Guion: Garth Ennis.
Dibujo: Goran Sudzuka.
Páginas: 176.
Precio: 14,95 euros.
Presentación: Cartoné.
Publicación: Mayo 2021.
Lo malo de las propuestas atrevidas es que necesitan mantener la apuesta hasta el final, incluso subirla si es posible en el clímax, y ese terreno es pantanoso para cualquier historia, porque las expectativas pueden ser el mayor enemigo de ese relato. ¿Sucede algo así en A Walk Through Hell tras leer su conclusión en este segundo volumen? Puede ser que así, y lo explicamos. El primer volumen (aquí, su reseña) es atrevido y aterrador, es una puesta en escena valiente, la entrada a un viaje a través del infierno… que tiene que llevarnos a alguna parte. Y ese lugar al que nos lleva es lo que vemos aquí. No vamos a desvelar nada, por supuesto, porque vamos a empezar dejando claro que Garth Ennis y Goran Sudzuka han planificado muy bien su serie para lograr una historia muy entretenida, que cumple con el propósito de hacernos pasar frenéticamente sus páginas para saber qué es lo próximo que va a suceder, y eso es más que suficiente para disfrutar y sufrir con una espléndida historia de terror. Pero es verdad que su clímax no está en el final, que cuando llegamos a la última página la sensación no es la de la gran revelación que apuntaba la obra. ¿Genialidad de Ennis o no? Seguro que eso es algo que depende del cristal con el que se mire en el caso de cada lector. Pero es bueno el condenado. Y Sudkuza también.
La clave está en que nos sintamos dentro del infierno, y eso lo consigue Ennis a muchos niveles. Hay un infierno real, pesadillesco y diabólico, eso está claro desde la misma estética de la serie y con los acontecimientos que han llevado hasta aquí a la pareja de federales que protagoniza la historia. Ennis maneja con bastante acierto todo el escenario, pero donde verdaderamente lo hace crecer es a la hora de llevar ese infierno atmosférico a la vida privada de cada uno de los personajes, y como se ve en estas páginas no solo a la de los dos teóricamente principales. Los flashbacks dan poder al momento presente, y eso es algo que a veces se da por sentado pero que tiene mucho que ver con el momento en el que se va revelando la información. Ennis lo hace francamente bien, y de ahí proviene el ansia de pasar páginas, multiplicada por lo bien que se entrecruzan esas dos líneas temporales que se van mezclando y que dan sentido a buena parte del terror que vemos o, al menos, a las respuestas raciones que muestra Ennis ante situaciones extraordinarias. Es un buen manejo del terror, desde luego, aunque el viaje sea más impactante que el resultado final, que incluso invita a releer algunas de las páginas finales para llegar a las conclusiones que permite sacar el cómic como colofón filosófico a un terror que se antojaba más íntimo.
Como lo que prima es lo atmosférico, Sudzuka tiene incontables oportunidades de sacarle partido a la propuesta, y lo hace con una firmeza elogiable. Hace un uso espléndido de la oscuridad, ya lo había demostrado en el primer volumen, consiguiendo que las sombras, la simple tinta negra, sea uno de los elementos de terror que mejor utiliza A Walk Through Hell en su apartado visual. Las escenas en las que no se ve nada de lo que rodea a los personajes son tremendamente eficaces. La puesta en escena de las demás, cuando hay escenarios de terror, es aparentemente más sencilla, porque depende en buena medida de una espectacularidad inherente a dicho escenario Sudzuka, además, entiende muy bien a sus personajes y sabe moverles en el espectro emocional que le propone Ennis, perfila sus personalidades a través de sus expresiones con mucho gusto y su estilo se amolda ala perfección a la historia. A nivel gráfico no se le puede pedir más a esta serie. En cuanto a su historia, puede que algo sí, aunque eso no quita los muchos méritos que tiene, sobre todo el de tener objetivos claros, aunque no sean los que esperaba el lector, y haber sabido llegar a una conclusión adecuada, sin alargar una historia que, por poder, podría haberse extendido mucho más pero ha sabido condensarse en una extensión más que apreciable.
El volumen incluye los números 6 a 12 de A Walk Through Hell, publicados originalmente por Aftershock entre diciembre de 2018 y julio de 2019. El contenido extra lo forman las cubiertas originales de Goran Sudzuka y el proceso de dos páginas.
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