Guion: David Muñoz.
Dibujo: Manuel Meseguer.
Páginas: 136.
Precio: 15 euros.
Presentación: Cartoné.
Publicación: Agosto 2021.
Entre lo personal y lo social, Infectado es un trabajo fascinante. No va de zombis, no, aunque esa sea la primera impresión que podríamos sacar de su título. Va de la hepatitis C, una enfermedad que muy de vez en cuando asalta los medios de comunicación, y casi nunca para pensar en la situación de quienes la sufren. Pues bien, eso es lo que vamos a ver en Infectado, una experiencia personal ficcionada, pero en la que se intuye mucha realidad, sobre todo en las sensaciones y en las experiencias, y que habla también de cómo la sociedad hace frente a lo que no entiende. El símil del zombi es, en ese sentido, muy adecuado, y si funcionó hace décadas para crear una de las figuras hoy más reconocibles del género de terror, a David Muñoz le sirve para darle la vuelta a la tortilla y hacer una reflexión de calado sobre nuestra forma de comportarnos ante estas situaciones. El dibujo de Manuel Meseguer consigue que haya un tono de realidad todavía más acusado en lo que acaba convirtiéndose en una experiencia que se acerca mucho a lo agobiante incluso a este lado de la página. Es, desde luego, uno de los objetivos de la novela gráfica, que sirva de catarsis personal, como lo son todas las historias en las que hay algo de autorretrato, pero sobre todo de ventana al mundo para que nos pongamos en la piel de otros.
La ficción narrativa es una herramienta maravillosa para visibilizar situaciones que desconocemos o que nos llegan de manera distorsionada. Todo esto se ve en Infectado, por el calvario que pasa su protagonista, Nacho, y por la forma en la que reaccionan quienes le rodean cuando conocen la situación en la que se encuentra. Es, de alguna manera, un descenso a los infiernos, pero también es una historia optimista y de reconstrucción, un mensaje positivo para recordarnos que luchar contra una enfermedad es algo que no siempre depende de nosotros mismos, y más cuando la interacción social es tan pronunciada como lo puede ser en la vida de un escritor, y que tiene consecuencias incluso cuando se consigue salir adelante. Infectado trata todos esos temas con una naturalidad que asombra. Muñoz tiene las ideas muy claras y las transmite con idéntica fluidez para que podamos ser espectadores pero también implicarnos tanto como queremos en este relato, y eso es algo clave cuando se trata de algo, la hepatitis C, que conocemos todos por el nombre pero que seguramente pocos sabrían explicar en detalle. Pero el triunfo de Infectado está en lo personal, en cómo recibimos los avances y los retrocesos en su enfermedad y, sobre todo, en su estado de ánimo, en sus emociones, en cómo le afecta la medicación, eso es lo que más impacta.
Meseguer dibuja la novela gráfica con mucho brío, pegado a un realismo no demasiado acentuado, quizá más cercano a la forma de ver el mundo que tiene un Paco Roca por la simplicidad de sus figuras, pero sin dejar que eso haga que veamos la historia solamente como una ficción. El ilustrador logra que queramos a los personajes, que les entendamos solo con verles, incluso antes de leer el texto, y el blanco y negro, además de simplificar muchísimo la comprensión de cada escena nos hace ver que, efectivamente, estamos dentro de una historia de sufrimiento, en la que la percepción de la realidad se ve alterada por una enfermedad y por su tratamiento. Narrativamente, es una delicia ver la forma en la que Meseguer afronta cada escena, y consigue que sus personajes hablen con palabras, algo que resulta esencial cuando tenemos que meternos en la cabeza de sus protagonistas, sobre todo del principal. Y el hecho de poder narrar junto a las líneas del diario del protagonista o incluso aprovechando la historia de zombis que escribe durante su recuperación le da la chispa necesaria al conjunto para que salgamos de sus páginas con la sensación de haber leído en Infectado un cómic muy bien construido y desarrollado, que sabe aprovechar las armas que tiene, que es un pedazo de realidad bastante abrumador pero que a la vez es una acertada historia de ficción.
El contenido extra lo forman un epílogo de David Muñoz y un portafolio de bocetos comentados por el escritor.
En nuestra galería de Facebook podéis acceder a todas las páginas que mostramos de todos los títulos que comentamos.