Guion: Donny Cates.
Dibujo: Daniel Warren Johnson.
Páginas: 208.
Precio: 22 euros.
Presentación: Cartoné.
Publicación: Junio 2021.
Si decimos que La flota fantasma es una de esas macarradas alocadas y violentas que suceden cuando dos autores se dejan llevar de una manera salvaje, igual nos quedamos cortos con lo que nos ofrecen Donny Cates y Daniel Warren Johnson en esta historia. Cortos, sí, porque la cara de asombro que provocan en el lector con cada giro de la historia es una constante que no ceja hasta el mismo final de sus páginas, hasta que comprendemos cada detalle de lo que hemos estado bien y lo que realmente persigue cada uno de los personajes que vemos. Podría durar más, y esa sensación no se perdería, ni siquiera una pizca. Y podría durar menos, condensando algunas escenas, y seguramente tendríamos la misma sensación de montaña rusa que nos deja, así que la mejor manera de encarar su lectura el de que tenemos uno de esos tebeos que sacan todo lo que tienen y cumple perfectamente con las expectativas que nos pueden provocar viendo una cubierta en la que un camión está a punto de estrellarse contra una persona en ángulo de 90 grados. Algo así es La flota fantasma, busca que nos sintamos a punto de ser arrollados con un ritmo brutal y, en el fondo, dando un poco igual saber qué es la flota fantasma y qué lleva ese maldito camión antes de que se desate la barbaridad que plantean Cates y Johnson al final del viaje.
Lo imprevisible que resulta La flota fantasma es claramente su mejor baza, una vez asimilado su escenario. Cates se mueve con habilidad en la presentación de la historia, con varios inicios para intrigar al lector, y después pasa a lanzar toda su artillería. Literalmente, toda. El mismo hecho de usar un camión que parece todavía más pesado de lo que sería un camión que podamos ver en una carretera es toda una declaración de intenciones. Todo aquí es más grande, más bestia, más macarra de lo que sería en otro tipo de historias. ¿Y de qué tipo es esta? De lo más inclasificable que podamos encontrarnos, con un protagonista que solo quiere su camión, como John Wick solo se preocupa de su perro, dentro de una historia en la que todos los demás sí tienen otros intereses y que gira en torno al contenido de dicho camión, un elemento que actúa como un macguffin de libro durante tres cuartas partes de la historia y que se desata al final de una manera que roza lo rocambolesco pero que, qué demonios, aceptamos sin reserva alguna viendo la locura que nos plantea el escritor. ¿Puede ser La flota fantasma uno de esos placeres culpables que algunos considerarán tebeo menor por su despreocupada apuesta por el género? Puede serlo, sí, pero de lo que no hay duda es que las páginas del cómic supuran adrenalina y mucho sudor.
Después de ver lo que Michael Warren Johnson hizo como autor completo en Murder Falcon (aquí, su reseña), es agradable dar un paso atrás en el tiempo y encontrarnos con lo que nos enseñó solo como dibujante en La flota fantasma. Su estilo es aquí igual de apabullante, quizá un pelín más sucio porque la historia lo requiere y se beneficia de ello. Fuego, lluvia, violencia… Todo actúa en manos de Warren como elementos que se fusionan con una gran naturalidad, ya sea para mostrarnos un tiroteo sin contemplaciones o para ver a un camión pasando por encima de lo que sea para seguir adelante en su brutal trayectoria. Y es que ese camión es, efectivamente, brutal en los lápices de Warren, es como si se hubiera lanzado a mostrarnos una versión todavía más radical de El diablo sobre ruedas, sabiendo además que el foco está en unos personajes a los que tiene que mostrar con una radicalidad incontenible. La flota fantasma es, en ese sentido, un cómic gozoso y divertido, un aparente sinsentido que juega con los saltos en el tiempo, con la pérdida de memoria, con personajes que no son lo que parecen en un primer momento y que nos va transportando a sitios muy, muy distintos de los que seguramente podríamos imaginar cuando abrimos el libro por primera vez. Lo que viene a ser, lo decíamos, una macarrada de libro.
El volumen incluye los ocho números de The Ghost Fleet, publicados originalmente por Dark Horse entre enero de 2014 y mayo de 2015. El contenido extra lo forman las cubiertas originales de Daniel Warren Johnson, Tim Doyle y Tyrell Cannon, una entrevista con los autores, el proceso de una página y bocetos de Daniel Warren Johnson.
En nuestra galería de Facebook podéis acceder a todas las páginas que mostramos de todos los títulos que comentamos.