Guion: Greg Rucka.
Dibujo: Michael Lark.
Páginas: 152.
Precio: 18 euros.
Presentación: Rústica.
Publicación: Diciembre 2020.
A Lazarus amenaza con perseguirle una leyenda de serie, si no maldita, al menos sí compleja por lo mucho que estamos tardando en ver sus nuevas entregas, con un ritmo de publicación, eso sí, que se asoma con mucha cercanía al original en Estados Unidos. Pero, claro, luego entramos en las páginas de Greg Rucka y Michael Lark y se nos olvida todo lo que hemos podido refunfuñar antes de coger este nuevo volumen, el sexto, séptimo en realidad si contamos con Lazarus. X+66 (aquí, su reseña). Este juego de tronos de ciencia ficción sigue teniendo una fuerza más que apreciable, incluso aunque aquí nos quedemos con la mitad de un arco argumental, Fractura, que sabe por qué rincones puede meterse y cuáles quedan lejos de la historia central de la serie. Todo ha alcanzado ya un nivel tal de complejidad, que se agradece especialmente que el libro arranque con un resumen de la situación hasta la fecha y con un cuadro que nos permite recordar el estado de las familias que participan en este universo, y más aún por el tiempo transcurrido desde que el mercado editorial nos permitió asomarnos a Lazarus como novedad, algo más de dos años nada menos. Pero tiene algo especial, algo que seguramente valoraremos más cuando en la estantería se puedan juntar todos los volúmenes que formen toda la colección y que se ve en estas páginas.
Rucka, para empezar, sigue mezclando con habilidad una historia de lo más tradicional, qué puede serlo más que la lucha por el poder entre distintas facciones, con un escenario de ciencia ficción que resulta muy agradable. Es como si estuviera brindándonos un noir de los de toda la vida, como si El padrino pudiera funcionar en un entorno tecnológico en el que un personaje como Forever pudiera tener cabida. Rucka sabe mezclar toda la épica que contienen los combates a muerte que vemos, con la tensión de las intrigas palaciegas, los diálogos de gran peso y las características propias del género, o quizá habría que decir géneros. Y lejos de que pueda parecer algo artificial, sigue sonando fresco después de tantas y tantas páginas, sigue generando el impacto que busca, y no solo el que le permite el escenario escogido, que también resulta modélico si eso es lo que busca el lector, sino sobre todo en el terreno emocional. De hecho, Fractura no deja de ser una búsqueda muy íntima y personal, una que llega a su punto culminante en la conclusión abierta de este volumen. Lazarus sigue teniendo ese efecto, sí, porque se nota que es un universo muy bien construido y con unos personajes fascinantes que se escapan del arquetipo del que nacen, y por mucho tiempo que pase entre las ventanas que nos permiten asomarnos a él.
Como a Rucka le conocemos y esta serie encaja muy bien en lo que se puede esperar de él, si hay algo que nos ha podido sorprender de Lazarus es el trabajo de Lark. Y no por su calidad, de sobra conocida, sino por lo bien que le sienta alejarse de escenarios más realistas para adentrarse en la ciencia ficción más pura. La que nos enseña aquí es tremenda. Luego, cuando esa base la ha ido asentado con mucha habilidad, nos muestra lo que tan bien sabe hacer, la forma en la que da vida a los personajes, su lenguaje corporal, y no solo en las maravillosas corografías de combate que nos muestra en estas páginas sino en escenas que tienen que hablar de otra manera, la expresividad de sus actores en los primeros planos. Lazarus es un festín visual de primer nivel y Lark se desenvuelve en él con una facilidad asombrosa para un dibujante que, si por algo ha destacado, es por mostrarnos la cara más sucia de la realidad, lo mejor de un género negro áspero y verosímil. Encontrar espacio en una serie de ciencia ficción para desenvolverse con tanta personalidad es algo digno de mención. Este sexto volumen obliga a releer algo de Lazarus para disfrutar de manera plena de lo que nos cuentan Rucka y Lark, sí, pero sigue demostrando el buen estado de forma de una serie que mantiene intactos todos sus logros previos.
El volumen incluye los números 1 a 3 de Lazarus: Fracture, publicados originalmente por Image Comics entre marzo y noviembre de 2019. El único contenido extra son las cubiertas originales de Michael Lark.
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