Cine – ‘Fullmetal Alchemist. La Estrella Sagrada de Milos’, de Kazuya Murata

Título original: Hagane no Renkinjutsushi: Mirosu no Sei-naru Hoshi.

Director: Kazuya Murata.

Reparto: Romi Park, Rie Kugimiya, Maaya Sakamoto, Toshiyuki Morikawa, Sakiko Tamagawa, Shin-ichiro Miki, Fumiko Orikasa, Megumi Takamoto, Kenji Utsumi.

Guion: Yuichi Shinbo.

Música: Taro Iwashiror.

Duración: 111 minutos.

Estreno: 2 de julio de 2011 (Japón), 4 de abril de 2012 (España).

Es razonable que un aficionado que no esté del todo metido en la dinámica de una franquicia pueda sentir cierto temor a la hora de afrontar un episodio concreto, por verlo en un orden equivocado o sin tener alguna información imprescindible para entender el contexto. En el caso de La Estrella Sagrada de Milos, los fans de Fullmetal Alchemist pueden estar razonablemente tranquilos: llegó después de Brotherhood, para quien eso sea algo trascendente, pero sabe moverse en un terreno de práctica independencia, tanto que a veces da la sensación de que los hermanos Ed y Al son poco más o menos que unos invitados de lujo a una historia épica, que propone un intenso juego político con una amplia base social y, a la vez, una historia personal, la de Julia, una joven alquimista, que sorprende en cada giro que da. Ahí, de hecho, está la fuerza de La Estrella Sagrada de Milos, y la película de Kazuya Murata sabe jugar bien sus bazas en ese sentido, vinculándonos con mucho sentido al universo de Fullmetal Alchemist, pero con entidad de historia propia, casi independiente y desde luego tremendamente entretenida, con un acabado visual más que atractivo a pesar de que algunos todavía puedan pensar que la animación tradicional no puede alcanzar el mismo nivel de espectáculo de las técnicas 3D.

El hecho de que los hermanos protagonistas tengan una historia tan potente, que la película no olvida aunque sea por algún breve instante en el que la recupera, hace que estemos claramente enfocados a ellos cuando el relato arranca. Es inevitable, y eso, aunque pueda parecer contradictorio, tiene tintes contraproducentes en las primeras secuencias de la película, porque la impresión que queda es la de que estamos ante un capítulo más de la serie que se va a alargar con propósitos comerciales sin que se entienda del todo su razón de ser más allá del espectáculo. Pero cuando Julia entra en escena, cuando entendemos su historia y sus motivaciones, cuando comprendemos el vínculo entre la Estrella Sagrada de Milos y la Piedra Filosofal que siempre ha articulado el mundo de Fullmetal Alchemist, la historia crece de manera exponencial, y nos conduce a un larguísimo clímax que no pierde fuerza en ningún momento, ni siquiera aunque alguna de sus sorpresas pueda parecer algo forzada para enfatizar el dramatismo del momento. Con el paso de los minutos, la película va borrando temores y va creciendo, aunque es cierto que también lo hace alejándose de la historia de Ed y Al, cuando va tomando fuerza ese clásico enfrentamiento entre una rebelión y un poder establecido que, eso sí, no se entienden de una manera lineal.

En lo visual, lo hemos dicho ya, el espectáculo es superlativo. Fullmetal Alchemist siempre luce de esa manera, su entorno de fantasía mágica medieval es perfecto para desarrollar secuencias en las que también cabe una cierta tecnología que le da un toque de distinción muy característico. La presencia de las quimeras es una buena muestra de hasta dónde es capaz de estirarse el dinamismo de la animación tradicional, con un movimiento bestial, de los personajes y también de los ángulos de cámara. En un mundo en el que ya resulta complicado ver ambiciosas producciones con esta técnica, en el que los grandes estudios americanos parecen haber renunciado casi por completo a usarla salvo para el mercado doméstico, es siempre.um soplo de aire fresco que el cine oriental empuje de esta manera. La Estrella Sagrada de Milos es, en ese sentido, una delicia visual de un nivel muy alto que completa un guion bastante interesante. Es curioso, como decíamos, que sus méritos a veces parezcan algo desligados a priori de la esencia de Fullmetal Alchemist, pero al mismo tiempo eso nos habla del buen trabajo que hace el filme para que nos sintamos tan dentro de su universo desde un punto de vista fresco.

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