Guion: Didier Alcante, L. F. Bollée.
Dibujo: Denis Rodier.
Páginas: 472.
Precio: 39,95 euros.
Presentación: Cartoné.
Publicación: Abril 2021.
Coger La bomba intimida. Lo hace por motivos más que evidentes cuando uno coge el libro. Pocas veces habremos visto un comic editado en este formato de gran tamaño y con esta extensión, y más un cómic que no tenga a algún personaje popular como protagonista. También, lógicamente por su tema. No hace falta decir a qué hace referencia el título. Lo sabemos nada más verlo, incluso sin utilizar esas mayúsculas que veríamos si cualquiera de nosotros quisiera enfatizar su significado. La bomba es, no hay misterio, la historia de la creación de la bomba atómica. Didier Alcante y L. F. Bollée escriben, Denid Rodier dibuja. Y lo que nos brindan es una obra magna, contundente y apabullante. Los autores nos hacen descender a escenarios muy distintos. Es un reto científico, que de repente se ve salpicado por complicaciones morales. Es un espectacular ejercicio de poder político, que nace en un ambiente de guerra pero que se convierte en el excepcional prólogo de la guerra fría. Es también una historia bélica, porque seguimos a quienes sirvieron en el Enola Gay, el avión que lanzó la bomba sobre Hiroshima para aniquilar una ciudad de una forma absoluta. Y es, cómo no serlo, una historia humana. No es un documental, aunque por el momento tiene trazas de serlo desde su poderoso blanco y negro.
La bomba nos cuenta lo que supuso su aparición, dándole además voz y personalidad. Resulta fascinante que, dentro de ese aspecto de realismo sobrecogedor, Alcante y Bollée hayan optado por convertir a la bomba es un personaje más, concretamente en el narrador de todo lo que estamos viendo, y eso da un aterrador sentido ominoso al conjunto. Esta, efectivamente, es la historia de un triunfo del saber, uno que además involucró a científicos de muy distinta procedencia, pero también el del mayor fracaso de la humanidad. Y lo más sobrecogedor es el realismo que tiene todo. Los autores se esfuerzan en colarse allí donde los libros de historia encuentran algo que contar, y también en el lado más humano de todo este entramado. El final de la historia, resumiendo lo que le sucedió a los grandes protagonistas de este relato con la propia bomba actuando como relatora es una conclusión más que lógica para lo que hemos visto hasta ese punto. Es imposible no sentirse emocionado a cada paso, también con la soberbia narración paralela con la que asistimos al momento más temido, aquel en el que la bomba desata su poder y cambia por completo la historia de la humanidad. Semejante gravedad no es algo fácil de transmitir, y sin embargo esta obra lo consigue con una elegancia digna de elogio.
El tono documental es, decíamos, algo inevitable cuando se quiere llegar tan lejos como lo hace La bomba, y el dibujo de Rodier es portentoso en ese sentido. Es un tebeo clásico de muchas maneras, con un diseño de personajes y escenarios, con una forma de narrar que añade un toque de atemporalidad a lo que estamos leyendo, pero a la vez hay una narración moderna y eficaz. Rodier no se pone límites para crear sus páginas, y eso hace que nos demos cuenta del gigantesco esfuerzo que hay en la composición del cómic, no solo con los formidables primeros planos que son los verdaderos conductores de todas las emociones que vemos desplegadas. Y la bomba, por supuesto. Hemos visto su explosión y sus efectos una y mil veces, recreada en documentales y en películas, y aún así sobrecoge. El ilustrador mantiene todo el poder de esa secuencia, que no defrauda en absoluto, pero La bomba crece por lugares bien distintos. No es la historia de la explosión, sino de todo lo que precede a la misma. Verlo libera, de la misma manera que la energía del átomo que nos habla se siente por fin poderosa, pero el cómic es un ejercicio de tensión creciente a todos los niveles que merece la pena para públicos de toda clase. Es un cómic espléndido, pero también es un relato que todos debiéramos conoce al detalle. Más aún si se cuenta con semejante genialidad.
Glénat publicó originalmente La bombe en febrero de 2020. El único contenido extra es un posfacio de cada uno de los tres autores.
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