‘La balada del soldado Odawaa’, de Cédric Apikian y Christian Rossi

Editorial: Norma.

Guion: Cédric Apikian.

Dibujo: Christian Rossi.

Páginas: 88.

Precio: 22 euros.

Presentación: Cartoné.

Publicación: Mayo 2021.

Aunque no sea cierto que ya se ha contado todo lo que se podía contar de los conflictos bélicos del siglo XX, no es ninguna tontería apostar por historias de un alto contenido exótico para llamar la atención del lector. La balada del soldado Odawaa encaja perfectamente en esa definición, porque consigue algo altamente improbable: la unión de la Primera Guerra Mundial y sus escenarios más reconocibles con un componente de western. Lo hace a partir de la presencia de indios americanos en el contingente canadiense que lucha en Francia. Cédric Apikian juega con elementos míticos, con los códigos del género y con elementos muy diversos para plantear una historia que Christian Rossi ejecuta con su habitual buen hacer, sabiendo moverse en entornos muy distintos. La suma de sus elementos ya nos invita a pensar que estamos ante un tebeo muy particular, llamativo desde luego, original en muchos aspectos y seguramente hasta extraño para quienes estén familiarizados con cualquiera de los dos géneros que toca con tanta claridad, el bélico y el western. No es una obra que podamos enmarcar en ninguno de los dos con claridad, y quizá por eso no sea fácil delimitar el grado de acierto que hay en sus páginas, pero el impacto está garantizado por una narrativa bastante inteligente y adecuada para tan arriesgada fórmula.

Apikian tiene claro que no quiere brindarnos una historia al uso, y eso hay que reconocérselo como un enorme mérito en un mundo en el que estamos acostumbrados a leer una y otra vez la misma historia con leves matices. Y otro mérito añadido es que haya sabido combinar dos géneros que no tienen mucho que ver en el fondo. Una guerra mundial no deja mucho espacio para los duelos al sol, pero los tenemos. O para que las tácticas de los indios más salvajes puedan ser efectivas. O para que las leyendas, tan propias de los indios americanos, sean un elemento que levante la moral de los soldados que pelean por su vida en Europa. Pues bien, todo eso ayuda a configurar La balada del soldado Odawaa desde bases más sólidas de lo que pudiera parecer ante su premisa, que parece una invención sin sentido pero que cobra todo el sentido una vez nos metemos en el escenario. Apikian sabe llevar a las páginas un notable trabajo de documentación al que da forma dentro de su ficción y que corona, además, con un detalle final en su historia que, no lo desvelaremos, deja al lector con esa sonrisa cómplice de haber asistido a algo trascendente pero de lo que en su momento nadie pareció darse cuenta. Con su exotismo y con su riesgo, la historia engancha más de lo que puede parecer en una primera lectura.

En eso, claro está, tiene mucho que ver el dibujo de Rossi. Acostumbrado a moverse en los terrenos que le interesan a Apikian, por ejemplo en la también intencionadamente extravagante Jim Cutlass (aquí, reseña de su primer volumen), en sus páginas demuestra lo bien que sabe adaptarse a todo lo que tiene que ofrecer la historia. Sean escenas nocturnas o diurnas, con diálogos significativos o con ausencia total de los mismos, secuencias en las que se tiene que ver con claridad a sus personajes o en las que el sigilo de los indios tiene que jugar un papel extraordinario, acercándose más al relato del oeste o el del combate en suelo europeo, Rossi consigue una ambientación sobresaliente. La tensión se convierte en un personaje más en sus lápices, y hace que cada escena concreta crezca de una manera palpable.  Y lo hace, además, sin tener que recurrir a momentos de especial relevancia individualizada, esos momentos icónicos que adquieren una personalidad mayor que la de su propia narrativa gráfica, lo que da una solidez bastante peculiar al conjunto. La balada del soldado Odawaa es por encima de todo una rareza de lo más inusual, por la temática que encuentra, por esa mezcolanza de la que hablamos y por estar entre dos aguas de una manera tan equilibrada, siempre con margen para la sorpresa.

Casterman publicó originalmente La ballade du soldat Odawaa en octubre de 2019. No tiene contenido extra.

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