‘Bajo el cielo azul de Lorient’, de Keiko Nagita y Yôko Shima

Editorial: Arechi.

Guion: Keiko Nagita.

Dibujo: Yôko Shima.

Páginas: 192.

Precio: 9 euros.

Presentación: Rústica con sobrecubierta.

Publicación: Junio 2021.

No es difícil ver las virtudes de Bajo el cielo azul de Lorient durante su lectura, y es evidente que tiene que hacerse dentro de un contexto muy determinado. Hablamos de una historia que se publicó originalmente a mediados de los años 70 y que por tanto tiene un entorno clásico, lo que hace que haya muchos lugares comunes de la novela romántica, de la de siempre pero también de la que hemos visto desde entonces, que se multiplican a lo largo de la trama. Pero incluso teniendo en cuenta eso, y con el debido ejercicio de contextualización, la obra de Keiko Nagita y Yôko Shima se desenvuelve con soltura y, sobre todo, con la sinceridad de los sentimientos que va explorando en esta historia a cuatro. Dos muchachas y dos chicos se conocen en Lorient, y su amor cruzado se va desarrollando a lo largo de los años que precisamente crece por eso, porque la base de todo el drama radica en los mismos personajes y las relaciones que mantienen entre ellos, incluso aunque se pueda considerar tópica en algunos de sus pasajes, que lo es y no necesita renegar de ello. Dibujado con mimo y con ganas de que se sienta siempre el romanticismo y la lucha de clases que marcan el relato, no podemos tener ningún miedo en considerar Bajo el cielo azul de Lorient como un pequeño gran clásico del género.

La clave, decíamos, está en que la historia de Nagita se centra, casi de una manera exclusiva, en sus cuatro protagonistas. Se trata de que veamos desde el principio que hay emociones y amores cruzados desde que todos ellos son todavía demasiado jóvenes como para que eso importe en sus vidas. Eso, aunque pueda parecer intrascendente, es la base que sustenta lo que tiene que acontecer más adelante, cuando todos ellos se convierten en adultos. La relación improbable se convierte en fuente de felicidad, y la que parecía abocada al fracaso sale adelante en circunstancias dramáticas, y todo ello tiene que ver con aquellos primeros pensamientos de unos muchachos impresionables y enamoradizos. Todo encaja, las elipsis funcionan francamente bien y, quizá el gran mérito de Bajo el cielo azul de Lorient, la trama desemboca en un final maravilloso, con enormes elementos de tristeza pero a la vez cargados de poesía. Siendo una historia romántica que a priori se aleja de la realidad más cotidiana del lector por la condición social de una de sus protagonistas, acaba conectando emocionalmente con cualquier de nosotros precisamente porque los temas que trata, tópicos o no, son universales y atemporales. Y aunque pueda parecer lo contrario con su prisma casi onírico, lo cierto es que esconde mucha realidad.

Puede que esa sensación venga del dibujo de Shima, que directamente nos lleva a otra época en la que el cómic romántico, también el manga, tenía un espacio mucho más claro y delimitado. La referencia a clásicos como Candy Candy parece más que evidente, y aquí más que en otras ocasiones destacan los grandes ojos que iluminan los rostros de todos los personajes como solo se puede ver en el manga. Shima tiene claro que, siendo los personajes la base de todo lo que acontece, el primer plano es la mejora herramienta que puede utilizar para que siempre estemos viendo lo que piensan los protagonistas. Es la mejor manera, y se nota, de que las emociones sean siempre el componente más logrado dela historia, también a través del dibujo. Bajo el cielo azul de Lorient no engaña en ningún momento, es una historia pensada para llegar al corazón del lector, y da igual que entre las manos lo sostenga un lector o una lectora, porque no vamos a caer en el error de categorizar de esa manera una historia que está pensada para que nos creamos a sus personajes en cada uno de los cambios que se producen en sus vidas, en sus miedos e inseguridades. Y sí, puede parecer ligeramente anticuado porque el género ha cambiado mucho, pero insistimos en que el contexto también hace que este manga crezca en cada secuencia.

Lorient no aoi sora se publicó originalmente en 1975. El único contenido extra son dos notas finales de Keiko Nagita y Yôko Shima.

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