetón y ligón de su protagonista y las ideas más arriesgadas para que sirvan de base a sus casos. Y esas dos buenas razones son las dos historias de esta entrega. En la primera, nuestro protagonista tiene que conseguir que un muerto muera de nuevo para que pueda recuperar a su hija y en la segunda tiene que hacer de guardaespaldas de una actriz que ha sido marcada para ser asesinada. Höjö vuelve a mostrarse aquí como un autor fresco y dinámico, sus historias se leen a una velocidad de vértigo y todo lo que pone en sus páginas es divertido y entretenido, parece casi imposible que nos aburramos con estos casos, que tienen chispa e imaginación, que configuran además una serie con unas características propias aunque sus puntos de partida pudieran servir para casos de otros detectives de cómic, cine o televisión. En ese sentido, City Hunter es inconfundible, y eso tiene mérito, porque al final los arquetipos son los que son y se utilizan con mucha frecuencia. Pero Höjö sabe lo que hace y lo que hace lo ejecuta a la perfección, también con ese grado de locura que tiene su serie.

Las dos historias de este volumen demuestran que el autor se desenvolvía con una enorme versatilidad. No solo por los escenarios y por lo que exige cada uno de ellos del protagonista, un caso lo acepta por buenos sentimientos, por conseguir que una niña vuelva a tener a su lado a su padre, y el otro despierta todos sus instintos sexuales por la atracción que siente hacia la actriz que debe proteger, sino también por la longitud variable de sus historias. La primera apenas ocupa tres capítulos, la segunda nada menos que siete. Y ni la primera se hace corta ni la segunda se alarga más de lo que debe, porque Hôjô entiende muy bien los dos escenarios y lo que puede sacar de ambos. Aunque la primera historia sea más interesante desde un punto de vista emocional, es la segunda la que habla con mucha más claridad de las pretensiones habituales de City Hunter y del modelo que mejor sirve a sus propósitos. Es ahí donde Hôjô saca más partido al carácter de nuestro pretendido héroe, donde juega con mucha más diversión con las connotaciones sexuales de la historia, y dando además al principio un poder notable a la contrapartida femenina, y donde más locura se mete por medio, hasta el punto de que vemos bazokas en acción, como si fueran las armas más habituales que tiene que ver un vigilante urbano como este.

Comedia, acción y locura son las bases de City Hunter, eso ya lo tenemos claro desde el principio, y no solo por lo bien que funcionan sus guiones sino por la brillante ejecución gráfica que proporciona Hôjô. No hay mucho más que añadir a lo que ya se pueda haber visto en las anteriores entregas de la serie, pero sí es importante destacar la importancia de que se mantenga el nivel. La sensualidad que tiene la serie en todas sus historias se consigue sin mostrar nada de manera explícita, y aún así sabe jugar con el escándalo mostrando casi más erecciones del protagonista que disparos de armas de fuego en las páginas de este tercer volumen, y aún así la sensación que siempre acaba dejando la serie es la de que sus escenas de acción son sobresalientes y lo más destacado. En realidad, eso es una muestra de que todo está muy bien hecho, el retrato de los actores, la expresividad de sus rostros tanto para el drama como para la comedia y todas esas locuras de las que hablábamos, que se sirven en caliente para que disfrutemos de ellas con la adrenalina necesaria. City Hunter sigue con estas dos historias manteniendo un listón muy alto, funcionando como el thriller que es, pero potenciando a la vez el descaro que tienen sus relatos, una de las mejores maneras de reconocer esta serie y a su protagonista.

Coamix comenzó a publicar City Hunter en 1985.