Guion: Telémaco.
Dibujo: Telémaco.
Páginas: 256.
Precio: 16 euros.
Presentación: Rústica con solapas.
Publicación: Febrero 2021.
Que lleguen a España obras de autores latinoamericanos no es, curiosamente, algo habitual. Cuesta más que, por ejemplo, apostar por autores europeos. Pero de vez en cuando hay trabajos que sí consiguen instalarse en el mercado español y que nos demuestran que seguramente hay muchas cosas que nos estamos perdiendo. Urgh y la corona de huesos, una larga novela gráfica de Telémaco, pseudónimo de Andrés Nicolás Alloco, es una buena muestra de ello y comienzo, ojalá, de un universo que se pueda prolongar en el tiempo. Ese deseo surge de dos circunstancias bien distintas. Por un lado, el buen sabor de boca que deja el cómic, de menos a más, porque al principio todo parece algo lento pero cuando coge velocidad de crucero ya no hay quien pare a la historia; por otro, las mismas intenciones de Telémaco, discípulo de la escuela de Diego Agrimbau, que conscientemente deja cabos sueltos y elementos por aclarar, dejándolos pendientes para futuras aventuras. ¿Y quién es Urgh? Pues un enano de pocas palabras, que vive con un pequeño dragón de dos cabezas al que no le falta locuacidad. Juntos van adentrándonos en un tebeo trepidante que juega con elementos que pueden parecer sorprendentes en su presentación y que en la segunda mitad del libro nos mete de lleno en el viaje por el tiempo nada menos.
Telémaco apuesta por sorprender desde el humor, la fantasía y la acción, y la verdad es que lo consigue con bastante solvencia. Urgh y la corona de huesos es un tebeo de esos que resultan a la vez muy divertidos e impredecibles. No sabemos qué locura se le va a ocurrir en el siguiente tramo del relato, y eso que algunas de esas cosas ya aparecen en la fantástica portada del libro, incluyendo a personajes que se introducen con el misterio como aliado y tramas que parecen absolutamente rocambolescas pero que nos creemos sin problema. Y si al principio puede parecer que estamos ante un tebeo infantil, poco a poco se va convirtiendo en algo más adulto. En realidad, a la historia le funciona que lo sea, que no se encasille en algo concreto, porque eso le da ese toque de locura imprevisible. Telémaco se monta una locura de historia que puede tener flaquezas, pero las compensa de una manera muy inteligente con los personajes. Podríamos decir con los diálogos, pero eso excluiría a Urgh, y por eso lo que importa está en el comportamiento, en lo que dicen y hacen todos los actores que van desfilando por las páginas del libro, protagonistas que se complementan no se sabe muy bien cómo pero provocando siempre efectos positivos para el conjunto.
Ayuda mucho, y eso hay que destacarlo, el dibujo de Telémaco. Quizá sea en su estilo donde más tendentes podemos ser a la clasificación de Urgh y la corona de huesos como un tebeo infantil, pero eso sería algo injusto. El trazo para ello lo tiene, sí, pero desde el principio narra con una puesta en escena brillante, con artificios y herramientas que van desde los contrapicados al uso de las onomatopeyas, pesando por las sombras para poder llevar a la viñeta los elementos más escabrosos y violentos. Y eso sin contar un diseño de personajes que resulta brillante. No parece del todo nuevo lo que vemos en las páginas del autor, y hay personajes a los que se puede trazar paralelismos bastante evidentes tanto en el cómic como en la animación, pero es todo tan divertido y carismático que da igual que Telémaco haya encontrado modelos previos con los que guiarse y que no le restan nada de originalidad a un tebeo fresco, dinámico, muy entretenido, esperanza de que haya mucho más después del final de la aventura y de su más que intrigante epílogo y que encaja para lectores de todas las edades porque engancha a pequeños y mayores con la misma facilidad y la violencia la muestra de una manera que también se adapta a todos ellos. Definitivamente, queremos mucho más de Urgh.
No tiene contenido extra.
En nuestra galería de Facebook podéis acceder a todas las páginas que mostramos de todos los títulos que comentamos.