CÓMIC PARA TODOS

‘Yo, vampiro’, de Joshua Hale Fialkov y Andrea Sorrentino

Editorial: ECC.

Guion: Joshua Hale Fialkov, Peter Milligan.

Dibujo: Andrea Sorrentino, Admira Wijaya, Daniel Sampere, Dennis Calero, Scott Clark, Fernando Blanco, Szymon Kudranski.

Páginas: 480.

Precio: 40,50 euros.

Presentación: Cartoné.

Publicación: Marzo 2021.

Dentro del reboot que supusieron los Nuevos 52, una de las sorpresas que os brindó DC fue Yo, vampiro. Sorpresa por la forma en la que reintrodujeron la figura de uno de los mitos de terror dentro de un panteón de superhéroes, y también sorpresa por la forma en la que trataron de que una historia ajena virtualmente a ese universo tuviera que arrancar con la participación de algunos de ellos, Batman y la Liga de la Justicia Oscura.  La historia de Joshua Hale Fialkov, fundamentalmente anclada en las bases del terror, pues relata una guerra entre vampiros que se mueve en diferentes escenarios, es una manera perfecta de poner sobre la mesa el debate sobre la promoción que se le incorpora para aupar sus ventas. Si los Constantine, Zatanna y compañía bien pueden tener un encaje más o menos sencillo en una historia sobrenatural, la presencia de Batman es, como poco, extraña. ¿Idea de Fialkov o imposición de DC? ¿Una manera de conseguir más lectores o una en la que los que buscaban de verdad algo esencialmente diferentes piensen que hay más injerencia editorial que trabajo creativo? Todo es lícito, y lo cierto es que en el conjunto eso es quizá lo menos interesante de Yo, vampiro, porque supone una cierta renuncia a un relato que funciona de una manera mucho más salvaje cuando está encerrado en su propia identidad.

Yo, vampiro, decíamos, es el relato de una guerra, pero es también una tremenda historia de amor. Fialkov, más allá de la espectacularidad que proponen los combates más multitudinarios, algo que lógicamente también sustenta el relato, apuesta por convertir la serie es una cambiante relación emocional entre dos vampiros, Andrew y Mary. Lo curioso es que los héroes van cambiando, y los peligros también, que se trata el vampirismo de una manera espléndida, con una enorme ambigüedad y con la necesidad de medir las situaciones en unos absolutos que al final son imprescindibles para salvar al mundo. El escritor nos plantea una sensación de tensión continua, en la que sus protagonistas son los líderes de un movimiento vampírico y lo tratan prácticamente como si fuera una tribu a la que hay que gobernar de alguna manera, sabiendo lo imposible que resulta. Y por eso la guerra que nos muestra no es una guerra sin más, sino que es el resultado lógico de los vaivenes que vemos, de la maldad intrínseca al vampiro desatado. Yo, vampiro es precisamente eso, una batalla interior, primero de Mary cuando es conocida como la Reina de Sangre, y después del propio Andrew. ¿Pintan realmente demasiado superhéroes como Batman en esa refriega tan concreta? Si pensamos en la escala puede que sí, pero temáticamente es una anomalía.

Luego llega Andrea Sorrentino, e incluso los números de Liga de la Justicia Oscura que nos brindan Admira Wijaya y Daniel Sampere aunque rompan un poco la brillante unidad estética de la serie, y disfrutamos tanto con esas incorporaciones que hasta podemos disculparlas. Sorrentino apuesta por una atmósfera casi etérea, tétrica en su planteamiento, cargada de fantasía en lo emocional y de terror puro cuando los vampiros cobran sus formas más amenazadoras. La suya es una de las interpretaciones más interesantes que hemos visto en el cómic moderno de esta icónica figura del género de terror, porque siendo fiel a su esencia consigue que parezca algo distinto. Apuesta por un vampiro, siempre entre comillas, más humano, no necesita grandes musculaturas en su aspecto más cercano para que resulte amenazante, y las sombras, sobre todo las que caen en los rostros, son el mejor aliado de una presencia siempre carismática, bastante sexual en muchos momentos, y amenazadora en todo momento. Yo, vampiro es una historia ambiciosa que puede dejar la sensación de que acabó demasiado pronto para tener esa vocación de serie regular, y que deja una serie de movimientos bastante interesantes para encajar en esas aguas siempre complicadas que hay entre un género como el terror y un entorno como el de los superhéroes.

El volumen incluye los números 0 a 19 de I, Vampire y 7 y 8 de Justice League Dark, publicados originalmente por DC Comics entre septiembre de 2011 y abril de 2013. El contenido extra lo forman las portadas originales de Jenny Frison, Andrea Sorrentino, Clayton Crain, Guillem March y Alex Garner, y un portafolio de bocetos de Andrea Sorrentino y Ryan Sook.

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