Guion: Sam Humphries. Mark Russell.
Dibujo: Sami Basri, Dan Jurges, Aaron Lopresti, Tom Dernick, Abel, Nicola Scott, Emanuela Lupacchino, Ramón Villalobos, Ngozi Ukazu, Joe Quiñones.
Páginas: 312.
Precio: 27,95 euros.
Presentación: Rústica.
Publicación: Abril 2021.
A pesar de la etiqueta de Temporada completa, conviene avisar antes de adentrarnos en Las pruebas de Harley Quinn que, en realidad, estamos siguiendo las mismas aventuras que dejamos en el quinto y último número de su serie regular (aquí, su reseña). Es decir, la cosa sigue. Ni empieza ni realmente acaba, aunque sí, aquí sí hay un final, el de la serie americana, al menos en este volumen, porque lógicamente las andanzas de Harley seguirán teniendo protagonismo. Y la historia sigue, pero sigue siendo tan caótica como su propia protagonista. Lo es por voluntad propia, ojo, no porque la serie no tenga calidad, porque al final lo que le sucede a Harley Quinn es exactamente lo que dice su portada: “¡Este cómic lo tiene todo!”. O al menos, quiere tenerlo, porque pasamos de mostrar una tragicomedia sobre los efectos de la muerte, con un tono que sorprende y que ya quisieran estudios más serios sobre este duelo, a la comedia de ciencia ficción más delirante. Vemos a la Harley más cósmica, y de repente bajamos a la tierra para despedir la propuesta de Sam Humphries como si regresáramos a los primeros días de la etapa de Amanda Conner y Jimmy Palmiotti. Hay de todo en esta gigantesca broma interna que sabe reírse hasta del propio mundo en el que vive, el mismo cómic de superhéroes.
Humphries, efectivamente, tiene la ambición de que haya de todo en su historia, y quizá lo mejor que ofrece en este volumen es que encuentra el ritmo necesario para poner fin a las dos grandes tramas que habíamos visto en los números anteriores de la serie, la situación de la madre de Harley y las pruebas que dan título a este volumen, que en realidad llevan mucho tiempo pululando por estas páginas, y que pueden bien dar un poder cósmico a nuestra protagonista o acabar con su vida. Una vez que cierra ambas líneas, el escritor profundiza en su idea de batiburrillo, en la que tan pronto se puede permitir reírse de Crisis final (aquí, su crítica) y otros eventos comiqueros, como si Harley los hubiera vivido y leído, como lanzar a Harley al cuadrilátero ante pintorescos contrincantes o regresar a ese tono noir en el que Harley aspira a ser la heroína del pueblo. Sí, hay de todo, y quizá por ahí se pueda tirar de refranero español y decir que quien mucho abarca poco aprieta. Harley es un icono, pero ahora mismo lo es más bien del personaje al que resulta sencillo meter en cualquier propuesta, le vaya mejor o peor, porque su carisma acabará por arreglar cualquier defecto. El problema de este planteamiento es que siempre esperamos que llegue lo mejor, y seguimos leyendo confiando en que sucederá. Entretener, entretiene una barbaridad, eso sí.
Y lo hace, además, porque por Harley Quinn se han ido asomando dibujantes muy competentes, nombres muy llamativos. Es verdad que no tenemos ahora mismo una imagen tan icónica como la que dejó, por ejemplo, John Timms, pero, claro, es que en estas páginas se asoman tipos como Dan Jurgens, y en el número final, el 75 de la serie original y el que sirve para cerrar este viaje, se sumen otros como Emanuela Luppachino o Joe Quiñones. Para juzgar adecuadamente este volumen, eso sí, hay que centrarse en el trabajo de Sami Basri, que es quien hace la mayor parte de las páginas. Su idea siempre parece más cercana a la que podría haber ofrecido Amanda Conner de haberse encargado también de la parte gráfica de la serie, aunque sea con un toque personal. Su Harley es divertida, el cachondeo que se trae con los eventos DC, sobre todo con el Año del villano, es muy agradable y los momentos, aunque sean fugaces, en los que podemos ver de nuevo el uniforme original de Harley están a la altura. De todo, efectivamente, porque esa es la pretensión continua que ha mostrado Harley Quinn. Este volumen no es diferente en ese sentido de lo que Humphries nos ha mostrado desde que cogió el relevo de Conner y Palmiotti. Así que, sí, si se ha disfrutado hasta aquí de Harley Quinn no hay razón para dejar de hacerlo.
El volumen incluye los números 64 a 75 de Harley Quinn, publicados originalmente por DC Comics entre agosto de 2019 y agosto de 2020. El único contenido extra son las cubiertas originales de Guillem March, Kenneth Rocafort, Riley Rossmo, Frank Cho, Alain Mauricet, Ian MacDonald y Shannon Maer.
En nuestra galería de Facebook podéis acceder a todas las páginas que mostramos de todos los títulos que comentamos.